Ceden cinco cabras de raza Guisandesa a la Diputación de Ávila para evitar su extinción
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León ha cedido a la Diputación de Ávila cinco ejemplares de cabra Guisandesa para “mantener la raza” y “evitar su extinción”, según explica el portavoz del equipo de gobierno de la institución provincial en funciones, Juan Carlos Sánchez Mesón.
Se trata de uno de los acuerdos adoptados por la Junta de Gobierno Provincial de la Diputación abulense, que ha aceptado la cesión de estos animales autóctonos originarios de Guisando (Ávila), un municipio situado muy cerca de las vecinas provincias de Cáceres y Toledo.
Este paso se produce dos años y medio más tarde de que la Diputación de Ávila firmara un acuerdo con la Asociación Extremeña de Criadores de Caprino de Raza Verata (Acriver) para tratar de evitar la desaparición de la raza caprina Guisandesa, cuyos escasos ejemplares se encuentran, casi exclusivamente en los municipios de Guisando y Candeleda.
A partir de ese acuerdo, que incluía una subvención de 3.000 euros destinados a dicha asociación, Acriver tenía que realizar los estudios precisos para garantizar que no se produjera la extinción de esta raza autóctona del suroeste de la provincia de Ávila. El convenio responde al que ese colectivo mantiene una raza similar a la Guisandesa y tiene “mucho trabajo hecho” en este sentido, ya que cuenta con “expertos en la materia”, según explicó en su día Sánchez Mesón.
La Guisandesa es una raza caprina considerada como antigua en el catálogo de razas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, contando con muy pocos ejemplares en pureza, en apenas dos explotaciones. Se trata de una raza simbólica, que tiene su origen en el municipio de Guisando y que dada su singularidad se pretende preservar.
Es una raza de aptitud mixta, es decir, que resulta apta para producción de cabritos y de leche para quesos, destacando por sus especiales cualidades para adaptarse a su entorno, así como por su rusticidad y su importancia medioambiental.
Hace cinco años hubo un proyecto de conservación en el que colaboraban el Centro de Selección y Mejora Genética de Ovino y Caprino de Castilla y León (Ovigén) y la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta, que adquirió entonces 13 hembras y cuatro machos.