Nace un nuevo combustible innovador para cumplir los límites de emisiones
El astillero japonés Oshima Shipbuilding, junto con otros socios del sector marítimo, está desarrollando un nuevo combustible para buques que, según aseguran, permite cumplir las nuevas normas internacionales sobre emisiones a la vez que simplifica el sistema de combustible y reduce significativamente los costes de inversión, según publica DNV GL.
Este nuevo tipo de combustible, denominado Super Eco Fuel, se produce mezclando aceite de ciclo ligero (Light Cycle Oil, LCO), un producto secundario de las refinerías; GTL (Gas to liquid), un combustible procedente de la transformación química del gas natural en líquido y, en ciertos casos, agua. El resultado es un combustible que no requiere la instalación de equipos nuevos, ni cambios importantes en los motores ni tanques a bordo, al tiempo que cumple los requisitos más estrictos de emisiones de NOX y SOX.
El LCO tiene un bajo contenido de azufre, pero un rendimiento de ignición pobre. Por su parte, el GTL apenas contiene azufre y presenta un alto rendimiento de ignición, además de un proceso de combustión completo. Cuando se mezclan en las proporciones correctas, dan como resultado un combustible que cumple el límite global de azufre del 0.5% que entra en vigor en 2020. En un segundo paso, agregando ciertas proporciones de agua, se obtiene un nuevo combustible que cumple tanto el límite de azufre del 0.1% de las ECA como el nivel III de las emisiones de NOX. Además, el consumo específico por kW·h es ligeramente menor que con los combustibles convencionales. Las emisiones de CO2 y la formación de hollín también se reducen.
El LCO como GTL se deben almacenar por separado, pero es posible hacerlo en tanques de combustible normales y una unidad de mezcla se encarga de combinarlos a bordo. Este nuevo combustible puede usarse en motores existentes sin modificaciones, por lo que se trata de una opción en principio muy atractiva para la adaptación de buques existentes.
Las pruebas preliminares sobre las características del combustible, el rendimiento del motor y la fiabilidad han arrojado resultados satisfactorios y está previsto llevar a cabo más pruebas. El mayor problema en este momento es asegurar el suministro de los componentes individuales, que debería solucionarse para que éste nuevo combustible pueda ser aceptado y utilizado ampliamente.
Al igual que con otros combustibles, existen incertidumbres sobre las posibles fluctuaciones de los precios a lo largo del tiempo. Se prevé que el coste de este nuevo combustible sea superior al del HFO (Heavy Fuel Oil) a su precio actual, pero menor que otras opciones de LSFO (Low Sulphur Fuel Oil). Este hecho, unido a unos costes de inversión marginales, lo convierte en una alternativa potencialmente atractiva para los armadores.