Entrevista a Alan Svaiter, nuevo presidente de Oficemen
El pasado mes de septiembre, Alan Svaiter, CEO para España de Votorantim Cimentos, fue elegido, por unanimidad, presidente de la Agrupación de fabricantes de cemento de España (Oficemen). Desde el Grupo Interempresas le agradecemos enormemente que nos haya concedido su primera entrevista en su nuevo cargo como máximo representante de la patronal cementera para profundizar en la situación que vive el sector y en los numerosos retos que tiene por delante.
¿Qué supone para Ud., a nivel profesional y personal, asumir la Presidencia de la Agrupación de fabricantes de cemento de España (Oficemen)?
Ser presidente de Oficemen es un honor. Oficemen es una de las patronales más veteranas y consolidadas de España, que cumplirá 100 años en 2025. Como no puede ser de otra forma, asumo con ilusión y gran responsabilidad este cargo en un momento tan crucial y de transformación para la industria del cemento como el que estamos viviendo, no solo aquí en España, sino a escala internacional.
¿Qué estrategia se ha marcado durante su presidencia de Oficemen?
Como presidente de Oficemen me gustaría centrarme en dos temas. Por una parte, trabajar para lograr la reactivación de la demanda interna, aportando el máximo valor al sector de la construcción con productos y soluciones más sostenibles, eficientes y duraderas. Y por otra, avanzar en nuestro firme compromiso con la descarbonización de nuestra industria y la economía circular, actualizando nuestra hoja de ruta sectorial hacia la neutralidad climática, para lo que sin duda necesitamos contar con el apoyo de todas las administraciones públicas.
¿Podría hacernos una breve radiografía de lo que representa a día de hoy Oficemen en el sector español del cemento (número de empresas, fábricas, trabajadores, facturación, peso sobre el PIB…)?
La industria del cemento es la cabeza tractora de unos de los sectores más dinámicos de nuestra economía, el sector de la construcción. En España, está formada por 9 grupos empresariales y 32 fábricas de producción integral de cemento ubicadas por todo el territorio español, con un valor añadido bruto de 4.250 M€/año a lo largo de toda su cadena de valor.
La industria cementera se caracteriza por su carácter eminentemente local y un fuerte arraigo al territorio -la edad media de una fábrica de cemento en España es superior a los 80 años-. Destaca también por su vinculación con el entorno rural y la España vaciada. El 70% de las fábricas de cemento se encuentran en poblaciones de menos de 12.000 habitantes. En la actualidad, la cadena de valor de nuestra industria da empleo estable y de calidad a más de 35.000 personas. Destaca el porcentaje de contratación indefinida de los empleados directos con un 94%, uno de los más altos del país.
¿Cuáles destacaría Ud. como los principales retos a los que debe hacer frente esta industria a corto y medio plazo?
Los retos son múltiples; el primero, sin duda, es la descarbonización del sector cementero, un desafío fundamental para nosotros y para la industria en general. También destacaría nuestra apuesta por la economía circular y la digitalización.
Y debemos simultanear esos retos, potenciando la demanda interna de cemento en nuestro país, y recuperando el liderazgo exportador que hemos ostentado tradicionalmente y que hemos perdido en los últimos años, lastrados por el sobrecoste energético que soportamos frente a otros competidores vecinos, intra y extracomunitarios.
Los últimos datos que han ofrecido de consumo de cemento en España señalan una caída del 0,8% en lo que va de año 2023. Pero más preocupante que esto es que en julio y agosto estos descensos se elevan hasta el 1,3% y el 7,9%, respectivamente. ¿Es síntoma de tendencia negativa a largo plazo? ¿Consideran que son caídas coyunturales?
Como venimos indicando, las cifras de consumo, cuya caída se ha acentuado en septiembre con un descenso del 9% que sitúa el acumulado anual en -1,6%, son un claro ejemplo de la situación de incertidumbre que vive el sector de la construcción. Esta situación es debida a la alta inflación de costes y las elevadas tasas de interés que ralentizan la economía. A esto le tenemos que sumar un entorno internacional cada vez más complejo que afecta a insumos tan esenciales como la energía. Además, la indefinición de la situación política de España no ayuda al desarrollo de nuevos proyectos ni a tener estabilidad.
