El ovino de carne supedita su futuro a la exportación vinculada con el consumo religioso
Raúl Muñiz, presidente de la Organización Interprofesional del Ovino y Caprino de carne (Interovic), supedita el futuro del sector a la internacionalización y, en concreto, pone el foco en esos destinos donde el consumo de cordero es “una obligación” por cuestiones religiosas.
Muñiz señala que la carne de cordero “es la más religiosa” porque es esencial para confesiones como el islam o el judaísmo y por ello centran sus exportaciones en zonas como el norte de África, en una entrevista con Efeagro. Frente a la caída del consumo nacional de cordero (-7,7% en hogares en el acumulado móvil a noviembre pasado), en dichos países hay un crecimiento de la población, de su poder adquisitivo y del consumo de ovino.
A nivel de explotaciones, Muñiz recordó que 2024 fue un año “bueno”, con recuperación de los precios del cordero gracias a una depreciación de los insumos y a una buena climatología para el campo. A todo ello se unió un descenso de la cabaña (medio millón de ovejas menos en 2024) con la consecuente rebaja de producción. Esa menor cabaña junto a la subida de la demanda de países como Marruecos, que pasan por una crisis de producción de cordero debido a la sequía, empujó al alza también del IPC de la carne de cordero a nivel nacional.
Muñiz es también presidente del grupo de trabajo Ovino y Caprino del comité de organizaciones agrarias y cooperativas europeas (Copa-Cogeca) y está por lo tanto pendiente de la nueva visión sobre la agricultura que quiere impulsar la Comisión Europea. Se mueve entre la “esperanza” que le inspira el nuevo comisario europeo de Agricultura, Christophe Hansen, de acercarse a la visión del productor y la “resignación” de saber que será “muy difícil” porque “nosotros necesitamos decisiones ágiles, valientes y rápidas”, algo que choca con “la maquinaria de la UE”.
Se queja especialmente de la directiva que Bruselas estudia sobre bienestar animal en el transporte y que, según expresó, es especialmente lesiva para España por su climatología y su ubicación periférica. Apunta que esa norma demuestra cómo hay personas que legislan a nivel comunitario “que no han pisado el campo en su vida”.

A nivel de comercio internacional, su sector sigue pendiente del acuerdo de libre comercio UE-Mercosur y están estudiando la repercusión que pueda tener. De cara a la exportación, tienen la vista puesta en Brasil, un país que presenta “oportunidades porque es un claro comprador” de esta carne. Otra opción es “buscar mercados-nicho” en zonas del Mercosur que puedan estar interesadas en carnes con sellos de calidad (DOP e IGP).
En cuanto a la guerra comercial arancelaria que ha desatado Estados Unidos, Muñiz aclaró que actualmente el intercambio comercial con ese país es “cero”, por lo que no mostró demasiada preocupación al respecto. No obstante, reconoció que es un país con “grandes oportunidades” y en el que tenían puesto el foco.
En materia de sanidad animal, es un sector principalmente afectado por el virus de la lengua azul, cuyo programa de vigilancia, control y erradicación acaba de modificar el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación instaurando la vacunación como voluntaria en la península. Para Muñiz, ha sido un cambio “lógico” que va en consonancia con las estrategias de otros países de la UE y estima que así no se resta competitividad al comercio internacional de ovino español.