Armando L. Mathieu (Gerente de Aecalpo): “Nuestros principales objetivos se resumen en tres palabras: gestionar, formar e informar”

En la actualidad, forman parte de nuestra agrupación ciento treinta empresas de las provincias de Pontevedra, Ourense y A Coruña. No es fácil determinarlo porque no existe una base fiable sobre el total de empresas que se dedican a nuestro sector en Galicia. No obstante, según nuestros propios datos, solamente en la provincia de Pontevedra significamos algo más del 25 por ciento del total del sector y sobre un 18 por ciento si tenemos en cuenta las tres provincias en las que operamos.

A finales del año 1996 se creó la Asociación de Carpinterías del Aluminio de Pontevedra que ha sido la base de la asociación actual, refundada como de ámbito gallego y con la actual denominación de “Aecalpo, Asociación de Empresas del Cerramiento” a mediados del año 2004. Es decir, acumulamos una experiencia de once años dando servicio a nuestros asociados. De las siete empresas fundadoras hemos pasado a las ciento treinta actuales, con un crecimiento sostenido anual, sin que ningún año se produjera una reducción en el número de asociados con respecto al anterior.

Como sus propios estatutos indican, “la promoción y defensa de los valores profesionales, sociales y humanos de la empresa”, es decir todas actuaciones que redunden en beneficio del empresario, de sus trabajadores y de los usuarios de nuestros productos, tratando de mejorar si cabe el nivel de profesionalidad del capital humano de las empresas asociadas lo que nos permite ofrecer cada día unas mejores prestaciones. Podríamos resumirlo en tres palabras: gestionar, formar e informar.

Hoy en día se puede encontrar un amplio abanico de servicios, algunos de carácter gratuito como puede ser nuestro Gabinete Jurídico especialista en el recobro de impagados o la adaptación de las empresas a la Ley de Protección de Datos, además de ofrecer asesoramiento laboral, fiscal y financiero. Otros se articulan basándose en acuerdos con empresas especializadas en actividades profesionales concretas, en inmejorables condiciones de mercado, como pueden ser nuestras pólizas de seguro de responsabilidad civil y de accidentes por convenio, estudios de ahorro energético, combustible bonificado, financiación de trabajos sin interés para el cliente, soluciones informáticas de gestión, servicio de prevención mancomunado, etc. Además, publicamos semestralmente nuestra revista “InforCalpo”, asistimos a ferias del sector, organizamos conferencias y visitas programadas a empresas suministradoras del sector, etc.

Somos el único organismo que mantiene permanentemente informado al empresario de las novedades legislativas y normativas y las obligaciones que ello conlleva en prácticamente todos los ámbitos. Una iniciativa importante llevada a cabo ha sido la elaboración de un Código Ético Profesional de Conducta que obliga a todos los asociados a ofrecer sus servicios de forma profesional, confidencial, honesta y leal competencia.

Uno de los pilares fundamentales de la asociación es tratar de mejorar las cualidades profesionales de las personas que forman parte de nuestra actividad económica. Desde hace diez años venimos organizando cursillos que abarcan tanto a la mejora de la formación empresarial como la de los operarios. Así, hemos programado cursos sobre soldadura en aluminio, interpretación de planos, gestión integral de las pymes, manejo de herramientas, informática del cerramiento, sistemas de calidad, gestión logística, comercio electrónico, etc. Todo ello redunda en una mayor cualificación profesional que implica también una mejora en las capacidades técnicas que nos permiten competir con garantías en un mercado tan competitivo como el nuestro. Es evidente que, en un futuro muy próximo, por la propia competitividad del sector y su dinamismo, se necesitará personal con una cualificación mayor a la actual.

Aumentar el número de asociados, sobre todo en las provincias de A Coruña y Ourense, adquirir una sede social propia, elaborar una guía de buenas prácticas en el sector, potenciar y aumentar los servicios que se prestan, establecer un servicio técnico propio, …

El sector, tanto en Galicia como en el resto del estado, se va a encontrar a partir del año 2009 con un reto importante: la entrada en vigor obligatoria del marcado CE para ventanas. Sin duda, va a significar una reestructuración del mercado y un salto cualitativo muy importante. En cuanto a la situación puramente empresarial nuestra evolución como sector se encuentra íntimamente ligada a la de la construcción debido a nuestra gran dependencia del mismo.

Como decía anteriormente, la principal amenaza para el sector es la desaceleración del mercado constructivo. En menor medida, aunque no menos importantes, otros puntos débiles son la presencia de empresas que ofrecen bajos niveles de calidad desacreditando la imagen global del sector, las dificultades de diferenciación en el servicio prestado debido a la excesiva centralización de la competencia en los precios, la falta de personal cualificado y el aumento de los precios de las materias primas.

En Galicia, nuestra propia climatología nos obliga a ser muy cuidadosos a la hora de cerrar un hueco, por ello, el nivel de calidad en la producción de las empresas tiene necesariamente que ser muy alto. Además, el gallego tiene fama de ser muy trabajador y competente, fama que nadie nos ha regalado.

De eso no me cabe ninguna duda. En un mercado tan globalizado como el que estamos viviendo, la única manera de ser competitivos es la de ofrecer el mejor producto al mejor precio posible. Ello sólo se consigue optimizando en las empresas sus recursos y para ello se tienen que compartir informaciones, negociaciones, experiencias, etc. Debemos comprender que nos une el interés general, que la unión hace la fuerza, que la competitividad ayuda a mejorar nuestras propias empresas, que la gestión conjunta perfecciona la individual y que debemos dejar atrás conceptos obsoletos de competencia.

Armando L. Mathieu Cuña es Gerente de Aecalpo desde febrero de 1997, “cuando la asociación no era más que una mera declaración de intenciones plasmada en un papel”. Confiesa que el camino recorrido “ha sido tortuoso, espinoso, pero también gratificante”. Lo más duro fueron los inicios, cuando hubo que convencer e implicar en su proyecto a más de un centenar de empresarios. “Al principio, las suspicacias eran muy grandes y los enemigos externos (y alguno interno) muy poderosos. Así y todo conseguimos pasar de siete empresas fundadoras a cuarenta y siete el primer año”.