Una buena sartén da más alegrías que un buen sillón

La pintura, la decoración y el menaje son temas que van unidos, ya que demuestran a los que visitan tu hogar y a ti mismo cómo quieres a tu entorno de todos los días. Me explicaré: si las pinturas que elegimos para dar color a nuestras paredes son cálidas y neutras, dan un mensaje claro de paz, de luminosidad. De querer abrir nuestros espacios a la luz exterior, a que todo reluzca un poquito más. Del mismo modo, si las estancias en donde descansamos tienen ese toque personal que habla de nosotros, nos encontraremos más a gusto, más con nosotros mismos. Para ello, lo mejor es poder ir a un centro donde nos puedan asesorar adecuadamente. No es algo que la plataforma Z o K, pueda suministrarnos con tal facilidad. Hablamos de dar calidez al hogar. No es poner blanco sobre blanco. Por ello, tomemos un momento para pensar, buscar, mirar, usar programas de realidad virtual aplicados a las paredes, para que podamos ver el resultado antes de abrir un bote u otro.

Por lo que el segundo paso es decorar. No es solo amontonar figuras y muebles, es jugar con combinaciones. Con gustos, con estilos diversos, pero que se complementen. Todo ello sin dejar de hablar de nosotros mismos, de nuestros gustos, recuerdos, viajes. Estos artículos hay que tocarlos, sentirlos e identificarlos con nuestro yo más interior. Un jarrón o un sofá son solo muebles, enseres vacíos. Tienen que ser una prolongación de nosotros mismos, de nuestras ilusiones, de todo lo que queremos transmitir a quienes visiten nuestra casa. Una casa mal decorada es un agujero que no muestra nuestra personalidad. Hemos de saber buscar entre los cientos de ofertas que hay en el mercado, tanto especializado como generalista, hasta encontrar aquella pieza que digamos “¡es esa!”, pero siempre en función de tamaños, precios, posibilidades de cada uno.

Pero el colofón de todo es el menaje. Os preguntaréis el por qué. Simple: si cuidamos nuestras paredes o nuestros muebles para estar más a gusto en nuestros pisos, casas, al final lo más importante es como cuidamos el interior de nuestro cuerpo, ya que nuestro más preciado regalo es la salud. Si no estamos bien por dentro, de nada tiene tener un hogar de ensueño. Por eso, seamos prácticos, seamos realistas y justos con nosotros mismos. Hoy, en el mercado, hay cientos de productos para comer sano, para tener cosas que nos hagan más sencilla y sana nuestra alimentación. Para poder tener utensilios que nos hagan amar la cocina, para que sea una aventura divertida para disfrutar de ese espacio en donde pasamos tantas horas. Como alguien dijo: “Piensa lo que comes para ser cómo comes”. Cuida todo tu entorno, no te quedes en el recibidor, llega hasta la cocina, donde realmente tu cuerpo te lo va a agradecer.

Hogaréate, es decir, cuida de tu hogar por dentro y por fuera, pero, sobre todo, ten en cuenta una buena sartén da más alegrías que un buen sillón.