España, un país con potencial para el desarrollo de nuevos alimentos
Los desafíos medioambientales y el mundo postpandemia demandan innovación en las producciones para que esta industria mantenga su relevancia, y España, por su tradición gastronómica, está en buena posición. El desarrollo de los nuevos alimentos centró uno de los debates de Smart Agrifood Summit, evento que reunió en Málaga a 300 empresas para debatir sobre innovación agroalimentaria.
“La conservación del medioambiente y la rápida evolución de las demandas de los consumidores están generando nuevas oportunidades que son explotadas por empresas altamente innovadoras. Conoceremos los retos y casos de éxito”, declara el director de Desarrollo Global del Basque Culinary Centre (BCC), Asier Alea.
Nuevos alimentos, en el bosque y en el laboratorio
Desde el punto de vista legislativo, en la Unión Europea (UE) se definen como nuevos alimentos aquellos que no han sido consumidos significativamente por humanos en el mercado comunitario antes de 1997, ya sean tradicionales de otros orígenes o productos innovadores con procesos y tecnologías nuevos.
Asier Alea puntualiza que el BCC, universidad gastronómica con sede en San Sebastián, “está abierta a jugar con todo” y constata que este proceso creativo atrae talento y genera oportunidades de negocio o empresas emergentes (start-up). En ese sentido, engloba como nuevos alimentos tanto aquellos que provienen de tecnologías innovadoras como a los que han sido sometidos a procesos de transporte más disruptivos y sostenibles y, por otra parte, a la valorización de materias primas naturales, como las hojas o raíces de un bosque.
Como ejemplo de grandes tendencias globales destaca las “nuevas carnes o proteínas de origen vegetal elaboradas con soja”, cuya producción entraña el reto de reproducir la textura, para que el cerebro los encuentre igual de sabrosos que en el caso del alimento cárnico. También menciona la eliminación del agua de la leche para su transporte sin suprimir el componente nutricional, a la vez que el traslado gana en sostenibilidad. Incluye también la recuperación de conocimiento tradicional y la “hibridación de imaginación, materias primas y la tabla periódica de los elementos” (químicos).
Frente a las dificultades para emprender de las nuevas generaciones en España, el representante del BCC –con la mitad de sus estudiantes extranjeros– ofrece un panorama más optimista, porque España “tiene un relato, una tradición gastronómica increíble y tiene las condiciones para fomentar la venta con la filosofía kilómetro cero”.
Esfuerzos y fondos UE para acelerar cambios
El responsable del programa Futuro de la Alimentación y socio de la consultora Deloitte, Pedro Rodrigo Peña, subraya que la “industria alimentaria lleva años realizando inversiones en innovación, alcanzando a toda la cadena de valor, desde el campo hasta la mesa. El esfuerzo inversor debe mantenerse si queremos seguir resultando relevantes como industria en el sistema alimentario global, dando respuesta a los desequilibrios derivados de la manera en la que hasta ahora hemos producido y consumido alimentos, con respuestas conjuntas por parte de toda la cadena de valor”.
En ese sentido, añade que los fondos de recuperación de la UE, a través del esperado proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (Perte) agroalimentario que el Gobierno anunció, son los “aceleradores necesarios” para esa evolución tecnológica y para que las empresas alimentarias españolas conserven su reputación y posición de liderazgo.