Bisinosis, un síndrome que ataca los lunes
Aunque puede confundirse con procesos gripales y enfermedades respiratorias poco específicas, la bisinosis tiene sus rasgos propios que la han colocado entre la nómina de las enfermedades profesionales (EP). La bisinosis está asociada a sectores de actividad en los que existe exposición a endotoxinas, destacando la industria del algodón y, en general, de la fibra vegetal, la cría de ganado, en particular pollos y cerdos; mataderos, gestión de residuos, fabricación de compost, procesamiento de productos hortícolas, etc.
Polvo de algodón
“Se ha demostrado –indica la Enciclopedia de Seguridad y Salud de la OIT- que la inhalación del polvo generado en los procesos de conversión de la fibra de algodón en hilos y tejidos es la causa de una enfermedad del pulmón denominada bisinosis, que afecta a los trabajadores del textil. Normalmente hacen falta entre 15 y 20 años de exposición a niveles elevados de polvo (más de 0,5 a 1,0 mg/m3) para que el trabajador presente los síntomas. Las normas de la OSHA y la Conferencia Americana de Higienistas Industriales del Gobierno (American Conference of Governmental Industrial Hygienists, ACGIH) establecieron que el límite de exposición al polvo de algodón en la fabricación de hilo debe ser de 0,2 mg/m3 de polvo respirable medido con un decantador vertical.
El polvo, amalgama de partículas suspendidas en el aire que se libera a la atmósfera durante la manipulación y transformación del algodón, es una mezcla compleja y heterogénea de restos botánicos, tierra y material microbiológico (bacterias y hongos) de composición y actividad biológica variables. No se conoce el agente etiológico ni la patogénesis de la bisinosis. Aunque las sospechas apuntan a los restos del procesado del algodón mezclados con fibras y endotoxinas de las bacterias gram negativas presentes en estos materiales. La propia fibra del algodón, que es principalmente celulosa, no es la causa por ser un polvo inerte que no provoca trastornos respiratorios. Las fibras de algodón son largas y no tienen efectos sobre el sistema respiratorio. Son las partículas de brácteas y otros componentes de la escoria que acompaña a las fibras vegetales los causantes de la bisinosis. Las operaciones con mayor riesgo debido a la exposición son el desmotado, cardado e hilado.
Endotoxinas, tóxicos respirables
La bisinosis no se produce con exposiciones a fibras de algodón limpias y puras, sino cuando las materias primas están contaminadas (endotoxinas) y los trabajadores inhalan los materiales contaminantes.
El INSHT nos recuerda que “las endotoxinas son las protagonistas de las enfermedades asociadas a los aparatos de aire acondicionado y humidificadores, así como también a la bisinosis. Afectan también a los trabajadores de las plantas de depuradoras de aguas y de tratamiento de residuos sólidos urbanos, así como al personal de criaderos industriales de aves y a los agricultores. Las endotoxinas, componente de la membrana exterior de las bacterias gram-negativas, son agregados macromoleculares de alrededor de 1 millón de daltons (endotoxina libre). Las bacterias gram-negativas se encuentran en el medio ambiente, contaminando los vegetales, detectándose muy a menudo en las plantas del algodón. Estos patógenos crecen rápidamente en el agua estancada por requerir muy pocos nutrientes. Las propiedades toxicológicas de las endotoxinas son diferentes según las especies y el estadio de desarrollo de las bacterias. Su efecto tóxico se incrementa con el aumento de temperatura, pues las proteínas se desnaturalizan y pueden acceder más fácilmente a los receptores celulares”.
- Efectos sobre la salud
Su nocividad es bien conocida. En 1713, Ramazzini ya describiría los síntomas pulmonares agudos de la inhalación de polvos de desechos vegetales (bisinosis). Fue en 1942, cuando se estableció la relación entre la presencia de bacterias gram negativas y los síntomas pulmonares presentados por los obreros de una hilandería de algodón.
La concentración de endotoxinas en el polvo de las hilanderías dependerá, entre otras variables, del origen geográfico del algodón, de la forma de lavado antes del cardaje, de la ventilación de los locales y de los métodos de hilado.
Los agricultores encargados de la manipulación de fardos de paja durante la descarga de avena así como de la operación de abono, no sólo están expuestos a las endotoxinas, sino que también lo están a las aflatoxinas producidas por el Aspergillus fumigatus. Asimismo, los trabajadores de silos en los que se almacena grano también pueden estar expuestos a la inhalación de endotoxinas.
Las endotoxinas son altamente tóxicas. Provocan fiebre, malestar, alteraciones en el recuento de los leucocitos, afecciones respiratorias y estado de shock, llegando en algunos casos a producir la muerte. En pruebas de inhalación experimental de bacterias gram-negativas o de endotoxinas se ha constatado la aparición de fiebre, tos, dolor difuso, náuseas, jadeo y obstrucción aguda del flujo de aire, comprobándose
una disminución significativa del volumen expirado máximo por segundo (VEMS). Los efectos pulmonares de la inhalación de las endotoxinas aumentan en individuos asmáticos.
