La cisterna, la gran desconocida
El transporte en cisterna siempre acapara las miradas en la carretera. Aunque menos prolíficas que los remolques y semirremolques de carga general y frigoríficos, las cisternas se postulan como el medio ideal para los líquidos, gases o algunos pulverulentos y granulados.
Con el nivel de especialización que ha alcanzado el transporte de mercancías, las cisternas no escapan a numerosos requisitos en su fabricación, aplicación y funcionamiento. Así como sujetas a diversas normas y exigencias en sus diferentes utilidades al servicio del tipo de transporte al que se dediquen. Podemos distinguir entre el transporte de líquidos y pulverulentos alimentarios enmarcados en la norma ATP como la leche, el aceite, el zumo o la harina, el azúcar o el cereal a granel, entre líquidos y gases químicos o los carburantes, los líquidos tóxicos y corrosivos, o los líquidos y gases criogénicos transportados a bajas temperaturas, muchos de ellos recogidos en el ADR, entre otros. Como vemos, el transporte en cisterna no es ajeno a la variedad de mercancías que deben ser trasladadas de un lugar a otro sin envases.
A la espera de un posible cambio en el marco normativo para los vehículos pesados, el año no ha sido uno de los más halagüeños en cuestión de cifras de matriculación para los fabricantes de remolques y semirremolques, en general. Según datos publicados por la Asociación Española de Fabricantes de Remolques y Semirremolques, Cisternas y Vehículos Análogos (ASFARES) las entregas de este año 2023 de unidades de más de 12 toneladas se redujeron en agosto un 6’79 % con respecto al mismo periodo del año anterior. A excepción de los furgones que han obtenido un crecimiento del 23,8 % en sus ventas con 448 unidades, frente a las 362 unidades del año anterior, el resto de los segmentos han visto mermadas sus matriculaciones; lonas y semilonas en un 0,7 % (3.233 unidades), basculantes con un 21,1 % (888 unidades), contenedores en un 1,9 % con 632 unidades, o los frigoríficos que han bajado un 16 % con 2.368 unidades. En concreto, las matriculaciones de cisternas también han visto reducida su cuota con respecto a los primeros ocho meses del año anterior, de 476 unidades entregadas al término de agosto, por las 544 del mismo periodo de 2022.
Las cisternas en concreto
Los fabricantes de este tipo de vehículos deben regirse por elevadas normas de seguridad en sus procesos de producción para evitar una prematura corrosión de los vehículos, así como evitar posibles reacciones químicas, entre otros procesos que podrían alterar o adulterar la mercancía a granel que transportan los diversos tipos de cisternas. Del mismo modo que pueden transportar diversos materiales en distintos estados, en su mayoría líquidos o gases licuados, también pueden transportar materiales en polvo (pulverulentos) como cemento, yeso o harina, o en grano pequeño como el plástico granulado o cereales, entre otros.
A simple vista, podemos distinguir dos tipos de cisternas; completamente circulares o elípticas. En las primeras, las circulares se podrán transportar cualquier tipo de producto, mientras que las ovaladas no podrán llevar productos con presión. Muchos de estos productos transportados a granel generan vapores que dependen de las condiciones de presión y la temperatura en que se encuentren, así que estos vapores necesitan de un espacio propio en el interior de la cisterna con el que no contarían las cisternas elípticas. Mucho puede variar en función del producto transportado, pero para tener una referencia podríamos afirmar que la proporción sería de un 85 % de líquido por un 15 % de vapores. En el caso de los gases licuados la cantidad máxima viene definida en la norma ADR para mantener el equilibrio entre las fases de líquido y de gas.
Las cisternas diseñadas para el transporte de líquidos químicos diversos y las alimentarias suelen construirse en acero inoxidable y sus capacidades máximas suelen oscilar entre los 20.000 y 35.000 litros. A qué se debe esta amplia horquilla, os estaréis preguntando. Pues la respuesta es que también hay diversos diseños de cisterna para líquidos, no compartimentadas y compartimentadas. Para el transporte de líquidos no compartimentados, es decir, mono cuba, en un único compartimento se instalan una especie de rompeolas para evitar los desplazamientos de masas de la carga. Estas mono cubas cuentan con una única salida de producto en la parte trasera. Por su parte, las compartimentadas, pueden combinar un único producto en todas las secciones, o bien, combinar distintos productos. Podremos diferenciar el número de secciones por el número de salidas que pueda tener en la parte inferior de la cisterna, y si los colectores se comunican entre ellos o no, para saber si se pueden transportar distintos líquidos. Del mismo modo, si cuenta con válvulas de volante superiores o bocas de hombre también será un indicativo del número de compartimentos que hay en la cisterna. En el caso de transportar líquidos tóxicos y corrosivos, la norma ADR determina que las cisternas no tengan salida del producto por la parte inferior debido al peligro o riesgo que conlleva, evitando roturas o fugas. Del mismo modo, en el transporte de carburantes las cisternas llevarán instaladas una válvula de recuperación para evitar que salgan a la atmósfera los gases que emiten los combustibles durante la carga y descarga.
