Rebeca del Castillo nos cuenta su historia de superación con las e-bikes de LIV
De la mano de LIV, Rebeca del Castillo Pérez (embajadora e-biker de la marca) nos cuenta en primera persona su historia:
"Nací el 28 de septiembre de 1982 en Santander y con menos de seis meses de vida me diagnosticaron dos cardiopatías congénitas, comunicación interventricular y transposición de grandes arterias congénitamente corregida. Para que puedan entenderlo un poco mejor, mi ventrículo y válvula izquierda funcionan como si fueran la derecha y viceversa. Las arterias están bien colocadas y los ventrículos se comunican por una abertura en el tabique interventricular, por lo que la sangre oxigenada se mezcla con la no oxigenada. Me operaron por primera vez a los seis meses de nacer, después de un largo periplo por diferentes hospitales.
A lo largo de mis 38 años me he sometido a varias intervenciones. La última, en 2019. Una terapia de resincronización cardiaca para mejorar la desincronía intraventricular e intentar paliar la insuficiencia cardiaca grave que padezco.
Desde niña he llevado una vida muy normal, salvo por las revisiones, hospitalizaciones, intervenciones etc. Mis padres me educaron en la creencia de que por el hecho de tener una patología congénita importante no tenía que vivir como una persona enferma. Me inculcaron que con esfuerzo, paciencia y sacrificio podría hacer todo aquello que me propusiera. Ellos eran unos enamorados de la naturaleza y el deporte, y desde bien pequeña me transmitieron su pasión por el senderismo y la mountainbike, deportes que me conectaban con la naturaleza y me hacían sentir viva.
Recuerdo con especial cariño mi primera bicicleta, me la trajeron los Reyes Magos. Una BH Cross de color rosa. Pasaba horas pedaleando, subiendo, bajando, cayendo, levantando, llorando, riendo… ¡Buf! Que tiempos y recuerdos, cuando la inocencia no te dejaba ver el peligro y el miedo no existía.
Mi relación con Giant/ Liv comenzó hace aproximadamente 4 años, coincidiendo prácticamente con mi llegada a Barcelona. A través de una amiga supe que se organizaba el primer evento Liv en Cataluña, y a partir de ahí comienza mi relación con la familia de Liv España, colaborando en varios eventos hasta que en 2019 me propusieron formar parte del equipo de embajadoras Liv España, lo que me ha permitido seguir vinculada todo este tiempo con el mundo de la bici.
A lo largo de mi vida he pasado por etapas en las que he podido montar más o menos en bici, condicionada por mi estado de salud. Reconozco que no pensaba que el momento de pasar a la bici eléctrica llegaría tan temprano, pero me siento muy feliz y agradecida a Liv España por haberme dado la oportunidad de poder seguir sintiendo y disfrutando este deporte que siempre me ha hecho sentir tan viva.
Nunca me he considerado ejemplo de nada, pero espero que mis palabras ayuden a muchos jóvenes y no tan jóvenes a romper esas barreras que aún existen con las ebikes y sobre todo a que personas con algún tipo de patología y mucho miedo, se animen a hacer deporte y a derribar sus propios límites. "