Estamos en buen camino
Antes de que la crisis del covid-19 apuntara sus “armas” contra el comercio internacional, el pasado año y los primeros meses de 2020 marcaban la agenda en aspectos relacionados con la normativa medioambiental. La principal novedad fue el nuevo límite de 0,5% de azufre a los combustibles marinos fuera de las zonas de control de emisiones (SECAS) desde el 1 de enero de 2020. A partir del 1 de marzo, quedó prohibido llevar a bordo combustible no reglamentario. Casi hasta la entrada en vigor, se mantuvieron muchas incertidumbres. Finalmente aparecieron en el mercado nuevos combustibles con 0,5% de azufre (Very Low Sulphur Fuel Oil, VLSFO), pero cada fabricante no garantizaba su compatibilidad con los de otros y hasta pocas semanas antes no se conocieron los precios ni los puertos en los que estarían disponibles.
En cualquier caso, tal y como reconoce Anave en su útimo informe, cabe reconocer los esfuerzos que fabricantes, distribuidores y suministradores de combustibles y los armadores han implementado para adaptarse a las nuevas normas. El sector del transporte marítimo lidera la transición hacia el futuro sostenible. La OMI ha adoptado y continúa desarrollando medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, reducir el contenido de azufre del combustible de los barcos, implantar el Convenio sobre la gestión del agua de lastre, proteger las regiones polares, reducir la basura marina, mejorar la eficiencia del transporte marítimo a través del intercambio electrónico de información, enfrentarse los desafíos de la digitalización del transporte marítimo y mejorar la participación de las mujeres en la comunidad marítima.
Según el cuarto estudio sobre emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la OMI, el transporte marítimo ha mejorado su eficiencia energética (medida como gr CO2 equivalentes /t x milla transportada) entre un 21% y un 29% desde 2008 (año que la organización ha fijado como referencia para establecer sus objetivos a medio plazo). Se trata de una mejoría muy significativa que consolida al transporte marítimo como el modo de transporte más sostenible y que demuestra los esfuerzos del sector y su determinación para contribuir a los objetivos globales de reducción de las emisiones de GEI, según afirma la Asociación de Navieros Españoles (Anave). Estamos en buen camino.