Sin embargo, hemos de tener en cuenta que el consumo de cemento que debería de tener un país del tamaño y PIB de España está alrededor de los 22 millones de toneladas, y en la actualidad es sólo de unos 15, con lo que a largo plazo vemos en el mercado una oportunidad de crecimiento.
¿En qué medida puede estar influyendo en este descenso el que aún no se haya formado Gobierno?
No cabe duda de que la incertidumbre política es mala compañera de viaje para la toma de decisiones empresariales en lo que se refiere al ámbito privado, y es un elemento que suele ralentizar la inversión pública, si hablamos de obra civil.
Por los datos que manejan, ¿qué sector de actividad está tirando más de la demanda de cemento: la obra civil o la edificación?
En la actualidad y haciendo un cálculo grosso modo, aproximadamente el 60% del consumo de cemento en nuestro país se destina a la edificación, mientras que el 40% restante corresponde a obra civil. Con relación a la edificación residencial, las cifras para este año estarán sobre las 110.000 viviendas visadas, cuando por demanda y necesidades de un país como España, deberíamos estar en el entorno de las 150.000 viviendas anuales. Por otra parte, la edificación no residencial, que aglutina inversión pública y privada, está cayendo un 12% con relación al año anterior según los últimos datos disponibles a julio de este año.
Los datos de licitación de obra pública han sido bastante buenos en lo que llevamos de año (según Seopan). ¿Considera que sigue dándose un desequilibrio entre licitación y ejecución?
Sí, ese desequilibrio entre licitación y ejecución real es un hecho. Actualmente la licitación en obra civil se sitúa en máximos de los últimos diez años, en concreto en los últimos doce meses supera la cifra de 18.500 millones de euros con un crecimiento del 19% respecto al año anterior. Sin embargo, los actuales volúmenes de licitación se encuentran muy alejados de las cifras reales de ejecución, lo que pone de manifiesto las restricciones presupuestarias de las administraciones públicas en los capítulos de inversión. En esta situación influyen factores como el pago de los intereses de la deuda pública o la inflación.
También ha sido negativo el último dato que han dado de exportaciones. ¿En qué grado se ven éstas afectadas por los crecientes costes de la energía? ¿Estamos perdiendo competitividad respecto a los países de nuestro entorno?
En lo que llevamos de año -de enero a septiembre-, las exportaciones han caído un 3,4%. Como he comentado antes, evidentemente, el sobrecoste energético y la inflación restan competitividad al compararnos con países de nuestro entorno. Pero la situación se agudiza más si nos comparamos con otros países, con políticas medioambientales más laxas que las comunitarias, y que no asumen el coste de las emisiones de CO2.
En este sentido, la entrada en vigor en octubre del nuevo Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (MAFC), puede ser el principio de la solución. Esperamos que, tras la fase inicial, se garantice un tratamiento equilibrado de las importaciones procedentes de países extracomunitarios, una de nuestras reivindicaciones históricas como sector.
No obstante, necesitamos de la Comisión Europea una propuesta, en la misma línea, para dar solución a las exportaciones de cemento. El MAFC se trata de un acuerdo provisional, ya que hasta 2026 se limitará a la obligación de informar. Por lo tanto, el reto es adecuar correctamente y con rapidez estos mecanismos en cada fase -desde 2026 hasta 2034-, si queremos que la pérdida de competitividad no siga ampliándose e impida una descarbonización real del conjunto de nuestra economía.
¿Teme nuevos cierres de plantas cementeras de mantenerse durante mucho tiempo estas caídas de consumo y exportaciones?
Este tipo de decisiones forman parte de la estrategia empresarial de cada asociado y nunca entramos a valorarlas desde Oficemen.
Uno de los grandes ejes de esta industria es claramente la sostenibilidad. ¿Cómo van en su hoja de ruta de alcanzar la neutralidad climática en 2050? ¿Qué últimos pasos se están dando en este sentido?
