El Consejo de la UE aprueba la revisión de la directiva sobre tratamiento de aguas residuales urbanas
Más aglomeraciones y más contaminantes cubiertos
Según la Directiva revisada, los Estados miembros deben recoger y tratar las aguas residuales de todas las aglomeraciones de más de mil habitantes equivalentes —que es la medida utilizada para calcular la contaminación de las aguas residuales urbanas— de acuerdo con las normas mínimas de la UE (en lugar del umbral de dos mil habitantes equivalentes fijado en la normativa anterior), informaron en una nota de prensa fuentes del Consejo de la UE.
Para combatir mejor la contaminación y evitar los vertidos de aguas residuales urbanas no tratadas al medio ambiente, todas las aglomeraciones de entre mil y dos mil habitantes equivalentes deben contar con sistemas colectores y todas las fuentes de aguas residuales domésticas deben estar conectadas a estos sistemas antes de 2035.
Imagen de la reunión del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros celebrado en Bruselas el 5 de noviembre. Copyright: Unión Europea.
Para estas aglomeraciones, en 2035 los Estados miembros tendrán que eliminar la materia orgánica biodegradable de las aguas residuales urbanas (tratamiento secundario) antes de verterlas al medio ambiente. Se aplicarán excepciones a los Estados miembros en los que la cobertura de los sistemas colectores sea muy baja y, por tanto, requiera inversiones importantes. Los Estados miembros que se han adherido a la UE más recientemente y ya han realizado inversiones significativas para aplicar la Directiva actual (es decir, Rumanía, Bulgaria y Croacia) también pueden acogerse a excepciones.
Además, en 2039 la eliminación de nitrógeno y fósforo (tratamiento terciario) será obligatoria para las depuradoras de aguas residuales urbanas que traten aguas residuales urbanas con una carga igual o superior a 150.000 habitantes equivalentes. Para esas depuradoras de aguas residuales urbanas, en 2045 los Estados miembros tendrán que aplicar un tratamiento adicional para eliminar los microcontaminantes; es decir, deberán contar con un tratamiento cuaternario.
Microcontaminantes y la industria farmacéutica y cosmética
Los productores de productos farmacéuticos y cosméticos —principal fuente de microcontaminantes en las aguas residuales urbanas— deberán contribuir con un mínimo del 80% de los costes adicionales del tratamiento cuaternario, mediante un régimen de responsabilidad ampliada del productor (RAP) y de acuerdo con el principio de quien contamina paga’.
Desde el Consejo de la UE se afirma que el sector del tratamiento de aguas residuales urbanas “podría desempeñar un papel importante en la reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero y ayudar a la UE a alcanzar su objetivo de neutralidad climática”. Así, las nuevas normas introducen un objetivo de neutralidad energética, lo que significa que para 2045 las depuradoras de aguas residuales urbanas que traten una carga igual o superior a diez mil habitantes equivalentes tendrán que utilizar energía procedente de fuentes renovables generada por las propias plantas.
Próximos pasos
El Consejo de la UE añade que la adopción formal adoptada el 5 de noviembre “marca el último paso del procedimiento legislativo ordinario”. La Directiva se firmará y publicará en el Diario Oficial de la UE y entrará en vigor a los veinte días de su publicación. Los Estados miembros dispondrán de 31 meses para adaptar su legislación nacional a las nuevas normas.
Antecedentes
La directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, adoptada en en 1991, tenía como objetivo "proteger el medio ambiente de los efectos adversos de los vertidos de aguas residuales de origen urbano y de determinadas industrias".
Hace cinco años, en 2019, la Comisión Europea evaluó la norma en la que se "confirmó que la directiva anterior había demostrado ser muy eficaz para reducir la contaminación del agua y mejorar el tratamiento de los vertidos de aguas residuales en las últimas tres décadas", destacan fuentes del Consejo de la UE. No obstante, también mostró que todavía había fuentes de contaminación que aún no estaban siendo abordadas adecuadamente por las normas existentes. Entre ellas figuraba la contaminación procedente de aglomeraciones más pequeñas y un amplio espectro de microcontaminantes nocivos. Además, la evaluación puso de relieve que el sector de las aguas residuales urbanas es uno de los mayores consumidores de energía del sector público.
Tra este análisis, Bruselas presentó su propuesta de directiva revisada el 26 de octubre de 2022. Los dos colegisladores (Parlamento Europeo y Comsión) alcanzaron un acuerdo sobre la forma final del texto el 29 de enero de este año.