Prevención durante la recolección, transporte y almacenaje
Se ha visto que las endotoxinas representan un problema de salud para los trabajadores fabriles (al final de la cadena de producción). Sin embargo, los problemas aparecen con las primeras manipulaciones de las sustancias (fases de recolección, transporte y almacenaje). En enfoque preventivo del INSHT señala que hay que priorizar acciones como:
-Construir los locales de forma que permitan una limpieza rápida y total, un buen mantenimiento y una adecuada ventilación.
-El almacenamiento se producirá en condiciones relativamente secas para prevenir el enmohecimiento (humedad relativa inferior al 70%) y a una temperatura por debajo de los 5º C.
-Evitar que la humedad del suelo llegue al producto. En operaciones de humidificación o rociado, mediante la utilización de humidificadores, sólo se utilizará agua con garantía de calidad microbiológica.
-La instalación de aire acondicionado junto con la planta de humidificación, se mantendrán en perfecto estado de limpieza, evitando que el agua se condense en sus conductos.
-Eliminar y destruir todo residuo infectado que pueda contaminar el producto recién introducido.
-Efectuar mediciones del nivel de polvo en los almacenes. Control del nivel de endotoxinas y micotoxinas del material almacenado.
-Control de roedores, garrapatas, ácaros e insectos. Mantener el grano limpio: remover y limpiar.
-Apilado de los sacos adecuadamente para facilitar la limpieza del suelo, la inspección del producto y permitir la ventilación de las pilas de sacos.
-Reparación de las grietas de las paredes y orificios de las puertas y techos que puedan ser fuentes de plagas.
-No mezclar el grano nuevo con el viejo y fumigar el material viejo que haya de manternerse. Efectuar la fumigación por personal especializado.
-Limpieza de las estructuras de almacenamiento, eliminando todo indicio de grano derramado, polvo, etc.; eliminar el polvo del equipo y la maquinaria de manipulación y desinfectar los sacos y cestos, mediante soleamiento y tratamiento químico.
-Adopción de medidas generales de control en la generación de polvo. Trabajar en áreas bien ventiladas y usar ventiladores de extracción, si es posible.
-Usar EPIs apropiados durante la recolección: ropa de trabajo que cubra todo el cuerpo, guantes, botas de protección y gorra, para evitar cortes, pinchazos, picaduras, reacciones alérgicas o contactos indeseados. Curar y proteger inmediatamente cualquier herida.
-Empleo de mascarilla (autofiltrante P3) por parte de las personas que desarrollen su trabajo en zonas de almacenamiento y trasiego de cereales, así como gafas de protección.
-Mantenimiento de una buena higiene personal, lavándose a menudo las manos.
-Control biológico de plagas en los cultivos.
Síndrome tóxico por polvo orgánico
Conocido también por su sigla inglesa ODTS (Organic Dust Toxic Syndrome) es, según nos recuerda la NTP 802 del INSHT, una enfermedad aguda, febril, no alérgica, caracterizada por fiebre, temblores, tos seca, opresión torácica, disnea, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, fatiga, náusea y malestar general. Los síntomas hacen pensar en la gripe, pero normalmente desaparecen al día siguiente. Bajo este nombre se pueden englobar otras enfermedades tales como: las fiebres de los manipuladores de grano (síndrome de los silos), la bisinosis, la fiebre de los humidificadores y climatizadores, el síndrome de los poceros y otras fiebres inhalatorias.
Esta enfermedad es típica de trabajadores expuestos a niveles elevados de polvo orgánico, normalmente en espacios confinados. Los mecanismos fisiopatológicos son diversos, entre ellos cabe señalar el papel asignado a las endotoxinas bacterianas, a las micotoxinas, al ß(1,3)-glucanos, o a la activación del complemento por la vía alternativa.
La sintomatología es muy similar a la de la neumonía hipersensitiva. El diagnóstico diferencial no está completamente establecido, pero la opinión compartida es que, en ODTS, los cambios de la función pulmonar son reversibles.
Medidas preventivas de la bisinosis
La primera medida preventiva es atacar el problema en su fuente: existen diferentes técnicas de lavado eficaces a la hora de reducir o eliminar los efectos del polvo de algodón.
Ello debe complementarse con un control técnico adecuado de las zonas de procesado textil del algodón junto con unos métodos de trabajo correctos, el control médico y el uso de equipos de protección personal), medidas que son por sí mismas suficientes para eliminar en gran parte la bisinosis.
El lavado del algodón con agua templada en autoclave y los sistemas de bloques continuos reducen la concentración residual de endotoxina, tanto en la borra como en el polvo en suspensión en el aire a valores de seguridad. Ello se complementará con un programa de vigilancia de la salud de los trabajadores expuestos (cuestionarios, entrevistas, espirometrías para valorar la función pulmonar, etc.).