Un incendio en la biblioteca de la Universidad Ciudad del Cabo destruye la mayor colección de obras africanas, única en el mundo
El incendio forestal que comenzó en el Parque Table Mountain y que ha arrasado la Biblioteca Jagger, de la Universidad de Ciudad del Cabo, sede de la mayor colección de obras africanas del mundo, ha puesto de relieve uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la sociedad actual: la crisis climática, con graves sequías en determinadas partes del planeta. Además, desvela la falta de medidas de seguridad contra incendios adecuadas para este tipo de patrimonio histórico, artístico y cultural.
La Biblioteca Jagger custodiaba más de 1.300 colecciones y cerca de 85.000 libros sobre la historia de África; obras inéditas, manuscritos y libros únicos. “Un patrimonio heredado incalculable”, y que según Ujala Satgoor, directora de la Biblioteca “al extinguir el fuego con toneladas de agua, los dos pisos del sótano, en los que se guardan también innumerables obras están en peligro”.
Antonio Tortosa, vicepresidente Tecnifuego, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, recuerda que “desde hace años en los foros especializados se viene reclamando una mayor atención y protección a edificios históricos, artísticos y monumentales (catedrales, museos, bibliotecas, archivos) ya que desgraciadamente, cuando sucede un incendio, es cuando se observa el grave riesgo que supone para patrimonio la perdida de obras irremplazables. El debate vuelve a incidir en la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en este tipo de edificios, que de por sí son la memoria social de cultura, arte e historia”.
Además, en el incendio de la Biblioteca de la Universidad de Ciudad del Cabo ha habido un factor añadido, la crisis climática, que lleva castigando esta parte del planeta con climas extremos y sequías intensas. Para hacer frente a estas catástrofes naturales, los especialistas en análisis de riesgos tienen en cuenta la carga adicional que los sistemas de PCI deben soportar cuando se produce una catástrofe, por lo que ya se habla de crear una nueva vía/titulación especializada de Ingeniero de Catástrofes.
La planificación de riesgos y la gestión de emergencias por especialistas son un seguro frente a la incertidumbre, el caos y la desorganización inherentes a un desastre. Estos métodos en el ámbito de la PCI están bien desarrollados en el campo de los bienes culturales, como son las bibliotecas históricas patrimoniales.
Deben contemplar la instalación de sistemas activos y productos desarrollados específicamente para su salvaguarda, agentes para la extinción que no sean dañinos, pero sí eficaces en la extinción, con total garantía del cuidado y protección de libros, mapas, grabados, pinturas y manuscritos etc. Sistemas eficaces en detección precoz de un incendio, con conexión a un centro de control o central receptora y que active las funciones de control programadas y aviso inmediato a los centros de emergencias/bomberos. Así como protección pasiva especial para actuar como escudos térmicos en las obras y objetos de valor (tejidos ignífugos, armarios especiales), entre otras medidas.