Limitaciones en el reciclado mecánico de envases plásticos y vías para su adecuada gestión
Carmen Ramírez Artacho, investigadora en Reciclado Mecánico en Aimplas
18/01/2023El Plan Europeo de la Economía Circular y la Estrategia Europea para el plástico han sido clave para afianzar los compromisos europeos en materia de economía circular, en concreto de la circularidad de los plásticos. Ello se ha materializado en la entrada en vigor de dos nuevas directivas europeas en materia de Economía Circular y Residuos Plásticos, con su consecuente transposición a legislación a nivel estatal, que ha derivado en la publicación de una nueva Ley de residuos y del Real Decreto de Envases.
Todo este reciente desarrollo deja claros unos ambiciosos objetivos para la gestión y recuperación de residuos plásticos. Sin embargo, teniendo en cuenta la situación actual de producción y gestión de residuos plásticos en Europa, resultan evidentes los inmensos esfuerzos por parte de Administraciones públicas e industria para alcanzar dichos objetivos.
El plástico es un material presente en gran variedad de sectores, siendo el principal de ellos el Packaging (44% de la producción de plásticos en la EU en 2021). Tras su uso, estos envases plásticos derivan en residuos. Una vez que estos entran en el circuito de gestión de residuos domésticos, dependiendo del caso, no siempre son o pueden ser gestionados adecuadamente.
La gestión de residuos de envases en España se gestiona de forma colectiva, de forma que son las empresas envasadoras, a través de su Responsabilidad Ampliada del Productor las que financian conjuntamente un Sistema Integrado de Gestión, Ecoembes, que de forma colaborativa con las Entidades Locales gestiona la recogida selectiva y clasificación para el posterior reciclado en las empresas privadas demandantes de estos materiales.
De este modo, una vez que se desecha un residuo de envase donde corresponde, este es recogido y preseleccionado en una planta de clasificación, y una vez es seleccionado, es enviado a la correspondiente planta de reciclado del material en cuestión.
determinados flujos de residuos que no logran recuperarse adecuadamente son los siguientes:
1 – Las instalaciones de gestión de residuos no se encuentran adaptadas para la correcta clasificación o reciclado de determinados residuos de envase, o viceversa.
A pesar de que un determinado residuo de envase sea fácilmente reciclable por vía mecánica desde el punto de vista técnico, puede no ser reciclado finalmente.
Esto ocurre en el caso de envases de tamaño muy pequeño, como monodosis. De forma general, no son fácilmente seleccionables de forma previa al proceso de reciclado mecánico. Esto se debe a que la maquinaria que comúnmente presentan las instalaciones de gestión de residuos se encuentra normalmente adaptada a la clasificación de elementos de mayor tamaño.
2 – El color del envase limita la clasificación y limita el reciclado.
En el caso de los envases de color negro, debido a esta característica, no resultan detectables por los sensores NIR de los equipos de clasificación automática, ya que el color negro absorbe la mayor parte del espectro infrarrojo. Así, la capacidad de detección del equipo se ve bloqueada, impidiendo la correcta clasificación del envase, y por lo tanto su adecuada gestión posterior.
Además, la utilización de materiales plásticos coloreados para la fabricación de envases, como botellas PET, limita en gran medida su reciclado, ya que para la fabricación de nuevas botellas se requiere de un color homogéneo, normalmente transparente o azul claro (light blue).
Figura 3. Residuos de PET transparente y color. Fuente: Residuos profesional
3 – No existe un flujo de residuo lo suficientemente abundante que permita una sostenibilidad real de instalaciones de reciclado adaptadas a la gestión de este.
Existen determinados flujos de residuos de envases que, debido al material principal que los compone, no terminan reciclándose de forma general. De igual forma que materiales plásticos como el Polietileno o el PET son muy utilizados para la fabricación de envases, otros plásticos como el Poliestireno, son más minoritarios.
4 – La estructura y composición del envase original resulta demasiado compleja.
Los avances tecnológicos en el sector envase permiten el desarrollo de envases cada vez más funcionales que logran una mejor conservación de los productos, suponiendo una disminución considerable del desperdicio alimentario.
Sin embargo, la utilización de varios materiales en proporción similar, y/o de difícil separación, como es el caso de los envases con estructuras multicapa, se traduce en una baja compatibilidad con los procesos estandarizados de reciclado.
6 – Contacto alimentario
En relación con aquellos envases plásticos destinados a estar en contacto con alimentos, es necesario de cumplir una serie de requerimientos por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Es por ello por lo que, en este caso, no todos los materiales ni en todas las ocasiones es posible utilizar plástico reciclado para la fabricación de nuevos envases destinados a contacto alimentario. A pesar de que existen estrategias para su incorporación y procesos de reciclado autorizados, en la actualidad supone una limitación en la circularidad de estos materiales.
Soluciones
Como respuesta a las limitaciones contempladas, resulta necesaria la adopción de medidas tanto a corto como a largo plazo.
En primer lugar, el ecodiseño se presenta como la principal herramienta a aplicar con el fin de asegurar la reciclabilidad y compatibilidad de los envases al final de su vida útil generados como residuos. Son múltiples los estudios que han demostrado que los impactos ambientales de un producto pueden llegar a reducirse entre un 70% y un 80% aplicando medidas de ecodiseño.
Consecuentemente, la mejora de las instalaciones de gestión de residuos es clave para incrementar el volumen y calidad de reciclado. Estas modificaciones deben abordarse multidisciplinarmente, tanto desde el punto de vista técnico, ambiental y económico, así como por parte de las administraciones públicas y los entes privados involucrados.
Finalmente, la innovación en el sector del reciclado supone un incremento en las posibilidades de gestión de determinados flujos de residuos. El desarrollo tecnológico y modernización de los procesos de reciclado mecánico conlleva a una mejora en la eficiencia, capacidad y diversificación de estos tratamientos, por lo que resulta necesario seguir apostando por la innovación y desarrollo que lo permitan.
Asimismo, la puesta en marcha de alternativas avanzadas de valorización como el reciclado químico o biológico durante los últimos años ha permitido dar solución a la falta de opciones de valorización, como ocurre en los casos de residuos más complejos en los que no existe una viabilidad de reciclado por las vías estándar (principalmente reciclado mecánico).