Los retos de bioseguridad a los que se enfrenta una granja de ovino
ENRIQUE RUIZ. Director técnico de Zotal.
20/01/2020PRIMERA SESIÓN / SEMINARIO DE BIOSEGURIDAD. Evita los problemas que no puedes controlar.
La bioseguridad en otras especies ganaderas está muy adelantada, pero el ovino y los pequeños rumiantes en general están muy descolgados en aspectos de bioseguridad. Hay un camino muy amplio por recorrer, lo que significa que puede haber un fuerte retorno de la inversión.
Como condicionante de futuro de la bioseguridad, está la reducción en el uso de antibióticos. Este hecho marcará la agenda del sector en los próximos años, por lo que el foco estará puesto en la prevención, a través de la vacunación y a través de la bioseguridad. Se debe tener en cuenta otra serie de consideraciones, como que en el sector de los pequeños rumiantes hay dos mundos totalmente distintos, como son el ovino trashumante y la explotación intensiva lechera. Lógicamente, las medidas no pueden ser las mismas, sino que hay que adaptar lo que se hace a cada una de las producciones.
A lo largo de los últimos años, los conceptos de higiene han ido cambiando según se ha ido profesionalizando el sector. Se empezó por las tres ‘des’, que era el aspecto más sencillo, con la desinfección, desratización y desinsectación, y se pasó a la bioseguridad. A través del esfuerzo del Ministerio de Agricultura y la profesionalización del sector, se ha ido hacia prácticas correctas de higiene.
En definitiva, se puede decir que la bioseguridad es el conjunto de medidas estructurales y de manejo que permiten evitar la entrada de una enfermedad en una explotación o, si esa introducción ya ha ocurrido, evita la diseminación dentro de la explotación. Los planes generales de higiene incorporan otra serie de medidas, además de las estructurales y las de manejo, como la calidad de alimentación, el bienestar animal, la formación del personal, el uso responsable de medicamentos...
Una explotación debe desarrollar sus propios protocolos de bioseguridad, a partir de la normativa existente. La bioseguridad se debe basar en tres principios, que son el aislamiento selectivo del exterior, el control de flujos y unas adecuadas tareas de limpieza y desinfección.
Un protocolo de bioseguridad debe tener un responsable, un procedimiento de ejecución, un procedimiento de vigilancia para detectar posibles problemas con acciones correctoras y un procedimiento de verificación, es decir, que alguien registre cómo se ha hecho. Esos protocolos se deben conservar por escrito y adaptarlos a cada explotación.
MEDIDAS ESTRUCTURALES
Hay varias medidas estructurales importantes en una explotación:
- Ubicación. Distancia a granjas próximas, así como carreteras. Atención a la dirección del viento.
- Cercado y cerramientos. La valla debe tener dos metros de altura y enterrada en el suelo. Es importante el espacio entre el cercado exterior y las naves, sobre todo por los roedores, con al menos 25 metros de terreno despejado. Las puertas deben estar cerradas.
- Rodaluvio y/o arco de desinfección. En función de la comunidad autónoma, hay una legislación diferente. Es mejor un arco de desinfección, ya que limpia el vehículo entero. Debe tener unos cuatro metros y renovarse el desinfectante.
- Cuarentena. Un lazareto debe alojar a los animales enfermos o para aquellos que entran nuevos en la explotación. Apartado de las naves y con pediluvios.
- Silos. Debe tener una zona de carga desde el exterior.
- Muelles de embarque. Diseñados para cargar fuera de la explotación. Debe tener un área ‘limpia’ y otra ‘sucia’.
- Recogida de estiércol.
MEDIDAS DE MANEJO
Hay diez medidas de manejo que se pueden implementar en las explotaciones ovinas.
¦ Recepción de nuevos animales
Se deben realizar vacunaciones, desparasitaciones, rehidratación del animal, complejo vitamínico y control de la documentación. Es muy importante el cuidado con los animales prestados, porque son un riesgo para la sanidad de la explotación. Por lo tanto, se debe extremar la higiene durante la recepción de los animales. También es importante el desarrollo de un programa de cuarentena con las condiciones de manejo, con uso de pediluvios y limpieza del personal al entrar y salir.
¦ Accesos y visitas
Las visitas son un riesgo importante para la explotación, sobre todo en el caso de algunas enfermedades, por lo que deben ser las mínimas posibles. Si se produce, se debe seguir un protocolo estricto de higiene, ducha y cambio de ropa. No debe haber excepciones. Un aspecto interesante es señalizar itinerarios, para que las visitas no vayan por cualquier parte de la explotación, sino por zonas que posteriormente será más fácil limpiar y desinfectar.
¦ Embarque de animales
Debe intentar hacerse fuera de la explotación. Si el conductor ayuda en la carga, se debe seguir el mismo procedimiento que para las visitas. Si se hace en el interior, tomar medidas adicionales en la desinfección del vehículo.