La industria del cemento ya ha conseguido reducir sus emisiones totales de CO2 un 38% respecto a las de 1990. Fuimos el primer sector de los materiales de construcción en presentar una hoja de ruta para alcanzar la neutralidad climática en 2050, un documento vivo, con objetivos marcados y que actualmente se está actualizando.
Son muchas las palancas que se están activando para reducir nuestras emisiones. Destacaría que se está incrementando el uso de materias primas descarbonatadas y el uso de combustibles derivados de residuos, en sustitución de los combustibles fósiles; también se está trabajando activamente en el desarrollo de nuevos cementos bajos en carbono, con soluciones innovadoras, que suponen un ahorro de entre un 20 y un 30% de las emisiones de CO2.
Por otra parte, los grupos cementeros de nuestro país están también firmando contratos de suministro eléctrico procedentes de fuentes renovables y en muchos casos apostando también por el autoconsumo procedente de energías renovables.
En los próximos años, el desafío pasa por el desarrollo de las tecnologías de captura, transporte, almacenamiento y usos y transformación del CO2 (CAUC), sin las cuales nos resultará imposible como industria alcanzar la completa neutralidad climática de aquí a 2050. Para ello, necesitamos que España disponga, de manera urgente, de una hoja de ruta clara que incluya el impulso de varios 'proyectos país' como ya tienen la mayoría de los países del centro y el norte de Europa.
El PERTE de descarbonización industrial, que este mes de octubre tendrá disponible la primera línea de ayudas por valor de 1.000 M€, es una buena oportunidad para impulsar la transformación sin precedentes hacia la neutralidad climática en la que estamos inmersos.
“La industria cementera española es uno de los mayores recicladores de España”.
¿Cómo está contribuyendo la industria cementera al imprescindible paso de la Economía Lineal a la Economía Circular? ¿Tienen contabilizada la recuperación de residuos que ya han logrado?
La industria cementera española es uno de los mayores recicladores de España. De hecho, desde 2004, hemos recuperado material y energéticamente más de 63 millones de toneladas de residuos, según se desprende de los datos del Observatorio de la Economía Circular en el sector cementero, elaborado por la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (Fundación CEMA) en colaboración con el Institut Cerdà.
Estas cifras demuestran cómo el sector cementero -en línea con la Estrategia Española de Economía Circular-, aprovecha material y energéticamente residuos de otras industrias, reduce la explotación de recursos naturales y disminuye el depósito de residuos en vertedero. Creo firmemente que este observatorio, referente del sector en España, refleja el compromiso de nuestra industria con la transparencia en el ámbito de la economía circular.
¿En qué medida el cemento puede favorecer una construcción más sostenible? ¿Es comparable a otros materiales que, quizás, tengan 'mejor prensa'?
Para hablar de materiales sostenibles debemos de pensar en el concepto de sostenibilidad en todas sus vertientes: la económica, la social y la medioambiental. Cuando hacemos ese análisis, no queda duda que el cemento y el hormigón son los materiales de construcción más sostenibles.
No olvidemos que el cemento es el material de construcción más utilizado, y que el hormigón es el segundo producto más consumido en el mundo después del agua. La sostenibilidad económica está garantizada por las prestaciones de durabilidad del hormigón, superiores a los 100 años, que ningún otro material alcanza, porque es 100% reciclable al finalizar su vida útil, y porque es un material de cercanía que tiene un coste muy competitivo y accesible.
El impacto del cemento en la sociedad también es muy relevante. El 70% de la población mundial vive en edificaciones con estructuras de hormigón. Además, es el pilar básico de las infraestructuras de transporte (viaductos, pavimentos, puertos, aeropuertos, etc.), de las infraestructuras necesarias para una correcta gestión del agua (red de tuberías, canales, presas, etc.), del sector energético (plantas térmicas y nucleares), de los edificios y un largo etc.
