La madera en construcción marca una nueva era

La Universidad Politécnica de Valencia fue escenario de una nueva jornada organizada por Maderaula (Cesefor), para situar la madera en el eje de la construcción del presente y del futuro. Una sesión teórico-práctica que puso en valor la necesidad de acelerar la transformación del sector, en términos de descarbonización, mejorar plazos de ejecución y entrega, construir de forma saludable, pero también para resolver la escasez de mano de obra.

Una jornada que arrancó con la exposición de Laura Dauden, del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, quien expuso que, si bien el sector avanza en nuevas líneas de investigación, para encontrar materiales tecnológicos que reduzcan la huella de carbono, el factor cultural es clave para que la madera todavía no se sitúe como el material de referencia en nuevas construcciones, aunque ha visto incrementada su demanda.

“Actualmente, la demanda se ha multiplicado por 3 en los últimos 5 años, pero sólo representa el 3% de los materiales empleados en la construcción en nuestro país. Además, el sector es responsable de un tercio de la contaminación, así que es importante llegar al conjunto de la sociedad, tanto desde el departamento técnico hasta los industriales, estas soluciones más sostenibles”, reconocía Dauden, quien también hizo mención a la cátedra Maderaman, una cátedra creada por la UPV y el IVE, cuya finalidad es la promoción y desarrollo de actividades que visibilicen la necesidad e importancia de recuperar la madera en el diseño y mejora del hábitat construido.

Precisamente, Joan Romero, del Instituto Valenciano de la Edificación y profesor de la Cátedra Maderamen en la Universidad Politécnica de Valencia, desarroló, no sólo las particularidades de esta cátedra universitaria, sino las actividades paralelas, como uno de los alicientes para sus alumnos. Desde la creación de un prototipo en madera, cuyo trabajo de investigación se ha llevado a cabo en la presente edición en Guinea Ecuatorial, para analizar las necesidades habitacionales y el uso de materiales de proximidad.

Pero también vela por “crear un catálogo de productos naturales, de apoyo a la prescripción del CTE, que debe servir para reducir la huella de carbono del sector, como se está exigiendo desde Europa”, reconocía Romero. Entre los materiales destacan algunos tan innovadores como los prefabricados con tierra o las balas de paja de arroz, para fomentar la construcción bio. Un catálogo que estará disponible a finales de este año y que debe servir de catalizador para que lo puedan emplear los proyectistas.

No cabe duda que la industria apuesta por la innovación y el desarrollo de nuevos materiales tecnológicos. Sirva de ejemplo el proyecto IMIP con CLT y paneles SIP, que Melchor Monléon de la Universidad Politécnica de Cataluña presentó. Se trata de un proyecto financiado por la Comunidad Europea que está a punto de concluir, tras 3 años de investigación.

El objeto de estudio es un sistema completo en madera y corcho, en el que no sólo se aportan las ventajas de este sistema, sino que también se analiza la gestión forestal en nuestro país y, más concretamente, se exponen las características de las especies disponibles en territorio nacional y, muy especialmente, su posibilidad para ser empleadas a nivel constructivo.

“El objetivo es aprovechar la industria que ya existe, para la fabricación de productos derivados de la madera de menor valor como pueden ser los palés, para conseguir una producción real de paneles CLT, cambiaando así esta industria aprovechando sus recursos, pero apostando por la industrialización en el campo de la construcción”, reconocía Monleón.

El IMIP ha obtenido unos excelentes resultados en los distintos test de resistencia mecánica a los que ha sido aplicados que, además, no sólo se puede combinar con construcciones en madera, sino que entrega unas altas prestaciones en sistemas mixtos como el hormigón e incluso la piedra. Sin duda, la construcción bioclimática va a ser uno de los puntos más destacados de la edificación del futuro, para transformar un sector que empieza a despuntar con innovadores sistemas que pueden contribuir a la descarbonización a corto plazo.

Hacia esta misma dirección apuntaba Edgar Lafuente, jefe del área de industria y construcción con madera en Cesefor, que manifestó que “la construcción ahora se basa en tres pilares: sostenibilidad, industrialización y eficiencia energética. En este contexto la madera ha dejado de ser un elemento propio de las cabañas, para tener su aplicación tecnológica por su gran versatilidad. Y alrededor de este concepto está surgiendo una importante industria con un amplio abanico de productos y soluciones”.

De hecho, se prevé que este incremento de la demanda se mantenga hasta 2050, provocando un efecto y cambio en el tejido productivo, ya que la industria deberá asumir esta mayor demanda. Pero no sólo en nuevas construcciones, sino que la madera también es un material que puede dar una respuesta satisfactoria en rehabilitación del parque actual de viviendas, contribuyendo de forma directa a la reducción de la huella de carbono.

Edgar Lafuente, jefe del área de industria y construcción con madera en Cesefor, expuso el incremento de metros cúbicos de madera que se necesitarán en los próximos años.

“Hay que poner en valor la construcción en madera, para que tenga un menor impacto en el planeta”, añadía Lafuente, quien repasó ejemplos de cómo la implicación de la Administración puede contribuir a que este cambio sea posible y efectivo a medio plazo. Casos como el de Barcelona o la Comunidad Foral de Navarra son claves para apostar por la madera en edificios sociales.

