Hacia un nuevo modelo urbano de eficiencia y sostenibilidad

El porcentaje de población mundial que vive en ciudades aumenta progresivamente, demandando recursos y produciendo cambios medioambientales. Por tanto, ¿cuáles serán las estrategias que desarrollen las ciudades eficientes del futuro? Para dar respuesta a esta pregunta, Greencities & Sostenibilidad ha acogido una mesa redonda donde reconocidos especialistas en la gestión de las ciudades han aportado su punto de vista.

El Ayuntamiento de Madrid, como reconocía Pedro González Torroba, director general de Comercio y Desarrollo Económico (Madrid Emprende), viene mostrando desde hace tiempo su compromiso por crear una ciudad cada vez más eficiente y sostenible. Esa voluntad se manifiesta actualmente en tres de sus grandes planes de gobierno.

En primer lugar, en su Plan de Calidad de Aire, que contempla medidas como la reducción de emisiones en su flota de autobuses de la Empresa Municipal de Transporte, conformada por más de 2.000 vehículos (la mayor de toda España), o el impulso del taxi híbrido, entre otros ejemplos.

En segundo lugar está el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, con iniciativas como BiciMad, la nueva red de bicicletas eléctricas que ya está disponible en la capital para todos aquellos que se quieran desplazar por sus calles de una forma sostenible y ecológica.

Y en tercer lugar, pero no menos importante, el Plan de Energía y Cambio Climático, que entre otros objetivos pretende reducir el consumo de energía por parte de los edificios y poner en marcha proyectos encaminados a paliar los efectos de periodos prolongados de sequía.

En materia energética, la pretensión final es, como señalaba Pedro González, reducir la fuerte dependencia energética exterior que tienen los municipios, y que en el caso de Madrid se eleva hasta el 97%. Por ello también es destacable la iniciativa que también ha puesto en marcha la capital para “poner en diálogo a la superficie de la ciudad y a su subsuelo” (metro, red de alcantarillado…) con la intención de poder aprovechar las oportunidades energéticas que ofrece esta segunda ciudad que hay bajo nuestros pies. Un claro ejemplo de sinergia es la posibilidad que hay de aprovechar la fuerza de frenado del metro para generar energía y trasladarla a la superficie de la ciudad.

En una situación de progresiva concentración de la población mundial en entornos urbanos (más del 70% del total) y con un mapamundi donde ya más de 450 ciudades cuentan con una población superior al millón de habitantes, los retos que se presentan para gestionar de forma eficiente estas urbes son enormes.

De hecho, como señalaba Enrique Cortés Peciña, director de Ventas del sector público en IBM, los gestores de las ciudades tienen cada vez mayor poder y competencias, y su labor se sigue con más interés por parte de la población que la desarrollada por los representantes de administraciones mayores, estatales o supranacionales. “Si hasta el siglo XIX el mundo lo gestionaban los imperios y en el siglo XX las naciones; el siglo XXI pasará a estar gestionado por las ciudades”, señalaba.

Ante una nueva situación de concentración y de recursos limitados el modelo de gestión seguido hasta ahora, basado en sistemas verticales y aislados (agua, energía, tráfico, salud… cada uno tratado de forma independiente), ya no tiene sentido. Ahora hay que contemplar todos ellos dentro de un gran megasistema con interrelaciones entre sí. Y la buena gestión de éste sólo es posible si se hace un buen uso de la información, de los datos que llegan desde los diferentes canales.

A raíz de estos datos no sólo se podrá comprender el funcionamiento de las ciudades sino que además se podrán anticipar futuras tendencias o comportamientos, facilitando ese carácter sostenible en el que muchas urbes quieren basar su desarrollo.

Ya hay ciudades en el mundo que se interrelacionan más con otras urbes distanciadas a miles de kilómetros que con su propio entorno geográfico. El caso más evidente, como reconocía José Antonio Peláez, socio de Pricewaterhouse Coopers, es el de Londres y Nueva York.

Parece evidente que cada vez más las ciudades sobrepasan su entorno local y que las que más avanzan son las que han basado su crecimiento en tres ejes: fomentar la cultura y la intelectualidad, la aplicación de nuevas tecnologías y la conectividad. En este sentido son claros ejemplos las propias Londres y Nueva York, así como Singapur.

Hay un concepto que gana igualmente mucho peso, el de la sostenibilidad, pero una sostenibilidad que no sólo implica a los gobernantes sino a todos los agentes implicados en el día a día de las ciudades, incluidos sus habitantes. En esta línea lo lógico es hablar de ‘ecosistema de sostenibilidad’, cuyos grandes retos pasan por: un uso eficiente de la energía en los edificios, mejores redes de transporte, calidad de aire/agua, prácticas medioambientales sostenibles e integración social para mejorar en ámbitos como la pobreza o la salud, entre otras.

De no cambiar de modelo de desarrollo, la propia existencia de la humanidad se ve seriamente amenazada. Así lo reconoce el profesor Carlos Moreno, catedrático e investigador en el control inteligente de sistemas complejos, quien advierte de las terribles consecuencias que está teniendo para nuestro planeta un sistema energético basado en el consumo de recursos fósiles (el gas, el petróleo y el carbón suponen el 83% de las energía que consumimos).

Greencities & Sostenibilidad.

El aumento de emisiones contaminantes conlleva un cambio climático que no sólo se manifiesta en un aumento de la temperatura sino también en la aparición de enfermedades hasta ahora desconocidas en entornos urbanos (actualmente las principales migraciones humanas tienen como origen cambios medioambientales: tifones, aumento de nivel de mar…).

A día de hoy el 10% de la población mundial vive en 35 ciudades, lo que demuestra una vez más ese proceso imparable de creación de macrociudades, con sus consiguientes desafíos: ecológicos, sociales, culturales, económicos y de resilencia.

Por todo ello, el profesor Carlos Moreno advertía de la necesidad de ir hacia una ciudad ‘postcarbón’, en la que se apueste totalmente por energías renovables y para la que se requiere una “transición urbana sistémica”.

Conocido que uno de los grandes desafíos que deben afrontar las ciudades es el energético, ahora la dificultad reside en cómo cambiar un modelo que ha estado vigente durante tantos años. Alfredo Rodríguez González, director de la División Andalucía Centro de Endesa Distribución, habla de una “nueva visión de la energía”, integral y holística, en la que se establezca un mix energético sostenible e impulsado por la búsqueda constante de la eficiencia energética. Un nuevo modelo en el que el propio ciudadano juegue un papel mucho más activo, entendiendo a éste como parte de la solución y no como parte del problema.

Con el compromiso de todas las partes implicadas, la reducción de las emisiones contaminantes y la progresiva eliminación de los combustibles fósiles pasarán de ser una pretensión a una positiva realidad.