La ventana de madera seduce a los arquitectos andaluces
6 de febrero de 2012
La Asociación Española de Fabricantes de Ventanas de Madera y Madera-Aluminio (Asoma) prosigue con su proyecto de promoción itinerante de este producto entre los prescriptores de todo el país. El Campus Asoma visitó en 2011 las plazas de Barcelona, Madrid y Mallorca, y este año se ha estrenado en la sede de Fidas (Fundación para la Investigación y Difusión de la Arquitectura en Sevilla), ante cien arquitectos llegados de varias provincias de Andalucía. La jornada fue patrocinada por dos prestigiosos fabricantes andaluces de ventanas de madera: Torinco (de Pedro Abad, Córdoba) y Quero (de Casares, Málaga).
“Queremos devolver la madera al lugar del que salió sin querer –introdujo Javier Torrero, gerente de Torinco, S.L. y moderador de la jornada-. Los cambios normativos preparan un escenario de alta exigencia en cuanto a eficiencia energética en los edificios (el programa 2020 de la UE), y se avecinan nuevas formas de construir donde la ventana de madera va por delante”.
En efecto, el hueco de una ventana es un elemento de regulación de luz, pero también de frío y calor. Los estándares de exigencia de transmitancia térmica en España están muy por debajo respecto a otros países europeos. “Progresivamente esos registros se irán equiparando, y la ventana de madera es la solución ideal para cumplir con ellos, gracias a las prestaciones inherentes a este material, y a la formidable tecnología que hoy rodea a la carpintería industrializada”, afirmó Javier Torrero.
Marcado CE y CTE
La ventana de madera fabricada por los miembros de Asoma cumple a la perfección la normativa vigente (CTE). Asimismo, el Marcado CE que incorpora su producto garantiza al cliente la cobertura de todas las exigencias mínimas, e indica hasta dónde pueden llegar las prestaciones de la ventana, permitiendo a la vez su libre comercialización en la UE. De hecho, no es posible instalar ventanas de madera sin Marcado CE.
José Palacios, gerente de Asoma, explicó brevemente a su auditorio el proceso a seguir para obtener el Marcado CE, así como los detalles de la documentación que un prescriptor puede exigir a su proveedor de cerramientos.
Respecto al CTE, el ponente coincidió con el moderador en que, en la actualidad, el nivel de transmitancia térmica es poco exigente en España. “El objetivo es su convergencia con Europa (1,6 < W/m2K<2,2) –anunció-. La ventana de madera, con poco esfuerzo, cumple y mejora los mayores umbrales de transmitancia térmica exigidos en países como Alemania. Con un triple cristal se podría alcanzar un valor entre 0,9 y 1,2 W/m2K.”
Respecto al aislamiento al ruido, según Asoma, la ventana de madera también posee una ventaja competitiva respecto a la fabricada con otros materiales, debido principalmente a su composición higroscópica, alcanzando aislamientos superiores a 50 dB (el CTE exige un nivel de aislamiento entre 26 y 53 dB).
Por último, en relación con la salubridad, José Palacios informó a los arquitectos reunidos en Fidas que la ventana de madera permite la fácil instalación de aireadores. “Una estancia correctamente ventilada concede menos humedades y menos consumo de calefacción y aire acondicionado”, concluyó.
La Tarjeta Energética
Tras orientar a los arquitectos con información sobre las especies de madera más comerciales y convenientes para la carpintería exterior, Álvaro Rebollo, técnico de Torinco, S.L., destacó la importancia que la madera laminada ha representado en esta industria para mejorar notablemente las prestaciones de la ventana.
Asimismo, informó acerca de las innovaciones que traen al sector las llamadas “maderas modificadas”, reguladas en España desde 2008: madera termotratada, aerotherm y madera acetilada, entre otras.
El ponente destacó en su ponencia que ya está aquí, también para las ventanas de madera, la Tarjeta Energética; una ficha técnica que orienta a profesional y cliente final sobre la eficiencia energética de lo que está comprando, sobre lo que se ahorra o incluso sobre la energía que el producto puede aportar al edificio. Torinco fabrica una ventana de madera con Clasificación “A” +3, lo cual es sinónimo de ahorro en dinero para el usuario y en emisiones de carbono para la atmósfera.