¦ Manejo de los animales
En rumiantes es complicado incorporar el sistema de ‘todo dentro, todo fuera’, como se aplica en porcino o en avicultura, pero se puede utilizar un manejo de bandas con grupos de edad. Se debe visitar la cuarentena en último lugar. Cuando se pasa de una nave a otra, hay que lavar el calzado y las manos, además de la desinfección y, en algunos casos, incluso de ropa, como ocurre en porcino con el sistema de entrada danés.
¦ Limpieza + Desinfección + Desratización + Desinsectación
Es un elemento clave en la bioseguridad de una explotación. Si no se tiene un estándar alto de limpieza y desinfección, fallan el resto de procesos. Debe hacerse de forma reglada, por lo que hay que recoger por escrito el producto que se ha usado, la dosis, quién lo ha hecho, en qué fecha, cómo se ha aplicado y las correspondientes observaciones.
En la limpieza y desinfección puede haber dos situaciones distintas. Por un lado, está una nave que se ha quedado vacía y una nave que está en funcionamiento y que tiene animales dentro.
En una nave vacía, se debe aplicar el siguiente procedimiento:
- Desinsectación en caliente. Si hay insectos en la nave, es el momento de hacer una desinsectación en caliente. Justo cuando se cargan los animales, en las primeras horas, los insectos están todavía activos y no han salido a refugiarse en la zona exterior de la nave.
- Limpieza en seco. Eliminación de restos de pienso o deyecciones, desmontando los utensilios, eliminando el polvo y con limpieza exterior de las naves.
- Desinfección del circuito de agua de bebida. Se debe hacer de dos a cuatro veces al año con un desinfectante autorizado, dejando actuar al producto durante dos horas y luego aclarando.
- Lavado. Uso de agua y de detergente, que es un aspecto muy importante. Se debe aplicar con máquinas de alta presión, si es posible con espuma y se le debe permitir tiempo suficiente de actuación porque es una reacción química. En las paredes es mejor hacer una aplicación de abajo hacia arriba con unas ondas largas. Después se aclara. Es importante el uso de detergente porque, hasta ahora, todas las normas de eficacia de un desinfectante se hacían en tubos de ensayo, por lo que funcionaban muy bien. Sin embargo, cuando se comenzaron a adaptar a lo que ocurre en realidad, se comenzaron a incubar los inóculos de bacterias o de hongos. Los desinfectantes necesitaban dos o tres veces más dosis. Lo que ocurría es que ahora las bacterias tenían tiempo de formar el biofilm, que es una capa de lipopolisacáridos que es su defensa. Los desinfectantes no penetran fácilmente en el biofilm. Los detergentes, por su actuación química, disuelven esa capa de lipopolisacáridos del biofilm, por lo que expone a las bacterias para que pueda acceder posteriormente el desinfectante. Además, el detergente ayuda a reducir el tiempo de actuación del desinfectante, reducir la cantidad de agua que se utiliza, y por lo tanto los residuos que se tienen que gestionar, y a conservar bien las instalaciones. Diversos estudios en otras especies ganaderas señalan que hay 50 millones de unidades formadoras de colonias de bacterias al salir a los animales, se reduce a 20 millones con agua, pero si se aplica a detergente se pasa a 100.000 bacterias. Por su parte, con el desinfectante se llega ya a 1.000 unidades, pero el desinfectante no podría hacerlo si no se hubiera aplicado previamente un detergente, porque la materia orgánica protege a los microorganismos.
- Reparación. Una vez seca la instalación, se sellan todas las aperturas por las que puedan entrar roedores y revisar las medidas de barreras contra insectos.
- Desinfección. El desinfectante se hace sobre superficies secas y mediante pulverización, ya que es la forma más eficiente. Se debe utilizar una concentración adecuada a la que indica el fabricante, pero también una cantidad adecuada. La desinfección es algo que ocurre siempre en un medio acuoso, ya que las moléculas del desinfectante necesitan el agua para llegar hasta los microorganismos, por lo que se deben mojar las superficies con 300 mililitros por metro cuadrado, tanto las paredes como el suelo como las partes exteriores de las naves. Hay diferentes resistencias a los desinfectantes, por lo que hay que elegir el adecuado si hay una enfermedad con el objetivo de que sea efectivo. Además, los desinfectantes deben rotarse en función de la evaluación microbiológica. Cuando se utiliza mucho una cierta familia de desinfectantes, se seleccionan los microorganismos que son más resistentes a ese desinfectante. No están creando resistencias realmente. Aunque es algo que puede ocurrir en el futuro, en la actualidad no hay publicaciones científicas que avalen que hay un problema de resistencias a los desinfectantes. Por otra parte, el desinfectante se puede aplicar en espuma, que es algo muy adecuado para ver por dónde se está realizando la aplicación, teniendo en cuenta que haya mallas o rejas. También se puede aplicar mediante nebulización, que suele ser en el último momento cuando la nave se cierra y está colocada la cama y todo listo, se ha movido el ambiente recontaminando algunas superficies de la nave, por lo que se puede volver a desinfectar, en este caso con la nebulización, para disminuir la carga bacteriana. En lugar de la nebulización, se puede hacer una desinfección terminal fumígena, a través de un bote.
