La trashumancia cobra importancia con la sequía en su faceta de prevención de incendios
Actualmente, España es de los pocos países del mundo donde se sigue trashumando, principalmente la raza Merina, la más extendida en el mundo y cuyo origen se sitúa en territorio nacional, pero cada vez son menos los pastores que están dispuestos a trasladar en primavera y verano a sus rebaños desde las calurosas dehesas extremeñas hasta el norte de España para regresar en otoño. En el contexto de sequía actual, con las altas temperaturas y la escasez de pastos, muchos ganaderos están tomando la decisión de partir con sus rebaños en busca de comida y temperaturas más bajas, para paliar los altos costes que supone alimentar a sus ganados con piensos.
“La trashumancia es vital para nuestro territorio, el medio ambiente y nuestras ovejas y cabras. En el mes de mayo las temperaturas en Extremadura son muy elevadas, sumado a la sequía hace que haya escasez de alimento, por lo que el desplazamiento de los rebaños al norte es vital para el bienestar animal ya que la hierba se conserva en mejores condiciones” declara Raúl Muñiz, presidente de la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y el Caprino de Carne (Interovic).
Por eso, Interovic, a través de su Programa Europeo 2021-2023 ‘Sabrosa y Sostenible. Elige el Origen Europeo’, quiere resaltar la importancia de esta práctica y de la ganadería extensiva que es cultura, tradición y vida rural, contribuye a la conservación de ecosistemas, de paisajes, es productora de oxígeno, de agua, amortiguadora del cambio climático y es la común en el sector del ovino y caprino.
Un ejemplo es José Manuel Sánchez Miguel, un pastor ganadero de Huertas de Ánimas (Trujillo), que con 43 años emprende por primera vez la trashumancia a pie por la Cañada Leonesa Occidental Puerto el Pico. Será una travesía de 40 días, más dura de lo habitual por la falta de pastos debido a la sequía, que le llevará a su meta en busca de comida para su rebaño: los Picos de Europa (León).
La trashumancia a pie es una actividad que él recuerda, realizaban sus abuelos y sus padres. Desde pequeño siempre ha sido su sueño hacerla, le hacía mucha ilusión ir tras los pasos de sus antecesores, pero resalta que este año se ha animado un poco por obligación. “El tiempo está tan mal que no se puede mantener el rebaño en Extremadura, por la sequía y las altas temperaturas no hay nada de comida y los piensos son muy caros, el campo está pelado. Es pura subsistencia”, apunta.
El rebaño de 1.700 ovejas de raza Merina salió de la finca Las Hinojosas, en Cáceres, e irá en dirección Trujillo, lo bordeará hasta llegar a Puerto Minarete, buscando cordeles, por donde van las cañadas a las Sierra del Ponde. Pasará por Almaraz, Navalmoral de la Mata (Cáceres), Oropesa (Toledo), Arenas de San Pedro, hará la calzada romana hasta llegar a Puerto el Pico, en Valladolid atravesará Medina del Campo, Tordesillas, Medina de Rioseco y Mayorga, entre otros, llegará a León por el Burgo Ranero y terminará en Acebedo, en Riaño. Allí se quedará todo el verano con su pastor y sus ovejas, en el lugar donde podrán pastar y pasar el verano. Volverán en otoño a finales de septiembre, a pie. En total serán, calcula, unos 40 días de travesía en los que prevé hacer etapas de entre 15 y 20 kilómetros diarios.