El agua en el corazón del debate de las Soluciones al Cambio Climático
Si bien la gestión del agua es predominantemente un problema local, las consecuencias de una gestión imprudente de la misma sí tienen un componente global. Esta permanente interconexión entre clima y agua, entre desarrollo y resiliencia, precisa de un mayor esfuerzo a la hora de ser abordada adecuadamente por todas las partes interesadas, en particular los actores políticos. El objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C a través de una adaptación y mitigación adecuadas no puede lograrse sin una gestión racional de los recursos hídricos y su financiación.
Abordar el cambio climático y la seguridad hídrica es un requisito previo para alcanzar la paz, así como muchos aspectos descritos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. El acceso al agua potable se encuentra en el corazón de los problemas en la agenda global. La comunidad internacional del agua está estructurada con redes clave que incluyen #ClimateIsWater, la Alianza para la Adaptación Global del Agua (AGWA) y las Alianzas Globales para el Agua y el Clima (GafWAC). Estas instituciones subrayan el imperativo de implementar una cooperación más estrecha dentro de la comunidad climática, así como las comunidades energéticas, de la agricultura, urbanas, de la salud y los océanos.
El agua conecta todos los sectores, ya que todos necesitan agua para operar de manera sostenible. Los vínculos intrínsecos entre el agua, la energía y los alimentos requieren un enfoque holístico que garantice el agua y la seguridad alimentaria, la agricultura sostenible y la producción de energía a nivel mundial. Esta interrelación está obligando a gobiernos, sector privado, las comunidades, el mundo académico y otras partes interesadas a explorar soluciones integradas para aliviar las presiones y formular vías de desarrollo basadas en el uso sostenible y eficiente de unos recursos limitados. Las llamadas metodologías ‘de abajo a arriba’ aplicadas al riesgo climático y la integración intersectorial, así como la toma de decisión en escala y los itinerarios adaptados, se encuentran entre los enfoques innovadores para garantizar que se puedan satisfacer las demandas de energía, ahora y en el futuro. Este enfoque de interconexión requiere un diálogo continuo entre las diferentes comunidades, destacando la importancia de foros como la CoP23 para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
Cada vez más, el agua juega un papel definitorio en el futuro del desarrollo y la geopolítica. Los obstáculos para acceder a fondos suficientes para cumplir los requisitos de inversión del cambio climático obstaculizan directamente el logro del Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos) junto al resto de objetivos. La financiación de capital debería triplicarse a 255.000 millones de euros anuales para alcanzar tales metas. Los países deben convertir sus compromisos en acciones ambiciosas, en particular mejorando los esfuerzos anunciados en sus contribuciones nacionales determinadas (CDN) e integrándolas en sus estrategias y políticas nacionales de adaptación al cambio climático. El agua debe emerger como una prioridad en las políticas nacionales e integrarse dentro de otros sectores importantes, como la energía, la seguridad alimentaria, la salud y la educación.
“El agua es un elemento esencial para el desarrollo humano en general. El uso sostenible del agua para múltiples propósitos debe seguir siendo una forma de vida y debe ser el centro de la construcción de ciudades y asentamientos humanos resilientes y garantizar la seguridad alimentaria en un contexto de cambio climático”, explica Mariet Verhoef-Cohen, presidenta de Women for Water Asociación.
“El cambio climático afecta a la disponibilidad de agua dulce, pero el mayor impacto se hace evidente en la forma en que administramos este precioso recurso. La escasez de agua no es el único problema, la mala gestión sí lo es. Necesitamos abordar cómo se distribuye el agua en América Latina y en el mundo. A pesar de que Brasil es el hogar de casi una quinta parte del agua dulce del mundo, Sao Paulo vivió recientemente una de las crisis más grandes de su historia debido a una sequía sin precedentes, con reservas de agua casi a cero. Además, en este momento las sequías también ocurren en todo el mundo en lugares como el norte de los EE UU, Australia e incluso China. Mientras que en Puerto Rico, a pesar de una terrible inundación, después de una gran tormenta, solo la mitad de la población de la isla tiene acceso al agua potable”, destaca el presidente del Consejo Mundial del Agua, Benedito Braga, en nombre de la iniciativa #ClimateIsWater.
El cumplimiento de los compromisos financieros con la adaptación debe complementarse con proyectos de desarrollo de capacidades sensibles a cuestiones de género en el sector del agua. Estas promesas se han esbozado en el Acuerdo de París y los fondos de adaptación climática, como el Fondo Verde para el Clima y el Fondo de Adaptación. Ellos representan el único camino a seguir.
Todos los actores estatales deben vincular sus compromisos, especialmente sus contribuciones nacionales determinadas (CDN), a sus estrategias y políticas nacionales de adaptación y mitigación: el agua debe situarse como una prioridad en las políticas nacionales e integrarse en otros sectores importantes como energía, seguridad alimentaria, educación para la salud.
Por otra parte, el Sr. Loïc Fauchon, presidente honorario del Consejo Mundial del Agua y en nombre de la iniciativa #ClimateIsWater, ha propuesto, durante el Día de Acción del Agua en la CoP23, crear un hub para conectar los sectores del agua, agricultura y energía con el fin de integrar mejor los esfuerzos para la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático.