Nuevos enfoques de desarrollo para servicios digitales
El comienzo de la pandemia que estamos sufriendo supone un antes y un después en la forma de entender la relación entre las personas y empresas. Algo tan usual como desplazarse a un centro comercial, al puesto de trabajo, al centro de estudios, de la noche a la mañana fue sustituido por el comercio electrónico, el teletrabajo o la docencia online. Tanto personas como empresas tuvieron que aprender a vivir en el mundo digital. Aunque había colectivos preparados para adentrarse en este universo digital, otros muchos asociados a cualquier sector presentaban un déficit en el aprovechamiento de la amplia oferta de aplicaciones tecnológicas existentes en el mercado.
Esta situación acelera la transición de las empresas hacia los servicios digitales. Como claves para ello, es importante resaltar que hay enriquecer la relación con los clientes basándose en la personalización de las ofertas, con la aparición de nuevos modelos de precios basados en el valor o la percepción que los clientes tienen sobre el producto ofrecido y no sobre el coste de este. También significar que el uso de las nuevas tecnologías ha facilitado a las empresas nuevas las vías de llegada a sus clientes.
Para que la transición hacia ese mundo digital sea eficaz, dentro de las empresas toda la organización debe alinearse con los procesos de negocio asociados y de gestión de las tecnologías de la información (IT). Estos procesos son un conjunto de actividades repetitivas y sistemáticas a través de las cuales una entrada, proporcionada por un proveedor (interno o externo), se transforma, al agregarle valor, en una salida que se entrega a un cliente (interno o externo).
La implantación de los procesos de negocio se ha visto beneficiada por la aplicación de frameworks de mejores prácticas. ITIL (IT Infrastructure Library) se ha convertido en el framework de referencia dentro de la gestión de los servicios, entendiendo servicio como la oferta de valor a los clientes que desean conseguir, pero sin que tengan que asumir costes o riesgos específicos. En un principio el alcance de ITIL estuvo centrado en los procesos IT pero se extendió hacia la gestión de los servicios. ITIL utiliza el ciclo de vida de los servicios como modelo para determinar sus cinco elementos que componen su base: estrategia, diseño o desarrollo, despliegue, operación y mejora continua del servicio. De esta manera se crea un flujo continuo sobre el que se definen roles, actores, objetivos y actividades.
Si se hace foco en cada una de las fases del ciclo de vida de los servicios, se encuentran tendencias y metodologías que desde hace algún tiempo se han implantado en los procesos empresariales.
Así en la fase de desarrollo se ha pasado de una metodología en cascada con un conjunto de fuertes requisitos y largos periodos de desarrollo hasta la entrega del producto; a una metodología agile con frecuente interacción con el cliente, en los llamados sprints en los que se le muestra al cliente módulos software completados y este puede realizar cambios en sus requisitos en función de lo que se le ha mostrado.
En la fase de despliegue, las tendencias más recientes son la integración continua y la entrega continua que permiten a las compañías mayor dinamismo a la hora de llevar al mercado sus productos. La integración continua permite a los desarrolladores detectar de manera precoz posibles fallos realizando integraciones de software generado con mayor frecuencia. La entrega continua está asociada a la liberación de nuevas versiones en ciclos cortos y con confianza en la calidad de la entrega.
Para concluir, una vez que el producto ha llegado a su fase de operaciones, las empresas han tomado el llamado enfoque DevOps en el que desaparecen las fronteras entre los equipos de operaciones y desarrollo. De esta manera los desarrolladores reservan parte de su tiempo al cuidado y seguimiento de los productos desarrollados.
Después de revisar el entorno actual de las empresas, la aplicación de los framework de procesos de negocio y de los nuevos enfoques de desarrollo software como agile, integración continua, entrega continua o DevOps, resultan claves para el éxito de los servicios que ofrecen. Así, los perfiles más reconocidos y necesarios son los que completan sus conocimientos en lenguajes de programación con el entendimiento de estos nuevos enfoques y metodologías, que aseguran la calidad en el desarrollo y mantenimiento del software empresarial, con conocimientos de gestión de proyectos y capacidades que les permita contribuir al desarrollo y gestión de las empresas.
Alfonso Castro es Ingeniero Superior de Telecomunicación y ha trabajado durante más de 20 años en Telefónica I+D, siendo en la última etapa responsable tecnológico del Gobierno del Dato del servicio de vídeo en Latam.
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