Los elementos estructurales inherentes a la madera definen el proyecto de la Biblioteca García Márquez
Mònica Escolà y Joan-Lluís Zamora
05/07/2022La Biblioteca García Márquez reinventa en Barcelona los espacios de lectura, donde la madera vista se erige como protagonista indiscutible de este singular edificio que invita a entrar. Un reto para el equipo de SUMA Arquitectura que está detrás de este proyecto y que atesora una vasta experiencia en el diseño de este tipo de equipamientos culturales. Madera y libros comparten y conviven en este espacio en el que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle y donde la decoración interior se convierte en un aliciente para esta construcción sostenible.
La pérdida de lectores es incesante y, como consecuencia, las bibliotecas se han convertido en lugares poco transitables que, bajo el prisma de SUMA Arquitectura, merecían una reinvención. Bajo esta idea nace la Biblioteca García Márquez en el barrio barcelonés de Sant Martí de Provençals. Un equipamiento municipal que pretende ser un icono de Barcelona, al convertirse en la primera biblioteca construida en madera y de forma industrializada.
La estructura presenta tres núcleos principales verticales de madera contralaminada, a través de los cuales se diseñan de manera eficiente las diferentes áreas de la biblioteca, que se distribuye en núcleos de circulación de forma triangular, que incluyen escaleras y ascensores ubicados en yuxtaposición con el patio interior; mientras que el cuadrado de servicios que encierra baños y áreas de almacenamiento, está ubicado en el vértice opuesto del patio, coincidiendo con el borde del perímetro del edificio.
El diseño del edificio evoca la imagen de una serie de libros apilados que se expanden hacia el espacio público, cuya obra debe completarse, para convertir su área de influencia en un espacio peatonal, libre de coches.
La iluminación es uno de los factores determinantes del diseño de los interiores y, para fomentar la entrada de luz natural, el diseño se vio modificado ligeramente, sobre todo, en términos de regulación, para convivir con las vistas hacia los edificios colindantes y garantizar una buena iluminación interior. Esta idea era clave para reforzar la calidez dentro de la biblioteca. De este modo, la luz que se refleja en la madera aumenta la sensación de confort e invita a quedarse. Pero, además, el edificio debía elevarse de la calle, para favorecer la iluminación en la planta inferior que queda parcialmente soterrada.
Plano de la planta 2 de la Biblioteca García Márquez, donde se evoca la idea que la biblioteca recuerda a unos libros apilados; y corte en la fachada donde se seccionan las distintas plantas con su estructura, destacando el uso intensivo del suelo técnico, para dejar la madera vista en los techos.
Libros y naturaleza convergen de forma orgánica
La Biblioteca García Márquez es un proyecto que se ha desarrollado en 7 años. La pandemia retrasó su ejecución y, tras analizar el diseño, se han llevado a cabo distintas modificaciones del boceto original. De este modo, en el lugar donde se levanta el edificio, existía una guardería que, inicialmente, debía integrarse en el proyecto arquitectónico, sin embargo, finalmente, el equipamiento se ha constituido como una zona de lectura que, además, alberga algunas asociaciones locales, entre las cuales una emisora de radio.
En la fachada principal, unos grandes ventanales muestran al exterior lo que sucede en el ambiente, reforzando la idea que la biblioteca se abre a la ciudadanía. Cuando se accede por primera vez, uno tiene la sensación de acceder a un ágora griega, con espacios abiertos y diáfanos, que rompe la imagen de una biblioteca clásica. Una vez dentro, la escalera de conexión une todos los espacios, a imagen y semejanza de la escalera de Escher, para deambular en un espacio único, donde el contacto con la naturaleza es perpetuo.
A la izquierda la escalera central, que recuerda a la obra de Escher; y a la derecha la sala polivalente presidida por dos olivos negros, para integrar la naturaleza al proyecto y en clara alusión a la especialización de la biblioteca: la literatura latinoamericana.
A lo largo de estos núcleos verticales se desarrollan alternativamente dos tipologías espaciales claramente diferenciadas y definidas visiblemente por su función. Primero, los espacios cerrados, con una densa estructura de madera dedicados a las actividades acústicas más exigentes, como la sala polivalente, la radio, las zonas de trabajo en grupo, áreas para niños de todas las edades y laboratorios. Y en segundo lugar los abiertos, donde la mayor parte de la estructura parece desaparecer, aportando una sensación de amplitud y ligereza, y dejando áreas más despejadas como las zonas de consulta, de lectura y para el estudio.
En este edificio existen, además, elementos que refuerzan el binomio libros y naturaleza. Para ello, se han reforzado las estrategias medioambientales, partiendo del patio central, en el que, por cierto, se han integrado dos olivos negros, especie típica latinoamericana, en alusión a la especialización de la biblioteca por la literatura hispanoamericana. La corriente holística se aprecia en cada rincón de un edificio en el que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle.
