Economía circular: una vuelta de tuerca de la sostenibilidad
La Unión Europea quiere transformar el problema asociado a la generación de más de 2,5 millones de toneladas de residuos cada año en soluciones de interés para la sociedad, poniendo en práctica la economía circular; un modelo sostenible que podría crear puestos de trabajo, beneficios económicos y contribuir al cuidado del medio ambiente.
El modelo de producción tradicional (lineal) consiste en cinco etapas: extracción de los materiales, fabricación, transporte, uso y desecho del producto. La economía circular propone añadir una nueva etapa a este ciclo (además de considerar todas las demás), y es la reutilización de esos desechos para extraer de nuevo materiales aptos para la fabricación, consiguiendo de este modo reducir el uso de materiales nuevos y reducir también la cantidad de basura que producimos y que es necesario tratar igualmente.
Hasta ahora la cadena de producción no ha tenido en cuenta la reutilización de los recursos porque en términos estrictos, suele ser más barato producir algo nuevo con materiales vírgenes que hacerlo con materiales reciclados. Esto es así, en la mayoría de los casos, si analizamos únicamente la parte económica y no el coste real de esa producción, que debe incluir las externalidades negativas en forma de contaminación, polución, degradación del medio y otros perjuicios para la naturaleza y el ser humano. La economía circular sí tiene en cuenta esos costes y los tiene en cuenta a la hora de calcular el coste real de la producción. De este modo, las sociedades se han percatado de que mantener el sistema de producción tradicional tiene un coste muy alto a largo plazo que no es sostenible, con lo que urgen cambiar el sistema de producción.
La economía circular se aplica de manera distinta dependiendo del sector del que estemos hablando, pero por lo general, cuenta con varias características comunes que resultan imprescindibles para que funcione:
- Preservación de los recursos naturales.
- Optimizar el uso de los recursos maximizando su utilidad.
- Mejorar la eficiencia de los sistemas de producción.
- Reparar, reciclar y reutilizar todos los materiales posibles.
- Recuperar los recursos para volverlos a introducir en el ciclo.
El grupo Saint-Gobain PAM está comprometido con la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente. Para lograr estos objetivos se compromete con la producción sostenible apostando por la economía circular.
Saint-Gobain PAM viene reduciendo desde hace años la huella de carbono y el consumo de agua y aumentará la valorización, para utilizar los subproductos en la construcción y reparación de carreteras y materiales de construcción prefabricados.
La energía es uno de las mayores preocupaciones de la industria, con lo que se utilizarán de manera eficiente los recursos y minerales con sistemas de recuperación de energía y con innovaciones en el ámbito de la eficiencia energética.
El uso de la fundición dúctil para la fabricación de tuberías tiene muchas ventajas en cuanto a la calidad y durabilidad de los materiales, pero también a la hora de su tratamiento posterior, ya que es 100% reciclable. Además, el sistema de canalización para realizar zanjas permite reutilizar el material extraído para su rellenado, con el consiguiente ahorro de materiales.
No sólo los materiales empleados en la fabricación tienen un papel importante en la economía circular, sino también los métodos de instalación y el diseño de las piezas. El Ecomontaje de Saint-Gobain PAM, disminuye la retirada y el transporte de tierras además de ser más sencilla su colocación y transporte, con el consiguiente ahorro de emisiones de CO2.