Cuatro centros tecnológicos crean la Red MARFIL para aumentar el uso de plásticos de fuentes renovables
El Instituto Tecnológico del Plástico Aimplas, la Fundación para la Investigación y el Desarrollo del Transporte y la Energía (Cidaut) y los centros tecnológicos AITIIP y Gaiker han constituido la Red MARFIL. El objetivo de la misma es incrementar la utilización de bioplásticos, aditivos y refuerzos procedentes de fuentes renovables como materiales innovadores en sectores clave.
Con un menor impacto medioambiental, más fácilmente reciclables y/o biodegradables estos materiales plásticos, elaborados a partir de fuentes alternativas al petróleo, se potenciarán en sectores que consumen grandes cantidades de materiales plásticos, entre los que fuentes de Aimplas citan “al sector del envasado de alimentos, y en sectores industriales de alto valor añadido, como el transporte o la agricultura. El objetivo es incrementar significativamente su uso en aplicaciones donde sean la mejor opción desde el punto de vista medioambiental, técnico y económico”.
Para lograr este objetivo, la Red MARFIL “desarrollará un programa estratégico de investigación, desarrollo, innovación y formación centrado en fortalecer las capacidades de estos centros para el desarrollo de plásticos biobasados, principalmente a partir de residuos, subproductos agroindustriales o biomasas alternativas”.
Colaboración con grupos de investigación
Aimplas señala que las capacidades que se adquieran por parte de los integrantes de la red “se difundirán a diferentes niveles para promover la colaboración con grupos de investigación punteros, incrementar el interés de la industria en el desarrollo de materias primas y productos sostenibles, atraer talento y concienciar a la sociedad sobre las ventajas medioambientales de los bioplásticos para su uso en aplicaciones como la seguridad alimentaria en envases, el aligeramiento en componentes para el sector del transporte y la mejora de las prácticas agrícolas, asegurando la resiliencia de la cadena de suministros”.
El objetivo es que el uso de polímeros procedentes de fuentes renovables suponga más del 5% (unas 200.000 toneladas) del total en España en 2030. “El éxito de la Red MARFIL contribuirá en gran medida a reducir la dependencia del petróleo, a valorizar los subproductos agrícolas (contribuyendo así a reducir la despoblación en las zonas rurales) y a limitar la cantidad de residuos que van a parar a los vertederos sin ningún tipo de valorización”, auguran las mismas fuentes.
Tres líneas principales de investigación
La red trabajará en tres líneas principales de investigación: tratamiento sostenible y escalable de biomasa agroindustrial para producir biopolímeros, aditivos y refuerzos; mejora de sus propiedades y capacidad de procesado mediante nuevas técnicas de polimerización de bioplásticos; y aumento de su compostabilidad y reciclabilidad.
Aunque el objetivo inicial es centrarse en tres sectores principales —transporte y logística, envasado, y agricultura y pesca— “los resultados de la Red MARFIL se extrapolarán a otros sectores consumidores de plásticos (por ejemplo, construcción, eléctrico-electrónico, textil y mobiliario) y a industrias de alto valor añadido (por ejemplo, sanidad, biotecnología y aeronáutica-aeroespacial)”.
El proyecto Red MARFIL forma parte de la convocatoria Cervera Centros Tecnológicos de Excelencia 2023 publicada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y financiada con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El programa está gestionado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), concluye la nota de prensa.