La digitalización de la cadena de suministro y la apuesta por las tecnologías RFID como factor clave en la fabricación de los coches del futuro
Daniel Dombach, director de soluciones industriales de Zebra Technologies en EMEA
11/10/2019La línea de producción se considera el factor crucial que transformó la fabricación del automóvil modelo T de Ford en EE UU, uno de los coches más vendidos de la historia. El vehículo pasó de ser un artículo de lujo de más de 900 dólares en 1910 a un elemento imprescindible de apenas 260 dólares para la creciente clase media de 1925. La eficiencia de aquella línea de producción radicaba en su capacidad para diseñar un proceso estandarizado, capaz de producir un solo modelo en masa recreando todo el procedimiento en una serie de estaciones de trabajo automatizadas y especializadas en cada uno de los pasos. Pero todo aquello que funcionó en 1910 casi ha desaparecido en 2019.
Actualmente, los procesos de fabricación de vehículos han comenzado a distanciarse de más de 100 años de tradición industrial. De hecho, en febrero de 2018, la misma empresa responsable de inventar el primer automóvil sentó las bases de lo que será el futuro de la fabricación de automóviles, la Factory 56, cerca de Stuttgart, Alemania. Esta innovadora instalación, y muchas de las nuevas fábricas de automóviles que se están inaugurando por todo el mundo, están reinventando la línea de producción e implementando nuevas reglas que también tendrán que adoptar la cadena de suministro y todos sus proveedores.
Daniel Dombach, director de soluciones industriales de Zebra Technologies en EMEA.
Los procesos de producción necesitan adaptarse a la nueva economía bajo demanda
La idea de contar con series limitadas de automóviles, cada una con una línea de producción propia, ha cambiado. Ahora, los fabricantes tienen que producir todo tipo de modelos, ya sean híbridos, eléctricos, altamente automatizados o autónomos, con infinidad de posibles cambios según las peticiones y necesidades individuales de los consumidores.
La consultora Deloitte se refiere a este nuevo entorno como “la era de la personalización masiva”, en la que los compradores no solo satisfacen sus necesidades sino que también buscan un medio de autoexpresión. Esta necesidad de contar con modelos a medida, cada vez más personalizados, requiere una gran flexibilidad y exige a las fábricas contar con las denominadas “Tech-Lines” en lugar de las habituales líneas de ensamblaje de fabricación tradicional. Estas nuevas líneas de producción integran plataformas de transporte robotizadas que llevan los vehículos en embrión a la estación de trabajo que se requiera en cada momento. Al mismo tiempo, otro sistema robotizado paralelo se encarga de asegurar que todas las partes y componentes necesarios se entreguen en las estaciones de trabajo que los necesiten.
Contar con procesos altamente automatizados y digitalizados para recoger y entregar los componentes en el lugar y el momento adecuado es el elemento clave de la denominada Industria 4.0, la nueva ola de cambio que definirá los nuevos estándares de la industria de automoción y que llevará estas innovadoras soluciones a todas las fábricas de automóviles actuales y futuras del siglo XXI.
Las tecnologías RFID incorporan claras ventajas sobre las tradicionales tecnologías de etiquetado.
Los beneficios del RFID para la fabricación de coches más personalizados
El Internet de las Cosas (IoT) y más concretamente la identificación por radiofrecuencia o RFID, es una de las tecnologías que permitirá a los fabricantes de automóviles y sus proveedores adaptarse a las necesidades de estas nuevas fábricas 4.0. Estas tecnologías RFID incorporan claras ventajas sobre las tradicionales tecnologías de etiquetado y las hacen ideales para este nuevo entorno.
- El etiquetado RFID puede operar en grandes áreas, integrando los datos con los sistemas de back-end y rastreando con precisión la ubicación de los artículos. El contenido de cualquier entrega puede ser identificado al llegar a las puertas de la fábrica y redirigido al área correcta sin que sea necesaria la intervención humana. Todo puede ubicarse, recuperarse y entregarse donde sea necesario, lo que reduce considerablemente el número de artículos perdidos y mal clasificados.
- Las etiquetas RFID se identifican con precisión y pueden ser extremadamente duraderas. Esto es crucial para cualquier entorno automatizado de fabricación, donde un único componente incorrecto puede detener toda la línea de producción y afectar a los costes.
- Las tecnologías RFID no requieren una línea de visión o una fuente de luz para leer las etiquetas, lo que supone una ventaja sobre otras tecnologías anteriores, como las de código de barras. Un lector puede identificar el contenido de una caja sin abrirla o identificar un elemento específico en un área con cientos de componentes diferentes. En este sentido, estas tecnologías permiten rastrear digitalmente un vehículo durante su proceso de producción y ayudar a los trabajadores a entender exactamente y en tiempo real, su estado de producción y los siguientes pasos a dar, con lo que pueden tomar mejores decisiones.
El futuro ya está aquí
El riesgo de esta diversificación masiva que hemos descrito es llegar a perder las eficiencias intrínsecas a la producción en masa, las mismas que hicieron asequibles productos como los automóviles a principios del siglo XX. Contar con sistemas de producción y cadenas de suministro flexibles e infinitamente adaptables (cuadrículas de posibilidades programables en lugar de líneas de producción uniformes) podría ser una necesidad de mercado, pero la pregunta es si esto afectará a la reducción de costes y al aumento de la productividad generados por primera vez en aquella fábrica de automóviles Ford.
Afortunadamente, el RFID es la respuesta a esta pregunta, convirtiéndose en un elemento clave para el sector de automoción, incluyendo a fabricantes y proveedores. Esta tecnología tiene la capacidad de transformar digitalmente elementos y procedimientos que históricamente eran mecánicos. Una vez digitalizados y con la ayuda de las nuevas fábricas robotizadas, los componentes, automóviles, herramientas y trabajadores pueden adaptarse a los cambios del mercado y las demandas individuales de los consumidores, reduciendo el tiempo de inactividad y evitando incrementos en los costes.
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