Lacroix Señalización, preparada para cambiar las señales de velocidad máxima en vías convencionales
Tras la aprobación por parte del Consejo de Ministros del Real Decreto que rebaja el límite de velocidad en vías secundarias (excepto las que cuentan con separación física de los dos sentidos de circulación) de 100 a 90 kilómetros por hora, Lacroix Señalización comunica que está preparada para dar “una respuesta en su plazo” al cambio de señalización que requiere esta modificación.
El director de Lacroix Señalización, Bernard Canoen, destaca las soluciones inteligentes con las que cuenta la compañía, como dispositivos conectados que permiten detectar y proteger a los usuarios vulnerables (peatones, ciclistas y motociclistas), entre otros.
Esta rebaja de la velocidad máxima afecta a unos 10.000 kilómetros de los 165.000 de la red estatal de carreteras, lo que representa un 6%. La adaptación, explicaron fuentes de la compañía, tiene que estar realizada antes del 29 de enero de este año.
Para actualizar las carreteras y realizar el cambio de la señal en el corto plazo disponible, Lacroix Señalización ha puesto en marcha un servicio especial que garantiza el stock necesario y la entrega inmediata para atender con agilidad la demanda.
El director de la firma, Bernard Canoen, afirmó que “los titulares de las carreteras tienen poco tiempo para realizar el cambio y nosotros estamos listos. Tenemos material en stock y tenemos la capacidad de suministrar los pedidos”. En cuanto a las consecuencias que esta carga de trabajo puede suponer para el fabricante, Canoen, considera que no será muy relevante. “Según la información que tenemos, el número de señales que habrá que sustituir no es muy elevado comparado con el volumen de señales que fabricamos a lo largo del año.”
En su trayectoria Lacroix Señalización ya se ha enfrentado a situaciones similares. La más reciente se produjo en 2011, cuando se rebajó el límite de velocidad en autovías y autopistas de 120 a 110 kilómetros por hora.
Necesaria, pero insuficiente
Sobre la reducción de la velocidad máxima en las mencionadas vías convencionales, Canoen considera que “es necesaria pero no suficiente”. En su opinión, para reducir la mortalidad en las carreteras “hay que introducir las nuevas tecnologías y las soluciones que ya existen, además de las medidas convencionales.”
El Departamento de I+D+i de Lacroix Señalización ya ha creado soluciones que van en esta línea. La compañía cuenta con dispositivos conectados que permiten detectar y proteger a los usuarios vulnerables (peatones, ciclistas y motociclistas), a la vez que mejoran la fluidez de las zonas peligrosas. Desde la compañía se asegura que estos equipamientos conectados mejoran la seguridad en todo tipo de carreteras, interurbana y urbana (cerca de escuelas, rotondas e intersecciones).
Lacroix Señalización orienta su actividad a las carreteras inteligentes. En este tipo de vías una señal de límite de velocidad puede proporcionar información diferente según la densidad del tráfico, las condiciones, la contaminación o el clima, y conectarse a otros equipos como el alumbrado público. La modulación de la velocidad y la iluminación logran que la carretera y sus alrededores sean más fluidos y seguros.