La Jornada se desarrolló con un enfoque destinado a la rehabilitación y reforma de los edificios
Éxito en la Jornada de Fenercom sobre prevención de incendios y sistemas de seguridad en edificios de viviendas
La Dirección General de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid acogió el pasado mes de octubre una interesante jornada, organizada por la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid, Fenercom, sobre prevención de incendios y sistemas de seguridad en edificios de viviendas. Durante el encuentro, y teniendo en cuenta que la mayoría de los edificios antiguos tienen carencias de medidas contra incendios, se trató de ampliar la información en prevención de incendios y sistemas de seguridad en el ámbito comunitario, con un enfoque destinado a la rehabilitación y reforma de los edificios.
De esta manera, expertos de diversas entidades y asociaciones afines al sector abordaron diferentes ponencias con el objetivo de recordar la necesidad de concienciación y sensibilización de los ciudadanos sobre los riesgos de incendio en sus viviendas, así como las posibles medidas para su prevención. Los materiales que se utilizan en la envolvente de los edificios, la importancia del alumbrado de emergencia, las revisiones de mantenimiento de los sistemas contra incendios o los sistemas de ventilación fueron, entre otras cuestiones, algunos de los temas que se trataron en la jornada técnica. Así, se obtuvieron conclusiones acerca de la importancia de que las fincas dispongan de las medidas de seguridad, que el mantenimiento de los equipos se realice de forma correcta y que la seguridad no se vea como un gasto, sino como una inversión.
De izda. a dcha.: Ana Isabel Pallarés, de Saint-Gobain; Manuela J. Martínez, presidenta del Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid; Francisco Javier Abajo, director general de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid; Iván Vaquero, de Fenercom, y Rafael Vega, jefe de prevención de incendios de la Comunidad de Madrid.
La inauguración del evento corrió a cargo de Manuela J. Martínez, presidenta del Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid, y Francisco Javier Abajo, director general de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid. Manuela J. Martínez puso de manifiesto que las principales casusas de incendios derivan de la deficiencia de la red eléctrica y admitió que “habría que dar una vuelta” al Código Técnico de la Edificación (CTE). “Los administradores de fincas colegiados creemos en el CTE, pero vemos necesario el control periódico de la administración”, declaró.
Manuela J. Martínez, presidenta del Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid.
Por su parte, Francisco Javier Abajo destacó que en una Comunidad como Madrid, donde hay un gran número de residentes y donde el parque de viviendas es muy antiguo, “se hace necesario trasladar la importancia de llevar a cabo medidas para evitar aparatosos incendios como el ocurrido en Londres el pasado mes de junio”. Por ello, según admitió Francisco Javier Abajo, la Comunidad de Madrid, junto con la Dirección General de Industria Energía y Minas, está llevando a cabo unos Planes Renove enfocados al ahorro y a la eficiencia energética y tomando iniciativas en materia de seguridad en instalaciones de viviendas.
Francisco Javier Abajo, director general de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid.
“Es indispensable, en caso de incendio, que no exista ninguna baja. En la difusión de este tipo de medidas creemos en los administradores de fincas como figura indispensable. Por ello celebramos esta jornada”, manifestó el director general de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid.
Problemáticas en el uso de la vivienda
Tras la inauguración tuvo lugar la primera ponencia de la mano del jefe de prevención de incendios de la Comunidad de Madrid, Rafael Vega, quien abordó el tema de las principales problemáticas en el uso de la vivienda. Vega arrancó su intervención aludiendo a la definición de ‘vivienda’ del CTE-DB como “cualquier edificio o zona destinada a alojamiento permanente, cualquiera que sea el tipo de edificio: vivienda unifamiliar, edificio de pisos o de apartamentos, etc”. Por tanto, según indica el Art. 103 del OPI/93, “el ámbito de aplicación de este uso comprende a aquellos edificios en los que se desarrolla vivienda tanto unifamiliar, de pisos (colectiva) como de apartamentos sin servicios comunitarios, aunque se encuentren formando parte de otra actividad primaria”.
Rafael Vega, jefe de prevención de incendios de la Comunidad de Madrid.
De esta manera, las viviendas van a depender de múltiples factores como las características constructivas según fecha y lugar de edificación, la variabilidad del nivel de seguridad contra incendios y de las superficies y ocupaciones, así como la difícil adecuación y organización de cara a emergencias. Según indicó Rafael Vega, en Madrid, un 85% de los edificios son de viviendas y, en su opinión, existen “serias dudas” de que se pueda dar el caso de la organización de cara a emergencias.