Con la nave en funcionamiento, la presencia de animales impide muchas de las actuaciones, como una limpieza de superficies extensa, pero sí otros aspectos como mantenimiento de los pediluvios, higienización del agua de bebida, desinfección a la entrada de la explotación y mantenimiento de las áreas de trabajo y transitadas. Respecto a los pediluvios, se debe prestar atención a la materia orgánica inactiva y se deben reponer los desinfectantes con una frecuencia mínima semanal y cambiarlos inmediatamente cuando están sucios.
- Evaluación microbiológica después de la limpieza y desinfección. Se deben tomar muestras de la nave para verificar si la limpieza y la desinfección se han realizado correctamente. Si no es así. Habría que repetir el proceso. No se debe hacer cada vez que se aplique la desinfección, pero sí que ayuda a validar el protocolo que se esté utilizando.
- Desinsectación. Se debe utilizar un producto que esté autorizado por Sanidad Animal. Es mejor prevenir que curar los problemas. Es difícil controlar un problema de moscas en junio, pero si se ha empezado a aplicar el producto en abril o mayo, antes de la época de vuelo, será más fácil el control. Las parasitosis externas en ovino son un problema de los animales que salen al exterior, es decir que se encuentran en producción extensiva, y no se puede hacer un control como si fuera una nave intensiva. Los animales entran y salen, introduciendo sobre todo garrapatas. Se deben hacer tratamientos con medicamentos antiparasitarios durante la época de riesgo. Se aplican por prevención o cuando empiece a verse que hay un problema, sin necesidad de esperar demasiado.
- Desratización. Se debe utilizar un perímetro, colocando alrededor de la explotación una serie de estaciones de cebo, tratada con el producto contra los roedores. En el interior, en zonas en las que sea posible ver roedores al ser zonas con bastante alimento, se puede colocar un perímetro interno, pegado a las paredes.
En definitiva, el mejor sistema es una desinfección terminal, en los casos en los que sea posible. Si no se puede, desinfección diaria de los pasillos y áreas de circulación de los animales, renovar periódicamente los desinfectantes, aplicar preventivamente los insecticidas y renovar frecuentemente los cebos para roedores.
¦ Control del agua de bebida de la explotación
El agua de la explotación es uno de los vehículos para la transmisión de enfermedades más peligroso. Se deben limpiar los depósitos periódicamente, al menos tres veces al año, y los circuitos con un desinfectante autorizado. Una vez que se tenga ese sistema de agua de bebida limpio, se debe potabilizar. La calidad de agua que ha dado el Ministerio al agua de consumo animal es la misma que la de consumo humano. Aunque son unos requisitos muy estrictos, al menos sí se deberían cumplir los criterios microbiológicos, químicos y una serie de indicadores.
¦ Eliminación de residuos y cadáveres
Se debe seguir la legislación autonómica en lo que se refiere a recogida individualizada por los Materiales Específicos de Riesgo (MER). También debe haber un protocolo para la gestión del estiércol y eliminación de plaguicidas y medicamentos.
¦ Formación del personal
Es un aspecto absolutamente fundamental, ya que los trabajadores de la explotación deben tener claro lo que hacen y por qué lo hacen. Hay que formar al personal en bioseguridad periódicamente, más de una vez al año. Se le debe dar una copia al personal de cada uno de los protocolos de bioseguridad que se sigan en la explotación y el personal debe estudiar esos protocolos. Hay que registrar cualquier tipo de actuación que se realice, ya sea limpieza, desinfección, desinsectación, desratización... Por último, los trabajadores de la explotación no deben tener animales propios en casa, más allá de un perro en perfecto estado sanitario.
¦ Control de la alimentación
Un alimento en mal estado puede dar muchos problemas. Se debe prestar atención a cómo es la calidad del alimento que se adquiere para los animales. Se utilizarán compuestos alimenticios de acuerdo con la legislación. Se tendrá cuidado con el almacenamiento de la alimentación.
¦ Identificación del animal y de la leche
Se debe asegurar la trazabilidad de los animales, además de la leche producida. Desde el punto de vista legal, se debe identificar mediante el sistema Letra Q, pero también el sistema del ordeño, ya que es un momento en el que puede haber una importante transmisión de enfermedades y en el que se debe protocolizar el sistema de ordeño. Debe haber higiene de la máquina y el circuito de ordeño, además de que los animales sean limpiados, tratados con predipping, desinfección de las pezoneras, aplicación de un producto después del ordeño... Se debe mantener todo con un estándar alto de limpieza e higiene.