La revolución industrial 4.0 trae a nuestras vidas las 'realidades extendidas'
Laura Raya, doctora experta en realidad virtual. Directora del Máster Universitario en Computación Gráfica, Realidad Virtual y Simulación y el Experto en Desarrollo para Realidad Virtual, Aumentada y Mixta de U-tad
22/07/2019La realidad virtual, aumentada y mixta que conocemos actualmente será totalmente distinta en unos años. Y es que, la evolución que hemos vivido en los últimos cuatro años en esta tecnología ha sido tan vertiginosa que hemos pasado de gafas de realidad virtual con poca resolución, sin posibilidad de interacción, sin disponibilidad de movimiento y con cables; a dispositivos de Realidad Mixta con interacción natural y movimiento libre por el espacio real.
Cabe esperar que los algoritmos que permiten el movimiento sin restricciones, la interacción, la ergonomía o la capacidad de mapeo de espacios mejoren día a día con los avances continuos que se están realizando y con la apuesta económica que observamos de las grandes compañías mundiales. Cada mes sale una gafa nueva, un algoritmo optimizado o un nuevo patrón de diseño de experiencias inmersivas.
Todo ello está provocando que la tecnología inmersiva haya dejado de ser un gadget lúdico a un nuevo lenguaje interactivo y envolvente para múltiples finalidades, haciéndose hueco en la cuarta revolución industrial.
Como ciudadanos de una sociedad dependiente tecnológicamente, la revolución industrial 4.0 ha traído a nuestras vidas el big data, el internet of things (IoT), los coches autónomos, la inteligencia artificial, el blockchain y la realidad virtual. Tendencias en desarrollo, pero manifiestamente influyentes en la evolución de la sociedad y es que, actualmente, si la tecnología llama a nuestra puerta es para instalarse en nuestras casas.
La realidad aumentada (AR), mixta (XR) o virtual (VR), o como ya se conocen agrupadas las ‘realidades extendidas’, comienzan a combinarse con otras tendencias de la revolución industrial, existiendo proyectos donde la AR se une con tecnologías deep learning para asistir a cirujanos en operaciones quirúrgicas, o que unen IoT (a través de smartwatch) con la VR, de manera que el mundo generado por ordenador donde se transporta al usuario con las gafas inmersivas cambia y de adapta al usuario a través de su biofeedback obtenido con el smartwatch. Un ejemplo de esto es el proyecto de I+D+i Lancelot, donde desde U-tad creamos una experiencia en realidad virtual que sirve de apoyo en el tratamiento de exposición incremental a fobias de niños con autismo utilizando el biofeedback.
Industria arquitectónica que combina la XR con la tecnología BIM o empresas que entrenan a sus operarios a través de AR. Todo ello fue lo que mostramos al mundo en el ESRV, el evento que reúne cada año a más de 200 personas dispuestas a participar activamente en el cambio que producen las realidades extendidas en múltiples sectores. No solo el educativo, que en U-tad como Centro Universitario apostamos por la formación de los futuros profesionales a través de nuestros postgrados desde hace seis años, sino pudimos comprobar cómo psicólogos apuestan por el uso de la VR en sus terapias, grupos musicales que utilizan la AR para generar sus videoclips, museos que abren sus puertas a la MR o departamentos de RRHH que ponen las tecnologías inmersivas a disposición de sus empleados.
Ahora bien, asentar cualquier revolución depende de la cantidad de gente que la desarrolle y la utilice. Las empresas demandan profesionales especializados en ‘Realidades Extendidas’ pero no encuentran. Ya que una tecnología tan novedosa cuenta aun con poca gente que sepa realmente cómo construirla.