En cuanto a la aplicación de la normativa, el jefe de prevención de incendios de la Comunidad de Madrid señaló que ésta ha ido variando a lo largo del tiempo:
- Los edificios anteriores a 1976 cuentan con alguna norma urbanística.
- Los edificios construidos entre 1976 y 1982 se ciñen a la OPPI del Ayuntamiento de Madrid.
- Los edificios construidos entre 1982 y 1993 se atienen a la OPPI y NBE CPI (Estatal).
- Los edificios construidos entre 1993 y 2001 también están regulados por la OPPI y NBE CPI (Estatal).
- Los edificios construidos entre 2001 y 2005 se ciñen al Reglamento de la CAM (Autonómica) y NBE CPI (Estatal).
- Los edificios construidos a partir de 2005 están regulados por el CTE y la OPPI.
A continuación, Rafael Vega hizo un breve repaso por las exigencias al uso de la vivienda desde el 2005 siendo éstas:
- Sectorización respecto de los demás usos y de locales considerados de riesgo (trasteros, garajes).
- Sector max. 2.500 m2.
- Condiciones para evitar la propagación exterior.
- Escaleras “protegidas” con Heva (Altura de evacuación) 14-28.
- Ocupación de una persona/20m2 (Ütil).
- Características de la señalización, de las puertas y mecanismos de salida (50 personas, familiaridad, etc.).
- Extintores cada 15 m.
- Columna seca de 24 m Heva.
- Detección y alarma 50 m Heva.
- Ascensor de emergencia 35 m Heva.
- Hidrantes mayores a 5.000 m2.
- Accesibilidad a SEI.
- Resistencia estructural al fuego.
“Para mí el punto más importante es el de la protección de las escaleras”, admitió Vega recordando que las normativas de incendios no tienen carácter retroactivo para el uso de vivienda siendo las posibles causas el número global de viviendas, las autorizaciones, la repercusión social o la dificultad de aplicación.
“La adecuación al CTE se produce por reformas muy importantes o por cambio de uso y son sólo aplicables a la zona reformada. En lo que respecta a los edificios de altura, hay una adecuación parcial retroactiva según la OPI (Ordenanza de Protección de Incendios)”, afirmó Vega e hizo referencia a continuación a las medidas más comunes de adecuación voluntaria como extintores, alumbrado de emergencia o señalización, así como a las menos comunes y más difíciles de adoptar como son la compartimentación de las vías de evacuación y la instalación de detección automática y alarma. “Las medidas más comunes son adecuadas y nos pueden ayudar, pero no tienen garantías con lo que no nos aseguran una adecuada seguridad, mientras que la compartimentación de las vías de evacuación y la instalación de detección automática y alarma sí cuentan con dichas garantías”.
Asistentes a la Jornada Técnica de Fenercom sobre prevención de incendios y sistemas de seguridad en edificios de viviendas.
Los problemas de accesibilidad, el cierre de puertas de acceso, el mantenimiento defectuoso de las instalaciones, los almacenamientos excesivos o inadecuados, los fallos en la compartimentación y la utilización de instalaciones y equipos inadecuados son, según declaró Vega, las principales deficiencias que suelen producirse en el uso de la vivienda. Por su parte, los problemas de organización, la presencia variable del personal, la disciplina comunitaria, los responsables y los costes organizativos, constituirían las principales dificultades de autoprotección.
Con todo ello, el jefe de prevención de incendios de la Comunidad de Madrid indicó que desde el Cuerpo de Bomberos han llevado a cabo un estudio del que han extraído las siguientes conclusiones:
- El 68% de los incendios totales en Madrid se producen en viviendas.
- En los fuegos en viviendas se han producido un total de 50 fallecidos, que corresponden con el 96,2% de todos los fallecidos durante ese periodo.
- De los 1.680 intoxicados, un 85,5% se produjeron en viviendas.
- Los fuegos en viviendas tienen un índice de peligrosidad muy elevado, con 167 víctimas por cada 1.000 incendios, cuando el resto de usos es de 76 víctimas por cada 1.000 incendios.
- El 80% de las muertes se producen en habitaciones y salones.
- El 98% de los fallecidos vivían en la misma vivienda donde se originó el incendio.
- Se observa una relación directa entre el número de incendios y las viviendas en las que solo vive una persona.
- Las horas de las comidas son los momentos con más número de incendios.