No obstante, Galicia ha impulsado una iniciativa a nivel nacional que puede ser disruptiva en el sector de la construcción, ya que subvenciona las construcciones en madera. “Estos ejemplos solo se aplican a nivel regional y no hay nada similar a nivel nacional, que contribuya a fomentar el uso de la medar en la construcción”, lamentó Edgar Lafuente.

Conceptos como la menor energía embebida en la producción de materiales de madera o la reducción sustancial del nivel de toxicidad son ventajas competitivas de la madera respecto al resto de materiales para la construcción. “La madera es el único material que toca todas las necesidades constructivas con unas altas prestaciones. Sin duda, es un material de referencia en sostenibilidad, pero también en tecnología, innovación y seguridad. Se abre un gran potencial industrial y de mercado”.

La madera también garantiza unos estándars Passivhaus, no sólo en términos de sostenibilidad sino también de estanqueidad. Como reconoció Manuel Lobo, arquitecto Técnico de la Consultoría técnica de Finsa, “nos encontramos en un momento donde debemos recuperar la madera de forma tecnológica, tanto para garantizar una alta hermeticidad, como en envolventes, forjados, vigas, cubiertas…”.

Las posibilidades que ofrece la madera son casi ilimitadas, pero, además, como expuso Stefano Carlo Ascione, arquitecto y Passivhaus Designer y director de Comunicaciones de Arquima, también contribuye a reducir los residuos, tanto durante la fase de producción como en obra. “Se trata de un sistema holístico que junto con un software BIM contribuye a que la obra funcione de la mejor manera posible. El proyecto está definido desde la fase de diseño, con un mayor control de la gestión de la producción y de la obra”.

Arquima, que cuenta con una capacidad productiva de 150 viviendas industrializadas al año, mantiene su filosofía de contribuir a la descarbonización del sector. De hecho, ha colaborado recientemente con el estudio de Carlos Lamela en la construcción de 42 viviendas en Palma de Mallorca.

Por su parte, Nacho Marí, CEO SuperEstudio Arquitectura, expuso propuestas innovadoras como la biblioteca de Lemoa que, pese a mantener su fachada original, decidieron construir una caja de madera para que se adaptara al interior del edificio. “Se trataba de un elemento estructural estable y rígido que se introduce dentro del elemento existentes estabilizándolo con las jambas de los huecos. El interior se muestra como si se hubiera construido en madera 100%”.

Jose María Quirós, delegado de Industrialización de AEDAS Homes, acudió a la cita de Maderaula como una de las constructoras que más está apostando por la industrialización en nuestro país. “La madera permite una importante reducción de plazos de entrega y un ahorro de costes, además de reducir los efectos en la emisión de gases a la atmosfera en un 72%”, manifestó.

No sólo la madera sino en materiales tecnológicos e industrializados, AEDAS Homes se posiciona como una de las empresas que más suma por el planeta, ya que “la sostenibilidad es utilizar el menor número de recursos”, añadió Quirós, quien mostró las particularidades de una de sus últimas promociones, Fioresta. Se trata de 51 viviendas en San Juan de Alicante, en colaboración con la constructora 011h, cuya estructura y fachada son de madera CLT.

Para Woodea, constructora en cuyo ADN lleva impreso su compromiso medioambiental y su firme apuesta por la construcción en madera, “la industrialización no es un fin, sino un medio. Lo importante es industrializar productos de calidad accesibles para llegar a más gente, para que la descarbonización del sector sea una realidad”, manifestó Pablo Saiz, director de Arquitectura de Woodea, quien añadió que “hay que perder el miedo a construir en madera. Hemos vivido en edificios de madera toda nuestra vida”.

El sistema colaborativo es otra de las ventajas de la industrialización en la construcción, ya que permite un control total en toda la cadena de valor, desde el diseño hasta la ejecución final. El Woodea Assembly System es un sistema que pretende mejorar la competitividad de todos los agentes implicados en un proyecto constructivo en madera.

Precisamente, Woodea está trabajando en varios proyectos en la Comunitat Valencia, principalmente. “No caigamos en la apología de la tecnología porque el fin no es digitalizar. Y, por supuesto, se contribuye a reforestar nuestro planeta, gracias a la introducción de la madera en nuestras ciudades”, apuntó Saiz.

Finalmente, Unai Gorroño, director comercial de Egoin, empresa que ofrece soluciones estructurales de madera para el sector de la construcción, declaró que “nuestro modelo transformador y sostenible es construir un mundo mejor” y matizó que “esta concienciación social ha venido para quedarse” en referencia a las apuestas sostenibles y saludables en el sector de la construcción porque la “sostenibilidad ya no es negociable”.

En sus experiencias recientes, la reducción del impacto social que generan las obras en madera, pero también un control total de plazos y presupuestos, sin desviaciones ni errores, son ventajas inherentes a la industrialización. Asimismo, Egoin también participa en proyectos constructivos innovadores, donde la madera se convierte en el elemento clave como puede ser el Casal de Trinitat en Barcelona o las viviendas de Cornellà de Peris+Toral.

Por la tarde, la jornada de Maderaula se trasladó al exterior para proceder al montaje de un prototipo de entramado ligero de madera in situ, con intervención de demostradores de materiales y herramientas. Una jornada que contó con la asistencia de más de 150 personas, dejando patente el gran interés que la madera como elemento constructivo está suscitando en nuestros días.

La construcción bioclimática va a ser uno de los puntos más destacados de la edificación del futuro