Asimismo, Álvaro Rebollo insistió en la importancia del vidrio: “ocupa el 70% de la superficie de una ventana –dijo-. Un doble vidrio bajo emisivo mejora enormemente las prestaciones de aislamiento térmico y acústico y de transmisión de energía en un cerramiento.”
Avances en acabado y mantenimiento
Juan José Hoyo, técnico de la firma Akzo Nobel Coatings, fabricante de los barnices Sikkens, hizo ver a los asistentes a la jornada de Asoma en Sevilla que los problemas del pasado en las ventanas de madera están completamente superados.
“Actualmente las carpinterías han dejado de ser artesanales, pasando a ser plenamente industriales, con el consiguiente control en los procesos de fabricación y acabado de las ventanas”, expuso.
Dando por sentado que el 60% de la durabilidad de una ventana de madera está en función de la materia prima empleada y su corte, y por supuesto de su diseño, el ponente explicó que hoy existen productos resistentes a los rayos ultravioleta, mediante el uso de pigmentos que protegen la madera de la foto degradación de la lignina, que imprimen a la superficie un color duradero. Además, las resinas empleadas dejan transpirar a la madera y son termoplásticas. En el peor de los casos, con los micrajes que se emplean hoy en general, está garantizada una durabilidad sin mantenimiento de 6 a 7 años. “Los estándares actuales de durabilidad hacen que el fabricante de ventanas ofrezca en torno a los 10 años de garantía de su producto, pudiéndose alcanzar los 30 años, mediante la contratación de un programa de mantenimiento”, señaló en Sevilla el representante de Sikkens.
Hoy, en la madera, es posible realizar cambios de colores y una amplísima, casi infinita, gama de acabados. La práctica totalidad de los fabricantes españoles de ventanas de madera emplean ya barnices al agua.
El Passepartout
Para el arquitecto sevillano José Antonio Alba, “la ventana siempre es un problema. Es un mal necesario que condiciona el dibujo. En un proyecto, siempre se empieza hablando de sus formas. Llega la hora de la envolvente, y ahí aparecen las ventanas, ineludibles”. Para el ponente, la ventana es en el muro “el passepartout” de un cuadro o una fotografía: “el fin es que la ventana nos permita contemplar lo que nos interesa del exterior.”
José Antonio Alba explicó a sus colegas los detalles y pormenores de dos obras en las cuales ha trabajado con el fabricante Torinco, S.L.: el Centro de Formación y Empleo en Energías Renovables y Medioambiente de Lucena, donde Alba alcanzó su objetivo de lograr que la ventana jugase correctamente el papel de passepartout, y la restauración del Palacio de los Condes de Santa Ana, también en Lucena. “Yo asocio la rehabilitación a la idea de recuperar la parte esencial de un edificio, manteniendo su atmósfera e integridad. Y para conseguirlo suele ser esencial realizar una magnífica carpintería de madera. Hay cosas que se pueden o se deben hacer con madera, y otras que no –concluyó el arquitecto sevillano–. Tenemos un poco de miedo a la madera, aunque en realidad es un material comodín, por su enorme polivalencia.”
El arquitecto sabe que hay que cumplir el CTE, también en la reforma, aunque la norma deja en sus manos ciertas decisiones. Se enfrenta a elementos preexistentes sobre los cuales hay que valorar si eliminarlos, o sustituirlos. En ocasiones, se puede conservar el concepto original del cerramiento y añadir al hueco elementos que contribuyan al cumplimiento de la normativa, en materia de aislamiento, iluminación, ventilación, etc.
José Antonio Alba destacó el complejo y espectacular trabajo de restauración de elementos de madera. “Observé una auténtica obra de cirugía, aplicada sobre piezas muy deterioradas –terminó-. Lo que más me ha gustado de estos proyectos es lo que he aprendido. Los arquitectos somos responsables de todo, y hemos de saber de todo. Pero el industrial puede ser nuestro mejor maestro.”