Dos pilares para cerrar la brecha de aceleración

La velocidad con la que se producen los cambios en el mundo no hace más que aumentar y, si me preguntan cómo las empresas se las arreglan para seguir el ritmo, la respuesta es clara: la mayoría no lo hace. La dificultad de obtener una perspectiva completa de los resultados de la organización, junto a la tecnología obsoleta y los enfoques retrospectivos en cuanto a la previsión y elaboración de presupuestos son factores que vienen lastrando a las organizaciones incluso desde antes de la pandemia.

Así lo demuestra un reciente estudio de KPMG, el cual señala que el 63% de los CEO creen que sus procesos y ejecución son demasiado lentos. Sin embargo, la intensidad de los cambios continúa acelerándose, lo que ha dado origen a lo que conocemos como brecha de aceleración, es decir, la diferencia entre la velocidad con la que ocurren los cambios y la capacidad que posee una organización para seguir el ritmo.

Es difícil acompañar la evolución de la organización cuando las reglas del juego se modifican constantemente y, resulta aún más complicado si se cuenta con sistemas legacy que no pueden hacer frente a las exigencias del mundo actual.

Adolfo Pellicer, Country Manager de Workday para España y Portugal.

Hoy en día, el éxito y continuidad de una compañía depende de la rápida adaptación a los desarrollos futuros. En Workday entendemos que el traspaso de un sistema ERP tradicional al cloud es una decisión decisiva que conlleva una gran inversión para las organizaciones, pero también somos conscientes de que no dar ese salto cualitativo puede ser fatal para cualquier organización que quiera ser competitiva en el futuro.

El primer paso para solventar la situación es sentirse cómodo dejando de lado formas de trabajo y tecnologías convencionales en torno a las cuales se crean procesos calcificados. Por ello, recomendamos a los responsables de tomar decisiones que mantengan una actitud abierta a la idea de que existe algo mejor y más adaptable que los sistemas ERP actuales, diseñados para una época más predecible que no coindice con el paradigma actual de los negocios.

Algo que tienen en común las empresas que confían en estos sistemas es que suelen compartir un historial de adquisición de varias soluciones que terminan generando un panorama de datos fragmentado y complejo. Esto da lugar a procesos inconexos y aislados que ralentizan a las organizaciones en un contexto en el que, para cerrar la brecha de aceleración se hace necesario poseer un entorno fluido, automatizado y colaborativo.

Un reciente estudio de Workday, en el cual se encuestaron a 1.150 directivos de empresas de todo el mundo, señala que más de la mitad (52%) de los líderes de finanzas, RR.HH. y tecnología afirma que existe una brecha cada vez mayor entre dónde está la empresa y dónde debería estar para competir en el mercado.

No obstante, existe un conjunto de buenas prácticas que las organizaciones pueden llevar a cabo para terminar con esta brecha de aceleración. En primer lugar, las compañías deben ser capaces de ejecutar en el presente. El mayor obstáculo de los sistemas legacy es que no han sido diseñados para ejecutar en tiempo real y, además, dificultan el acceso a datos de procesos empresariales claves, lo que retrasa la acción y la toma de decisiones. Esto deja poco tiempo para el análisis estratégico y la agilidad, que es justo lo que las compañías necesitan hoy más que nunca.

El segundo pilar consiste en mitigar la incertidumbre mediante una visión global. Actualmente, las organizaciones no pueden funcionar de forma eficaz adivinando lo que está por venir. Necesitan acceder fácilmente a todos sus datos operativos, de personas y finanzas para poder convertirlos en insights relevantes.

Con una perspectiva completa como la que proporcionan los sistemas cloud de gestión empresarial, con información en vivo e informes actualizados en tiempo real, las compañías pueden acceder al estado del negocio tal y como está funcionando en este momento, y los responsables de la toma de decisiones pueden anticipar mejor sus necesidades futuras y abordarlas a medida que estas van surgiendo.

En definitiva, al ritmo en que los cambios se aceleran, se vuelve cada vez más evidente la necesidad de adoptar una nueva dirección que dé la espalda a los enfoques obsoletos que frenan el camino hacia el éxito.