La Reserva Marina de la Isla de Tabarca, en el umbral de los 30 años de gestión pesquera sostenible
El Secretario General de Pesca, Andrés Hermida Trastoy, acompañado por el director general de Recursos Pesqueros y Acuicultura del Ministerio y la directora general de de Empresas Agroalimentarias y Pesca de la Comunidad Valenciana, Marta Valsangiacomo, ha visitado la Reserva Marina de la isla de Tabarca (Alicante).
Durante la visita han podido apreciar los valores patrimoniales marinos y terrestres de la Reserva, como el Ecomuseo de Nueva Tabarca, que muestra la historia de la isla unida a la de la pesca.
Creada en 1986, en el umbral de los 30 años de gestión pesquera sostenible, esta primera Reserva Marina ha propiciado la creación de otras 9 que, actualmente, forman la Red de Reservas Marinas pesqueras gestionadas por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Colaboración en labores de vigilancia
Los medios humanos y materiales puestos por el Ministerio para la vigilancia de la Reserva Marina y la colaboración del Ayuntamiento de Alicante en esta tarea, están permitiendo una mejoría pesquera y ambiental de la reserva.
Al igual que en el resto de las Reservas de la red, la zonificación y la observancia de las normas que regulan las actividades permitidas por fuera de la zona de reserva integral, de máxima protección, son factores esenciales que implican esfuerzos a usuarios, visitantes y gestores. Una suma de voluntades que permite la necesaria protección de un litoral rico en pesca y en oportunidades de turismo.
La reserva marina en cifras puede resumirse en 1416 hectáreas, un gasto anual del Ministerio de 485 000 euros al año, 2 embarcaciones, turnos de 3 vigilantes, colaboración permanente con los científicos ( Instituto Español de Oceanografía, la Universidad de Alicante y el Instituto de Ecología Litoral, entre otros).
Los rasgos que definen una Reserva Marina de la Red son un buen conocimiento de los recursos pesqueros, de los hábitats y del sector pesquero así como de los aspectos socioeconómicos como el valor patrimonial, que es la base para un turismo de naturaleza y, en particular, del buceo de recreo de calidad. La pradera de la planta marina Posidonia oceánica, en óptima condiciones, es un hábitat de interés pesquero al ofrecer alimentación, refugio y soporte para otras muchas especies marinas y permite una pesca artesanal responsable y controlada.
El “efecto reserva” se observa en la inmersiones: meros de gran tamaño, cigarras, que, hace años, se dejaron de ver y que ahora se agrupan en los extraplomos, una adecuada cobertura algal además de los bosques de Posidonia y gorgonias de gran vistosidad son algunos signos de la buena salud ambiental y de los resultados pesqueros de la Reserva. Su protección es objetivo del Ministerio, manteniendo el esfuerzo y gestionándola con la mejor información científica, siendo uno de los próximos pasos el aumento de la extensión de la reserva para proteger hábitats singulares de su inmediato entorno.