CEPESCA aboga por una gestión equilibrada de la sardina para evitar las consecuencias sociales del cierre propuesto por ICES para 2018
La Confederación Española de Pesca (CEPESCA) defiende una gestión sostenible de la pesquería de la sardina a través de una fórmula de equilibrio entre la sostenibilidad biológica, social, económica y alimentaria. Su objetivo no es otro que abordar la delicada situación de la especie sin poner en peligro una pesquería que en España da trabajo a más de 2.000 tripulantes en 231 buques cerqueros: 83 de Andalucía y 148 de Galicia.
“Consideramos esencial encontrar ese equilibrio entre los cuatro pilares de la sostenibilidad: biológica, económica, social y alimentaria, que mejoraría la situación de la especie y permitiría seguir faenando a la flota hispano-portuguesa que pesca en los caladeros del Golfo de Cádiz y del Cantábrico y Noroeste”, señala Javier Garat, secretario general de Cepesca.
Desde 2012, con la puesta en marcha del «Plan de ordenación de la pesca de sardina (2012-2015)» acordado entre España y Portugal, la flota ibérica tiene restricciones en la captura de sardina por temporada. Los esfuerzos realizados hasta ahora han iniciado la recuperación parcial de la biomasa de esta especie, que ha pasado del mínimo de 111.536 toneladas de 2015 a 146.831 toneladas en la actualidad, lo que supone un incremento del 32%, y ha situado la mortalidad de la sardina por pesca en los niveles más bajos de toda la serie histórica, como señalan los datos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES).
Por todo ello, Cepesca considera adecuada la propuesta del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, de establecer unas posibilidades de pesca de entre 13.500 y 15.000 toneladas en 2018, ya que esta reducción de las capturas respecto a 2017 implicaría una recuperación adicional del 5% de la biomasa de la sardina ibérica.
“Hay que seguir trabajando por la recuperación de la especie y no sólo reduciendo las cuotas”, señala Javier Garat. “Desde Cepesca apostamos por una gestión basada en el reparto de las posibilidades de pesca entre los barcos, que además sean transferibles, para evitar una carrera por la pesca y permitir que los armadores puedan pescar en los momentos en que sea más rentable”.
Por último, Cepesca aboga por una gestión diferenciada por unidades funcionales, separando la gestión del Golfo de Cádiz de la del Cantábrico Noroeste.