Entrevista a Hugo Criado, CEO de Medrar Smart Solutions

Hugo Criado.

Podemos aseverar que el sector ha estado evolucionado tecnológicamente de forma progresiva desde hace muchos años, pero es recientemente (6-8 años) cuando se ha producido un gran despliegue tecnológico a todos los niveles, pasando en los inicios de las soluciones que están ligadas a la tecnificación productiva al período actual, donde ya vemos las primeras plataformas de inteligencia artificial con compartición de datos federados. Las mejoras han sido a todos los niveles, desde la propia producción forrajera, la salud y bienestar animal, el comportamiento y manejo, la producción láctea, las mejoras medioambientales…

Como en cualquier sector, pero con mayor impacto en los más tradicionales, la inteligencia artificial podría suponer un gran hito. Como podemos observar, en la ganadería hay una gran cantidad de datos, valores, números que están atomizados, no integrados y almacenados de una forma no sistematizada en el mejor de los casos. El ganadero y sus asesores toman muchas de las decisiones basándose en intuición, asesoramientos comerciales o por coste, ya que es imposible con las tecnologías anteriores poder integrar todo ese dato y transformarlo en información de valor. Los aspectos de aplicación son múltiples y, como siempre se remarca, es el propio sector el que debe usar esta tecnología y desarrollarla para sacarle el mayor provecho y utilidad en las principales direcciones de mejora.

Hemos visto en los últimos meses numerosos debates en los medios de comunicación acerca de las ventajas e inconvenientes de la inteligencia artificial y la conclusión, salvo matices, es que esta tecnología va a revolucionar nuestro tiempo, con lo que las ventajas serán incontables. Tendremos que trabajar entre todo el sector para sacarle el mayor partido. Como ejemplo, podríamos citar varios problemas que tendríamos más cerca de resolver apoyándonos en la inteligencia artificial. Uno es crear modelos predictivos fiables en granja para conocer cuánta leche y a qué precio vamos a producirla en función de variables como meteorología, número y tipo de animales, forraje… También se pueden detectar y prevenir enfermedades gracias al análisis de miles de datos.

Por supuesto que sí. De hecho, los principales avances han venido desde la sala o robot de ordeño. Este punto genera mucho interés por dos sentidos. El primero es más controvertido, porque viene a debatir acerca de la soberanía del dato, ya que en muchos casos esa recogida va directamente hacia la empresa fabricante y no permite el acceso al ganadero. En el segundo punto es clave la automatización en la recogida, puesto que al ganadero se le deben facilitar la toma de datos, que además de asegurar la recogida mediante métodos no invasivos también aporta mayor fiabilidad, bienestar y control.

Podemos hablar ya en presente o futuro cercano, puesto que ya tenemos los primeros resultados aplicados en el sector. Estas herramientas, aún en un estadío inicial de desarrollo e implementación, ya están generando mejoras cuantificables en granjas de todo España. Por poner un ejemplo, ya hemos trabajado en proyectos con start-ups que permiten predecir la reducción de la producción láctea en días posteriores en función de la temperatura y humedad. Esto parece algo que se pueda hacer en base a intuición y parámetros ya antes estudiados, pero con la actual casuística del cambio climático, para una empresa que recoge un millón de litros al día, estas variaciones pueden suponer importantes pérdidas.

Aquí puede estar una de las claves, pues esta tecnología viene como anillo al dedo a la mejora genética, ya que estas herramientas permiten trabajas con una ingente cantidad de datos, tanto históricos como futuros, lo que acelera los procesos y las predicciones del estudio genético y genómico. Esto es indiferente del tipo de sector productivo, por lo que dependerá más de que los propios agentes del sector sepan sacarle el mayor partido y usar la herramienta como un medio y no como un fin. En vacuno, la inteligencia artificial ha permitido el desarrollo de técnicas de selección genómica, que combina información genética con datos fenotípicos y ambientales para predecir el valor genético de los animales. Esto ayuda a identificar características de interés, como la resistencia a enfermedades, la calidad de la leche o la eficiencia alimentaria. Además, la inteligencia artificial también se utiliza en la inseminación artificial y la transferencia de embriones. Algoritmos de inteligencia artificial pueden analizar datos reproductivos y de fertilidad para mejorar la tasa de concepción y seleccionar los mejores animales para la reproducción. En el caso de ganado ovino, la selección genómica podría identificar características como la calidad de la lana.

Desde mi punto de vista, el futuro se presenta incierto, pero por primera vez creo que las explotaciones y los ganaderos pueden tener la oportunidad de equilibrar la balanza y el peso en la cadena alimentaria a su favor. Haciendo un buen uso de la tecnología, pueden ser capaces de mejorar su eficiencia y competitividad, poder demostrar el origen y calidad de sus producciones y, sobre todo, tener la suficiente información encima de la mesa para tomar las decisiones correctas de cara a asegurarse el futuro de su granja y, por ende, de sus familias.