La FIAB ante el cambio climático
Paloma Sánchez, directora de Competitividad y Sostenibilidad de FIAB para Redsostal
25/08/2020FIAB representa desde 1977 a la industria española de alimentación y bebidas, primer sector industrial del país. La industria española de alimentación y bebidas es el primer sector industrial del país y tiene un carácter estratégico por su magnitud, representatividad y capacidad para generar riqueza en todo el territorio nacional. Mantener este estatus económico y social solo es posible a través de una labor sostenida a largo plazo, es decir, del compromiso en el impulso de un desarrollo sostenible.
El sector debe afrontar el reto de alimentar a una población en constante crecimiento, manteniendo los estándares de salud y calidad, y a la vez reduciendo sus emisiones y alineando sus estrategias en la lucha contra el cambio climático. La conservación del medio ambiente es, por tanto, una de nuestras prioridades. De hecho, la sostenibilidad forma parte de la revolución industrial de este siglo y será la base de transformación de nuestra economía. Esta revolución se apoya principalmente en tres pilares como son la economía circular, un cambio en la política energética para abordar el cambio climático y la transformación digital, incluyendo la industria 4.0.
Por su transversalidad, el sector de alimentación y bebidas es uno de los pocos que pueden aportar positivamente a esta tarea, como sector responsable y por la gran oportunidad que representa para su viabilidad futura, además del valor añadido que representa para los productos, las marcas y los propios consumidores. Algunos ámbitos de actuación concretos son, por ejemplo, la promoción de un modelo de economía circular, como el aprovechamiento de los residuos como nutrientes o materias primas para otra industria, como alimentación animal o su uso en el sector farmacéutico, cosmético, o incluso energético.
Además, la lucha contra el desperdicio alimentario del sector es patente, por las considerables pérdidas a nivel ambiental y económico que supone. Somos el primer país en donaciones de la Unión Europea y ofrecemos información al consumidor en cuanto a la fecha de caducidad y consumo preferente para que se pueda dar el uso más adecuado al alimento. Igualmente, el sector aborda este reto desde varios frentes, como el desarrollo de campañas de información y sensibilización enfocadas al consumidor, sin duda, uno de los puntos donde mayor debe ser el compromiso.
En esta línea, las industrias destinan recursos para incentivar la innovación en envases y nuevas tecnologías de conservación para alargar la vida útil de los productos, algo que está haciendo repensar nuevos métodos de logística, almacenamiento y distribución más sostenibles. El transporte también forma parte de la respuesta medioambiental de la industria. Cada vez son más las empresas que apuestan por la movilidad sostenible, sustituyendo los vehículos por aquellos más sostenibles contribuyendo a reducir las emisiones de CO2.
Asimismo, las empresas buscan un uso más eficiente en la gestión de los recursos naturales para la mitigación de gases de efecto invernadero en la lucha contra el cambio climático. En este nuevo paradigma, la irrupción de la tecnología es clave. Por ejemplo, aplicar la digitalización, sistemas para el tratamiento de residuos y mejoras en los procesos para ser más eficientes en el uso de agua y energía.
Esta sostenibilidad también alcanza los aspectos sociales. Las empresas son conscientes de ello y contribuyen de manera positiva en la mejora de las condiciones laborales, en el fomento de la educación y la formación, o el avance en cuestiones de integración, igualdad de género o la erradicación de la pobreza. El fin último es que la actividad de las empresas contribuya a la conservación de los ecosistemas de los que depende y avanzar hacia modelos de negocio más responsables y comprometidos.
Operar bajo este nuevo esquema solo es posible desde el impulso simultáneo de todos los agentes implicados, de la colaboración público-privada y la puesta en marcha de unas políticas y legislaciones ambiciosas, pero a la vez realistas, que garanticen la competitividad de las empresas del sector. En esta tarea, las empresas ya trabajan de forma activa para consolidar un modelo industrial de producción coherente y respetuoso con el entorno, entroncando sus estrategias de negocio con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por las Naciones Unidas.
La crisis del coronavirus ha vuelto a ponernos en la casilla de salida, una gran oportunidad para repensar las estrategias de sostenibilidad y que estas adquieran un mayor impacto a lo largo de toda su actividad. Desde FIAB trabajamos para construir un entorno industrial sostenible capaz de alcanzar la neutralidad climática, un reto que debemos plantear siempre desde la búsqueda del equilibrio entre eficiencia, expectativas sociales y medio ambiente.