- Los incendios en cocina tan sólo provocan el 4% de los fallecidos.
- Los mayores de 66 años son el sector de la población con más riesgo de correr un incendio.
- Se producen más incendios por la tarde, aunque son más peligrosos por la noche.
- Las habitaciones y los salones son los lugares donde se producen más incendios y con más víctimas los meses de invierno.
- El 65% de los incendios son fuegos de enseres y electrodomésticos.
En base a estas conclusiones, Vega aseguró que han propuesto una serie de medidas para poder combatir los riesgos anteriormente mencionados. “Hemos propuesto que la normativa de incendios haga más énfasis en el uso residencial de la vivienda, que se instalen detectores en las habitaciones y salones de viviendas y llevar a cabo campañas divulgativas de medidas de prevención en cocinas así como una coordinación administrativa para la instalación de detectores a los sectores de población con más riesgo”, concluyó Rafael Vega resaltando, asimismo, la importancia de cerrar siempre las puertas en caso de incendio “porque si se dejan abiertas, es combustible el edificio”.
Novedades RIPCI
A continuación, Remigio Carrasco, gerente de Calidad Avanzada y Pymes de Aenor, abordó las principales novedades del Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI). “El RIPCI en vigor fue aprobado en RD 1942/1993 con un proceso de revisión de marzo de 2010 a junio de 2017. El hecho de que el actual RIPCI esté en proceso de revisión desde el año 2010 pone de manifiesto la existencia de una serie de dificultades que hacen que no podamos seguir con una regulación del año 1993. El nuevo RIPCI aprobado en RD 513/2017 fue publicado en el BOE del 12/06/2017 y la fecha de entrada en vigor está establecida para el 12/12/2017 con un plazo de adaptación mínimo de un año desde su entrada en vigor, aunque, en algunos requisitos, se amplían las actuaciones a dos e, incluso, a tres años”, afirmó Carrasco añadiendo que este Real Decreto tiene un artículo único y una serie de disposiciones.
Remigio Carrasco, gerente de Calidad Avanzada y Pymes de Aenor.
En este sentido, el gerente de Calidad Avanzada y Pymes de Aenor, hizo especial hincapié en el ‘Capítulo II: Requisitos básicos de los productos’ y en el ‘Capítulo III: Requisitos de las empresas instaladoras y mantenedoras’ de este Real Decreto, así como en sus Anexos II y III, ‘Programa de mantenimiento mínimo de equipos y sistemas’ y ‘Medios humanos’, respectivamente, como las novedades más destacables de este nuevo Reglamento.
“Según el ‘Capítulo II: Requisitos básicos de los productos’, los productos afectados por el RPC 305/2011 deben llevar el marcado CE conforme a especialidades técnicas armonizadas. Los que no tengan este marcado CE deben tener una Marca de Conformidad emitida por una Entidad de Certificación Acreditada. Según el ‘Capítulo III: Requisitos de las empresas instaladoras y mantenedoras’, se debe disponer de un certificado de calidad del sistema de gestión de la calidad emitido por una Entidad de Certificación Acreditada. Asimismo, al finalizar la instalación, se debe entregar al usuario la Documentación Técnica y las Instrucciones de Mantenimiento e informar por escrito al autor del proyecto y/o al usuario de las deficiencias detectadas respecto a los requisitos de este Reglamento en la instalación o en los mantenimientos periódicos”, indicó Remigio Carrasco y concluyó haciendo alusión a las características intrínsecas en el ‘Anexo II: Programa de mantenimiento mínimo de equipos y sistemas’ y ‘Anexo III: Medios humanos’ del nuevo Reglamento.
Fachadas ventiladas seguras en edificación
Por su parte, Ana Isabel Pallarés, de Saint-Gobain, realizó una interesante ponencia bajo el título ‘Fachadas ventiladas seguras en edificación’ en la que explicó el por qué es necesaria la protección pasiva en edificación y cuál es el marco regulativo europeo. “En primer lugar, es necesario saber el escenario de origen del fuego en una fachada: puede ser exterior (en la calle, el mobiliario urbano…); en la propia fachada (instalaciones eléctricas, mantenimiento y rehabilitación); en edificios contiguos o en el interior del edificio”, señaló Pallarés resaltando, asimismo, la importancia de conocer el marco regulatorio europeo.
Ana Isabel Pallarés, de Saint-Gobain.