Y para cumplir con los preceptos de sostenibilidad, reduciendo así su huella de carbono, además del uso de la madera vista en estructura e interiores, también era importante optimizar los sistemas de climatización, favoreciendo la captación de calor y ventilación de forma eficiente. Para ello, la incorporación de placas fotovoltaicas integradas en el lucernario fomenta el uso de alternativas renovables.
Distintos ambientes de la biblioteca, como las zonas más privativas presididas por unas enormes cortinas.
Soluciones acústicas y de seguridad
Otro de los aspectos que también se ha considerado en el proyecto y la obras es el problema de la acústica interior. Al tratarse de un espacio público, donde el silencio es un emblema, era importante ajustar la reverberación interior y, muy especialmente, garantizar ese remanso de tranquilidad. Para ello, las zonas con más concentración de ruido, se han ubicado en las plantas inferiores, mientras que las plantas superiores se han distribuido para los espacios cerrados y donde se requiere un mayor nivel de concentración.
Además, para mejorar el comportamiento a ruido de impacto del conjunto se ha empleado un forjado mixto madera-mortero. De este modo, sobre la losa de CLT se ha incorporado una capa de mortero de 6 cm de espesor. Con esto se ha conseguido un importante descenso de la transmisión acústica vía ruido aéreo. Pero también se han incorporado unas bandas acústicas perimetrales de poliuretano en los encuentros entre paneles de madera que unen los diferentes espacios, para evitar la transmisión acústica por ruido de impacto y vibración.
Elena Orte, arquitecta de SUMA Arquitectura, y Joan-Lluís Zamora, miembro del Comité Técnico de la revista Construcción Industrializada, en una reciente visita a la Biblioteca García Márquez.
Ensamblaje de carpintería
La Biblioteca García Márquez cuenta con enormes vanos, sin soportes intermedios, que se logran gracias al establecimiento de un sistema híbrido de celosía espacial de madera maciza, mezclando paneles CLT, utilizados como losas que forman el cordón superior e inferior de la estructura tridimensional, y pilares GLT como postes verticales, ambos conectados mediante tirantes diagonales de acero que completan el sistema de cercha Pratt. Este denso sistema híbrido de estructura de madera y acero permite que el nivel inmediatamente inferior se despliegue como un espacio abierto de gran envergadura que puede incorporar programas funcionales multidisciplinares más sociales y flexibles.
En este sentido, todos los paneles de CLT necesarios para las losas de forjado, los núcleos verticales de comunicación y servicios, las vigas y las chimeneas de cubierta que encierran los lucernarios de las zonas principales fueron prefabricados en madera de abeto rojo, incluyendo en fábrica todos los rebajes, recortes, fresados y mecanizados necesarios para incorporar la iluminación, los pasos de instalaciones, la tecnificación en acero mediante placas de anclaje, palastros, husillos, casquillos y perfiles, la colocación de galces ocultos y junquillos, para las particiones de vidrio y la fijación de equipos de extinción de incendios, como las cortinas de humo que cierran el patio principal en caso de emergencia. La escalera central se materializa en acero protegido, para conseguir una esbeltez superior a la que permite, actualmente, la madera.
Desde SUMA Arquitectura han colaborado estrechamente con el modelo de fabricación industrializada para controlar panel por panel la composición de capas y sus caras vistas. En él se numeraba cada elemento individualmente y se indicaba el tipo de madera aserrada con el que debía realizarse, el espesor total del panel en mm, el número de capas que lo componían, el espesor de cada capa (que siempre debía ser simétrico en la composición total del panel) y la dirección de cada una de las capas con respecto a la anterior, es decir si se contrapeaba o si se orientaba en la misma dirección. De este modo, las características de la propia madera han definido la estructura de la Biblioteca García Márquez.
En este sentido, fue preciso diferenciar los usos de madera contralaminada CLT o laminada GLT. El CLT se compone de capas de madera de diferentes espesores en direcciones contrapeadas, lo que favorece que los paneles de este material trabajen en ambas direcciones, a tracción y a compresión, siendo un elemento ideal para su uso en forjados. Mientras que el GLT, al ser capas encoladas en la misma dirección trabaja perfectamente a compresión, es un material excelente para su uso en pilares.
Además, ningún panel de madera debía superar la longitud máxima de 13.50 m para que su transporte se pudiera realizar en camión estándar, sin ser necesario el uso de transporte especial de mercancías y reducir la huella de carbono en la operación logística. Mientras que todas las uniones, empalmes y ensambles del edificio se han realizado entendiendo el proyecto estructural como un gran mueble de ebanistería. De este modo, las uniones se han priorizado mediante una articulación de carpintería, donde una de las piezas adquiere una prolongación rectangular en uno de sus extremos, llamada espiga, que se encastra ajustando perfectamente en el orificio vaciado de la otra pieza del conjunto, llamada mortaja.
