Los combustibles del futuro

Para poder cumplir con la estricta legislación europea que regula las emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO₂) y contaminantes locales como los óxidos de nitrógeno (NOx), el uso de combustibles y tecnologías convencionales no será suficiente. Aunque la gasolina y el gasóleo seguirán siendo muy importantes en el mix energético de transporte, cada vez más las alternativas como hibridación, vehículos eléctricos y combustibles alternativos como el gas natural formarán una parte importante del mix de fuentes de energía en el transporte.

Si en el año 2009 las emisiones de CO₂ de la flota de turismos matriculados en Europa se situaban por encima de 150 g/ kilómetro recorrido, la legislación europea actual exige una media de 130 g/km para las matriculaciones de 2015 y, a finales de 2020, el límite estará en tan sólo 95 g/km.

El gas natural como combustible de automoción no es nuevo, y actualmente hay más de 18 millones de vehículos circulando por el mundo propulsados por gas, casi 2 millones de ellos en Europa. Lo que sí ha impulsado la tecnología es su utilización en motores eficientes de ciclo Otto de última generación, diseñados y desarrollados específicamente para su uso con gas natural, así como su disponibilidad en vehículos de serie que salen directamente de la línea de montaje con toda la garantía, calidad y fiabilidad de la marca.

En España, Seat ofrece tres modelos de su gama con motorizaciones de gas natural:

• León 5 puertas con motor 1,4 l TGI de 110CV
• León ST familiar con motor 1,4 l TGI de 110CV
• Mii en versiones de 3 y 5 puertas con motor 1,0 l Ecofuel de 68 CV

En aquellos países donde existe una amplia infraestructura para repostar con gas natural, como es el caso de Italia, las ventas de estos vehículos son notables. El año pasado, 2 de cada 3 Mii vendido allí era de gas natural y 1 de cada 2 León también.

Tas ventajas del gas natural se pueden resumir en tres:

• Ahorro económico: Consumos muy reducidos junto a un precio de carburante muy bajo resulta en ahorros de consumo de combustible hasta el 50% comparado con la gasolina y del 30% si comparamos con el gasóleo.
• Sostenibilidad: El gas natural emite 25% menos CO₂ por kilómetro comparado con la gasolina, y un 87% menos NOx comparado con el gasóleo. Además, se puede obtener gas natural de fuentes totalmente renovables, por lo cual, reduce la dependencia de los combustibles fósiles.
• Seguridad: Los vehículos Seat de gas natural están desarrollados y homologados específicamente para funcionar con gas natural. Salen de la misma línea de montaje con toda la garantía, calidad y seguridad que cualquier modelo de la marca.

En la siguiente ilustración se pueden ver los componentes principales del sistema de gas natural.

En el modelo León TGI por ejemplo, 2 depósitos de gas natural situados bajo un piso posterior específico, almacenan unos 15 kg de gas natural a una presión de unos 200 bares. El depósito de gasolina de 50 litros se mantiene en su sitio delante del eje posterior. La boca de carga de ambos sistemas está ubicada tras la misma tapa lateral de la carrocería. Conductos de acero inoxidable lleva el gas hacia el vano motor donde un reductor de presión reduce y regula la presión del gas para su inyección al motor

La base del motor es un 1,4 TSI de inyección directa, cuyos componentes han sido sustancialmente modificados para funcionar con gas natural. Dado el menor poder lubricante del gas natural y las más altas temperaturas de combustión, los pistones, culata, válvulas, bujías, etc. han sido desarrollados específicamente para asegurar la misma fiabilidad que cualquier otro motor TSI. El turbo compresor ha sido modificado para mejorar la respuesta del motor a bajas revoluciones. La centralita motor asegura que las prestaciones son idénticas tanto en modo gas como en modo gasolina. Aunque el vehículo funcionará con gas mientras que haya gas en el depósito, este nivel de desarrollo asegura que cuando el vehículo pasa de funcionar con gas a gasolina, el cambio es imperceptible para el conductor, ya que las curvas de potencia y par son idénticas en ambos modos de combustible.

Dentro del habitáculo, el León de gas natural se conduce como cualquier otro modelo de la gama. El conductor no puede elegir el combustible ya que el vehículo siempre funciona con gas, salvo algunas situaciones muy concretas como arranques del motor en temperaturas muy frías (-10 ºC). El cuadro de instrumentos tiene dos indicadores de nivel de combustible y los sistemas de información de abordo dan los valores (consumo medio, autonomía, calidad de combustible, etc.) en función de qué combustible está en funcionamiento.

El repostaje es tan fácil como repostar la gasolina o gasóleo. Siendo un gas, el proceso de llenado es estanco y se llena en función de la presión del suministro. Un León suele tardar entre 2 y 3 minutos para repostar con 15kg de gas natural. Al precio actual, el repostaje cuesta unos 14 euros y permite recorrer 420 km es decir, 3,3 €/100 km. O de Barcelona a Madrid con 20 €.

En España hay menos de 40 gasineras públicas con gas natural y aunque esta cifra está en aumento, no todos los recorridos se pueden hacer sólo en modo gas. En el caso de no tener un punto de repostaje de gas natural cerca, el motor pasa automáticamente a funcionar con gasolina y con su depósito de 50 litros, el León TGI puede recorrer unos 940km en modo de gasolina. Una autonomía total de 1.360 km equivalente a conducir desde Madrid a Paris sin necesidad de repostar.

Las versiones de gas natural son tan seguras como cualquier otro modelo que sale de línea. Han sido diseñados, desarrollados y homologados para funcionar con gas natural. Cumplen con todas las pruebas de choque y tienen el mismo nivel de garantía, calidad y fiabilidad que cualquier otro modelo. A final de la línea de montaje, se llenan los coches con gas para comprobar uno por uno la estanquidad del sistema. Por ese motivo, son los únicos modelos de la gama que se entregan al cliente lleno de combustible.

El gas natural es más ligero que el aire y su temperatura de combustión es el doble de la gasolina, por ejemplo. En el caso poco probable de una fuga, el gas simplemente se disiparía a la atmosfera, sin provocar la acumulación de combustible en el suelo, hecho que puede pasar con las fugas de otros combustibles.

Cada depósito de gas natural está homologado para suportar una presión más del doble de la presión nominal de gas natural comprimido. Válvulas de seguridad en cada depósito asegura que el gas evacuaría bajos condiciones controladas en el caso de sobrepresión provocado por temperaturas extremas. Además, las electroválvulas aíslan cada tramo del circuito de gas cuando el motor no está en marcha.