En este sentido, declaró que “la reacción al fuego, según norma UNE EN 13501-1, es una característica del material que indica el grado de contribución al inicio y desarrollo de un incendio (energía desprendida), mientras que la resistencia al fuego, según norma UNE EN 13501-2, es una característica de un elemento constructivo completo, esto es, el tiempo en el que el elemento permanece estable, estanco y protege el lado no expuesto”.
Con ello, y respecto a la normativa en fachadas ventiladas según CTE DB-SI, Pallarés indicó que se dan dos casos: el de las fachadas ventiladas menores a 18 metros de altura y el de las mayores a 18 metros de altura, y aseguró que cuentan con diferentes estrategias para evitar el riesgo de propagación vertical, como la posibilidad de reducir la franja si existen salientes que impidan el paso de las llamas, y horizontal, como la separación de proyección horizontal en función del ángulo entre los paños de fachada. Para concluir, Ana Isabel Pallarés puso diversos ejemplos prácticos de cómo conseguir fachadas ventiladas contra incendios.
La importancia de la luz en un incendio
La última ponencia de la mañana previa al descanso corrió a cargo de José Vicente Ayllón, de Zemper, quien explicó la importancia que cobra la luz en situaciones de incendio. Para ello, comenzó su intervención poniendo como ejemplo un vídeo que grabaron las cámaras de seguridad de una discoteca de Brasil durante un incendio en el que murieron más de 200 personas.
José Vicente Ayllón, de Zemper.
En las imágenes se podía apreciar cómo las víctimas buscaban un punto de luz para poder orientarse. “Unas 180 personas murieron en los baños de la discoteca, los cuales estaban a tan sólo dos metros de la salida pero, al no contar las instalaciones con luces de emergencia, las víctimas no pudieron orientarse en la búsqueda de la salida”, manifestó Ayllón haciendo hincapié, mediante este ejemplo, en la importancia de contar con dichos elementos como medida de prevención clave en materia de incendios y poniendo como ejemplo la “importantísima concienciación que se ha llevado a cabo en la Comunidad de Madrid sobre la importancia que cobran estos aparatos luminosos de emergencia”.
A continuación, José Vicente Ayllón señaló las siguientes características de las luces de emergencia:
- Su instalación es obligatoria en locales de pública concurrencia.
- En Estado de Alerta, consumo de energía red 230 Vac permanente, las 24 horas del día, los 365 días del año.
- En Estado de Emergencia, consume energía de sus propias baterías cargadas durante el estado de Alerta.
- La lámpara de emergencia habitualmente ya es LED, la fluorescencia está descatalogada y además tiene mercurio presente en su composición.
- La batería más utilizada es Níquel-Cadmio, siendo el Cadmio altamente contaminante (metal pesado no recuperable). Ya está el NI-MH como LiFP disponible.
- La autonomía (una hora) y el funcionamiento de la lámpara determinan su 'legalidad': menos de 60 minutos de autonomía no es 'legal' (REBT).
“El alumbrado de emergencia tiene dos patas: alumbrado de seguridad, dentro del cual se encuentra el de evacuación, ambiente o antipánico y el de zonas de alto riesgo, y el alumbrado de reemplazamiento”, expuso Ayllón indicando, a continuación, la clasificación de las luminarias según el tipo: permanente (las lámparas de emergencia están encendidas ya sea con red o sin ella) y no permanente (las lámparas de emergencia sólo se encienden cuando no hay red).
Para conocer de manera fácil y automática el estado de la luminaria de emergencia y garantizar su correcto funcionamiento, Ayllón aseguró que en Zemper han desarrollado el Autotest. Se trata de un sistema con el que, únicamente revisando de vez en cuando que el LED verde esté encendido, nos aseguramos que la luminaria funcionará en caso de corte de energía durante al menos una hora. Además de garantizar el perfecto control sobre el funcionamiento, los ciclos programados de test alargan la vida de la batería respecto a las luminarias que no reciben operaciones de mantenimiento.
En definitiva, José Vicente Ayllón expuso como principales conclusiones que la II EE es la gran olvidada; que el mantenimiento es prácticamente inexistente y, por ello, el Autotest es imprescindible. Asimismo indicó que el parque estimado fuera de servicio es superior al 75% y que las luminarias de emergencia son un elemento de seguridad, eficiente -con ahorros de energía superiores al 90%- y ecológico, tanto en concepción como en reciclado.
Tras el descanso, tuvieron lugar las ponencias ‘Presurización de escaleras. Ventilación por impulso en aparcamientos’ y ‘Seguridad contra incendios en las instalaciones eléctricas’.