La difícil vuelta a la normalidad con el autoconsumo en auge

Hay varios frentes que provocan que las situaciones, en estos momentos, se compliquen bastante:

1. Falta de realismo de los proveedores.
2. Falta de planificación de los clientes.
3. Inestabilidad en la logística.

La globalización y la deslocalización de la producción han provocado que los productos se fabriquen en pocos lugares muy concentrados. El incumplimiento reiterado de los plazos de entrega está erosionando enormemente la confianza de los distribuidores y está provocando fricciones nunca conocidas en los últimos tiempos en los que todo el sistema económico mundial ha funcionado con fluidez. Sería necesario más realismo por parte de los proveedores para afrontar las dificultades del día a día en cuanto al servicio de pedidos se refiere.

Lo que sucede es que no está claro que los proveedores puedan ser realistas porque si necesitan materia prima que, a su vez, no les llega a tiempo, tampoco ellos son conscientes de que no van a poder cumplir con sus compromisos.

No obstante y siendo conocedores de lo que está ocurriendo, sería interesante que pudieran planificar mejor sus fechas de entrega, sobre todo, teniendo en cuenta la inestabilidad de la logística que comentaremos más adelante.

En esta situación, por desgracia, está afectada toda la cadena de suministro: proveedores, transportes, distribución y clientes. A esto se suma una tendencia del sector con respecto a la falta de planificación. Los instaladores, que son quienes instalan al cliente final, hasta ahora, no han tenido la necesidad de planificar sus compras porque los distribuidores, normalmente, han tenido stock para servirles al momento o en pocos días. En el momento actual todo ha cambiado, porque debido a factores como parones en la producción de algunas fábricas, escasez de materias primas y atascos en la logística, provocan que los pedidos se tengan que realizar con semanas de antelación. Y deben tener en cuenta que, además, pude haber retrasos.

Con una mejora de la planificación podrían tener mayor tranquilidad para dar cobertura a las necesidades de sus clientes. Esto significa tener unidades de stock de aquellos productos con los que más trabajan para paliar retrasos y, también, las subidas de precio que se están produciendo.

Bien sea porque se restringe el tráfico en el puerto de Shangai debido al brote de Coronavirus en la zona, bien porque hay colapso en la recepción de mercancías en los puertos, bien porque hay escasez de contenedores, la realidad es que la logística, sobre todo en los contenedores transportados en barcos, está viviendo una inestabilidad desconocida.

Los barcos tardan en salir de los puertos de origen y también se producen bastantes problemas en las descargas en los puertos de destino. Y a todo ello se suman las incesantes subidas de precio por transportar la misma mercancía que hace unos años.

Esta situación está afectando muy profundamente a la distribución y, como consecuencia, a los clientes finales.

Además, por si la incertidumbre fuera poca, en el mundo no paran de ocurrir cosas que evitan o posponen aún más la normalización del comercio a nivel mundial: guerras, cierres de grandes ciudades por COVID, desabastecimiento de materias primas, subidas de precios… ¿se puede juntar algo más?

No cabe duda de que estamos viviendo tiempos complejos, en los que todo se acelera muy rápidamente y la incertidumbre es la reina todopoderosa a la que se tendrán que adaptar todas las organizaciones y todos los negocios que quieran salir con soltura de esta situación.

En Bornay abogamos por la transparencia en la información de todo lo que ocurre para que nuestros clientes tengan una fotografía real de la situación e intentamos anticiparnos a todas estas circunstancias que rodean nuestro mercado en estos momentos, planificando mejor y ayudando a nuestros clientes a que también tomen consciencia de la importancia de la planificación en estos momentos.

Con la impaciencia y la desesperación no se consigue absolutamente nada en estos momentos, puesto que se trata de una circunstancia generalizada. Por ello, recomendamos, tanto a los instaladores, como a los clientes finales, que se paren a pensar qué es lo que realmente necesitan y que se dejen un margen lo suficientemente amplio como para no tener apuros llegado el momento en que la instalación debe realizarse.

El autoconsumo energético es una excelente opción para minimizar los costes de la energía, sin olvidar que cada instalación individual aporta un granito de arena muy importante para la sostenibilidad medioambiental. En Europa existen ciudades enteras que han decidido apostar por el autoconsumo individual como estrategia y el resultado ha sido excelente. En un país como España, donde uno de nuestros mayores activos es el sol, debemos explorar fórmulas para ser competitivos en el aprovechamiento de las energías verdes. Y tenemos a nuestro alcance la posibilidad de que el sector de las renovables tenga una contribución importante a la economía y a la sostenibilidad de nuestro país. Ojalá sepamos aprovecharlo.