Harina de otro costal son las cisternas para criogénicos de baja temperatura o las calorífugas, por ejemplo. Las primeras van presurizadas, pues la presión interior es superior a la atmosférica y una temperatura interior entre -100 °C y -196 °C, mientras que las segundas, cuentan con un aislamiento por cámara de vacío y perlita, es decir, dos depósitos, uno dentro del otro, y entre ellos vacío y un aislante (perlita). Estas últimas cisternas se emplean para el transporte de gases licuados criogénicos como el oxígeno (O2), nitrógeno (N2) o Argón (Ar), entre otros. Estas no están compartimentadas ni tienen bocas de hombre ni pasarelas superiores y las válvulas se colocan en la parte trasera en el interior de un gran armario.
Los fabricantes se especializan
Como hemos podido ver, prácticamente los fabricantes de cisternas diseñan un traje a medida de cada producto a transportar. Así que la comunicación entre fabricantes y transportistas debe ser constante para que la cisterna se adapte a las exigencias de la mercancía y la normativa vigente. La arraigada tradición en la elaboración de vino, aceite y la extensa producción de zumos y leche son sólo algunos de los productos que han llevado a nuestro país a contar con una de las flotas de cisternas más amplias de Europa, y en consecuencia en fabricantes de este tipo de remolques y semirremolques. A continuación, mencionaremos algunos de los constructores más importantes o veteranos del segmento.
Uno de los mayores constructores en nuestro país es Parcisa, empresa perteneciente al grupo Polalsa que inició su actividad en 1968. Situada en Villarrobledo, Albacete, cuenta con unas instalaciones de 150.000 m2 en las que producen cisternas para alimentos, recogida de leche, químicos ADR, productos en vacío, asfalto, carburantes y sin normas concretas bajo demanda del cliente. Parcisa ha trabajado prácticamente con todos los materiales con que se puede fabricar un semirremolque cisterna, pero con el tiempo se han especializado en inoxidable y aluminio. Con estos dos materiales existen dos gamas principales, el inoxidable se centra en el sector alimentario y químico, mientras que el aluminio en el sector carburante. De toda la gama, su producto estrella es el inoxidable, tanto para el mercado químico como alimentario, siendo líderes en estos productos a nivel zona ibérica desde hace años.
Farcinox es otro de los especialistas en la fabricación y reparación de cisternas de nuestro país que empezó su andadura en 1992 en la localidad manchega de Mota del Cuervo. Aunque en la actualidad, opera desde sus modernas instalaciones y sede principal de Pedro Muñoz (Ciudad Real). Se centra en la construcción de cisternas químicas ADR, alimentarias, así como genéricas y especiales. Este fabricante ha recibido varios reconocimientos por la patente de su chasis Moduline, desarrollado por su equipo de ingenieros. Un chasis fabricado con materiales de última generación y compuestos ligeros que no requieren uniones soldadas haciéndolo más ligero, resistente y versátil para el mercado de las cisternas.
Ciudad Real, Tomelloso concretamente, acoge también a InoxTank, especialistas desde 2012 en la fabricación y reparación de semirremolques cisterna para el transporte de mercancías perecederas (ATP), químicas y peligrosas (ADR) con y sin isotermo.
La provincia de Segovia acoge un especialista en cisternas desde 1988, De Pablos. Sus productos se extienden a remolques, semirremolques y rígidos, pudiendo portar carburantes, recogida de aceites, cisternas basculantes para pulverulentos, químicos o cisternas para riego, entre otros productos. Cuenta con una extensa red de servicio posventa por toda la geografía nacional, así como en islas Baleares y las Canarias.
Por su parte, Indox Energy Systems, ubicada en la localidad leridana de Anglesola centra su fabricación desde hace más de treinta años en cisternas para el transporte de gases criogénicos, Gases Licuados del Petróleo (GLP) y carburantes. Dispone de una elevada tecnología y capacidad de inversión en I+D produciendo en sus instalaciones más de 450 unidades anuales.
Rigual, afincada en Fraga, fue fundada en 1957 y aunque inicialmente se dedicó a la fabricación de maquinaria agrícola, en la actualidad han desarrollado las divisiones de Logística de Productos Energéticos y de vehículos para el cuidado del Medio Ambiente. Es decir, cuentan con cisternas para el transporte de combustibles, así como para el riego y transporte de agua potable y no potable.
Cidega-Inox es una empresa gallega, localizada en Lugo y con delegaciones en Cantabria y Barcelona, dedicada a la construcción, transformación y reparación de vehículos industriales para el transporte de carretera, especializada en cisternas y recipientes para líquidos. Fabrican, certifican y comercializan sistemas para instalar en camiones cisterna y cargaderos para líquidos alimentarios, combustibles líquidos y GLP.
Uno de los más veteranos en el segmento podría decirse que es Tafymsa, pues sus inicios y su vinculación al transporte de líquidos se remonta a 1939, cuando Juan José Fernández Novillo constituyó una austera empresa destinada a la fabricación y reparación de calderería de cobre para uso en la industria de la elaboración de alcohol y vino. Aunque no sería hasta 1950 cuando la empresa extendió su actividad a la fabricación y reparación de cisternas desmontables en acero al carbono, las cuales eran recubiertas interiormente de estaño con el fin de protegerlas contra posibles efectos de la corrosión. Tafymsa se constituyó en 2017 tras el traspaso de la empresa familiar a cinco empleados que mantienen la misma línea de productos, calidad y servicio.