Estas uniones entre paneles, que se van a revestir o que quedan en las zonas ocultas, se han realizado mediante herrajes metálicos como escuadras, tirafondos de grandes dimensiones y elementos mecano-soldados. Mientras que para el resto de fijaciones que quedan visibles, que no se han podido solucionar con uniones de ebanistería, se ha estudiado específicamente cada detalle, para plantear soluciones limpias, ejecutando la unión con tirafondos desde las zonas no vistas o mediante soluciones que oculten la tornillería mediante tapones, tapetas o resinas que aporten un acabado continuo al conjunto, para que apenas sean perceptibles a la vista.
El principal desafío, a pesar del complicado entramado de la estructura en sí mismo, ha derivado de la obra de ejecución del edificio, ya que la coordinación de todos los agentes que han intervenido en un proceso tan industrializado ha sido un esfuerzo extra, debido a la singularidad del edificio. Por ejemplo, cómo monitorizar y ensamblar en obra los enormes paneles prefabricados, numerados pieza por pieza, como si de un mecano gigante se tratase.
Decoración e interiorismo
En SUMA Arquitectura han desarrollado un edificio que está llamado a ser un referente en la ciudad. Concebido para abrirse, literalmente, a la ciudadanía. Para ello, los grandes ventanales de la entrada actúan de puerta corredera, para la organización de actos culturales de dentro hacia fuera.
Pero en su interior se esconde la joya de la corona. Un diseño de interiorismo de estilo nórdico, donde los elementos de la naturaleza fluyen de forma orgánica por cada rincón del edificio. Naturaleza dentro y también fuera, ya que los árboles que rodean el edificio y que no se han movido durante su ejecución, se integran al proyecto abrazando el edificio y protegiéndolo, a su vez, de la luz solar.
¿Te imaginas disfrutar de un rincón de lectura en una hamaca? En al Biblioteca García Márquez se contempla como un espacio de introspección, de relajación y, sobre todo, de confort. En este sentido, existen distintos espacios que ya se han viralizado en redes sociales como ‘El Jardí’ con sus grandes butacas y alfombras, claramente diferenciado de los espacios cerrados, dedicados mediante grandes cortinas que juegan con la intimidad de los usuarios. Mientras que en el área infantil, los tablones de madera se conjugan para actuar, a su vez, de gradas, para acoger a los asistentes a representaciones teatrales o en la organización de eventos experienciales.
Homenaje a García Márquez e Ibáñez
La Biblioteca García Márquez nace para homenajear al Premio Nobel de Literatura, fallecido en 2014. La vinculación entre Barcelona y el escritor colombiano no es fruto del azar. Residió en la Ciudad Condal de 1967 a 1975 y en ese período se convirtió en uno de los novelistas más famosos del mundo. De ahí que la tercera biblioteca más grande de Barcelona y la primera construida de forma industrializada y en madera sirviera de homenaje a este ilustre novelista.
Pero no es el único reconocimiento que se brinda en este edificio, ya que la biblioteca se encuentra en el barrio de un hijo ilustre del barrio de Sant Martí de Provençals, como Francisco Ibáñez, el padre de Mortadelo y Filemón. En este sentido, existe un rincón dedicado al cómic con sus volúmenes más destacados. En definitiva, la Biblioteca García Márquez se reinventa para fomentar la lectura y convertirse en un punto de encuentro cultural de la ciudad.
La Biblioteca García Márquez es la tercera más grande de Barcelona, con 4.292 m2 y la primera de madera y construida de forma industrializada
FICHA TÉCNICA
- Nombre del proyecto: Biblioteca Gabriel García Márquez
- Localización: Treball, 2019 (Barcelona)
- Autores Proyecto: Elena Orte - Guillermo Sevillano, SUMA Arquitectura
- Arquitectura: Elena Orte - Guillermo Sevillano, SUMA Arquitectura
- Diseño Interior: Elena Orte - Guillermo Sevillano, SUMA Arquitectura
- Aparejador: Antonio Yoldi, Master-Plan
- Contratista: Cobra
- Ingeniería (Estructura: Miguel Nevado / Instalaciones: Úrculo / Ingenieros: M7)
- Coordinación de Seguridad y Salud: Tresat
- Equipo de proyecto: Arquitectos responsables: Elena Orte, SUMA Arquitectura / Dirección de Obra: Elena Orte - Guillermo Sevillano, SUMA Arquitectura / Dirección Técnica: Master-Plan / Control de Calidad: Getinsa- Euroestudios
- Colaboradores (Empresas consultores: Estructuritas: Miguel Nevado)
- Cliente / Promotor: BIMSA, empresa municipal de infraestructuras
- Contratista: UTE Vias-CRC
- Superficie: 4.170,29 m2 construidos
- Presupuesto total: 10.442.027,68 euros
- Coste m2: 2.503,91 euros/m2