Buenas previsiones para la pesca de anchoa del Cantábrico en 2019
La campaña científica JUVENA 2018, el estudio de seguimiento anual de biomasa de juveniles de anchoa realizado por AZTI, establece que unas 490.000 toneladas de anchoas menores de un año habitan en las aguas del golfo de Bizkaia. Esta cantidad es superior a la media histórica de la campaña. Para recabar los datos, el personal investigador de AZTI se embarcó en septiembre a bordo de los buques oceanográficos “Emma Bardán” y “Ramón Margalef”, pertenecientes a las flotas de la Secretaría General de Pesca y del IEO, respectivamente, y posteriormente ha analizado y tratado estadísticamente los datos recogidos para finalmente establecer la estima.
A través de la emisión de ultrasonidos, que alcanzan hasta los 400 metros de profundidad, se ha determinado por el eco obtenido tanto la estima de biomasa de juveniles de anchoa (de unas 490.000 toneladas), como su localización (distribuida tanto por la plataforma continental como el talud). A su vez pescas realizadas durante el recorrido han permitido determinar el tamaño medio de los juveniles (de unos 6,3 centímetros). Esta estima que ofrece la campaña JUVENA 2018 anticipa un reclutamiento medio alto, lo que nos sitúa ante un escenario favorable de cara a la costera de la anchoa de 2019.
Conocer cuántos juveniles de anchoa hay en la actualidad, permite anticipar cuántos ejemplares llegarán a adultos el verano que viene, período en el que se produce la pesca de esta especie en nuestras costas, constituyendo la base de una de las pesquerías de mayor importancia para esta zona. Sólo a través de una gestión sostenible es posible garantizar la supervivencia de la especie y el futuro de la actividad económica, un sector que emplea a más de 3.500 personas, entre el sector pesquero y la industria conservera y alimentaria.
El análisis de los datos de esta campaña, financiada por el Gobierno Vasco, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y el Instituto Español de Oceanografía (IEO), permite efectuar recomendaciones a las autoridades pesqueras sobre los riesgos asociados a las capturas admisibles de anchoa y en caso de que los datos así lo aconsejen abrir o cerrar la pesquería y recomendar el TAC para la temporada venidera.
Aproximación ecosistémica
Sin embargo, la campaña JUVENA va más allá de determinar la abundancia de los juveniles de anchoa y cómo se distribuyen a lo largo del golfo de Bizkaia. En los últimos años la campaña ha aumentado su ámbito de estudio pasando a un enfoque ecosistémico del recurso. Dentro de este enfoque, se estudia la abundancia no solo de la anchoa juvenil sino de toda la comunidad de pequeños pelágicos con los que comparte el ecosistema, entre ellos anchoa adulta, sardina, chicharro o verdel.
Además, se estudian también los factores ambientales que caracterizan el ecosistema pelágico en su totalidad, como temperatura, salinidad o turbidez en la columna de agua. También se tiene en cuenta la disponibilidad de alimento, analizando la distribución espacial y abundancia de diferentes tipos de plancton.
Por último, para cerrar el estudio de la cadena trófica del ecosistema, en los últimos años, los investigadores de AZTI han incluido también en la campaña JUVENA el estudio de la distribución espacial de los grandes depredadores marinos en el Golfo de Bizkaia. Para ello, han analizado la distribución y abundancia de aves y mamíferos marinos, recolectando información sobre las especies presentes, el número y el comportamiento de los individuos avistados durante el recorrido.
Respecto a los mamíferos marinos, se han observado diez especies diferentes, destacando la abundancia del delfín común, seguido de rorcual común y del delfín listado. En cuanto a las aves marinas, se ha estudiado su distribución y abundancia, observándose 18 especies diferentes. Destaca la presencia del alcatraz común, la pardela capirotada y la gaviota sombría.
Teniendo en cuenta que la anchoa tiene una variabilidad interanual muy pronunciada y que la supervivencia, crecimiento y reproducción de los juveniles está muy afectada por factores ambientales, se espera que el enfoque ecosistémico adoptado permita entender mejor los procesos que afectan a su supervivencia.