Por último, no existen nuevos 'biomateriales' estructurales que alcancen la resistencia al fuego del hormigón para garantizar la seguridad frente a un incendio, por ejemplo, en un túnel; y no hay 'biomateriales' que alcancen una capacidad de aislamiento suficiente como para garantizar la eficiencia energética en zonas muy cálidas como Sevilla o en zonas muy frías como en el Pirineo. Todo esto, sin entrar en la capacidad natural que tiene el hormigón de absorber el CO2 a través del proceso de la recarbonatación.
¿Cree que ha mejorado la imagen que tiene del cemento la sociedad? ¿Sigue habiendo ciertos prejuicios entre el ciudadano de a pie? ¿Siguen viendo a la industria cementera como una fuente de contaminación? Si es así, ¿cómo luchar contra esto?
Creo que mensajes claros como la durabilidad y seguridad de las construcciones hechas con cemento y hormigón frente a otros materiales están fuera de toda duda, y que cada vez está calando más en la sociedad el papel clave que juega nuestra industria en la economía circular, que comentaba anteriormente.
Fabricamos un producto sin el que sería imposible entender el mundo actual. El sector lleva años haciendo inversiones medioambientales para alcanzar su compromiso de descarbonización, mejorando la eficiencia energética de los procesos y apostando por el uso de energías renovables. Es indudable que tenemos que seguir trabajando en explicar a la sociedad estos esfuerzos que está haciendo la industria.
Un gran desafío no solo en este sector sino en buena parte de nuestra industria es la carestía de trabajadores que quieran trabajar en él. ¿Cómo están intentando aliviar esta situación? ¿Cómo hacer atractivo el sector cementero a jóvenes y no tan jóvenes?
Como he comentado antes, nuestro sector tiene un fuerte arraigo y compromiso con los territorios en los que opera, lo que nos convierte en una opción laboral cualificada, segura y estable para los habitantes de las zonas en las que nos encontramos. Somos un sector que ofrece grandes oportunidades para el crecimiento profesional.
Lógicamente, no somos ajenos a la problemática que supone captar talento juvenil, y especialmente el femenino, para un sector de los denominados tradicionales, y los grupos cementeros estamos trabajando en ese sentido. Como ejemplo, a nivel sectorial, la Fundación CEMA (de la que forma parte Oficemen y los dos sindicatos mayoritarios del sector UGT FICA y CCOO del Hábitat), ha elaborado un vídeo con el objetivo de atraer ese talento juvenil, especialmente femenino, a nuestra industria: https://www.youtube.com/watch?v=b57xaSSZU94
Para ir terminando y a modo de resumen, como máximo responsable de la patronal cementera, ¿qué último mensaje le gustaría mandar a todos los profesionales que forman parte de esta industria y de la construcción en general?
Nos encontramos en un momento clave en el que necesitamos impulsar la transformación del sector de la construcción en general y de la industria del cemento en particular, hacia la descarbonización, generando un entorno más igualitario, seguro, sostenible e innovador; y esto es tarea de todos.
Desde Oficemen somos plenamente conscientes que toda la cadena de valor del sector de la construcción es motor de crecimiento de la sociedad y debemos sentirnos orgullosos de ello.
Vinculado al sector cementero desde hace ya 15 años, con anterioridad Alan Svaiter había desarrollado su carrera profesional en el sector de gran consumo y en la industria minera. Se incorporó al grupo Votorantim Cimentos en el año 2008, donde primero dirigió, durante dos años, el área de Logística de la división de cementos, hasta que en 2012 fue nombrado CEO de Engemix, empresa brasileña del grupo especializada en hormigón. En 2014 pasó a ser director de la cadena de suministro del grupo cementero para todo el mercado brasileño. Finalmente, en enero de 2018 fue designado CEO de Votorantim Cimentos en España, puesto que ocupa en la actualidad.
Alan Svaiter es ingeniero de Producción por la Universidad Pontificia de Río de Janeiro, y cuenta, entre otras titulaciones de posgrado, con un MBA por la escuela de negocios Fundación Dom Cabral y un máster en gestión avanzada y liderazgo por el INSEAD.