Tendencias de seguridad en 2025: Desde el fin de la era dorada de la IA hasta las nuevas estrategias de los ciberdelincuentes
Ricardo Maté, Regional Vicepresident Iberia de Sophos
22/01/2025Para analizar qué panorama enfrentaremos en 2025 en cuanto a la ciberseguridad, podemos establecer tres grandes temas que serán protagonistas durante los próximos 12 meses.
La paradoja de la IA: ¿bendición o maldición para la ciberseguridad?
Por otro lado, hay que tener presente que, la creciente accesibilidad a la IA generativa democratiza también, y lamentablemente, su uso como herramienta para el cibercrimen. Actores maliciosos con menos habilidades y oportunistas pueden ahora entrenar y perfeccionar sus técnicas, tácticas y procedimientos (TTP) con mayor rapidez y facilidad. Esto previsiblemente provocará un aumento significativo en el volumen de ataques, saturando a los equipos de defensa y generando “ruido” que podría ocultar ataques más graves, una táctica que los actores maliciosos más avanzados podrían aprovechar.
Si bien el espectro completo de riesgos relacionados con la IA que surgirán en 2025 sigue sin estar claro, sabemos que la proactividad en la protección contra ciberataques es algo crucial. Los expertos y equipos de ciberseguridad deben prepararse para las interrupciones causadas por un aumento de los ciberataques, aplicar parches de seguridad para minimizar las vulnerabilidades, implementar medidas y herramientas seguras y definir las “mejores prácticas” para el uso de la IA.
Nuevas estrategias de los atacantes: el cibercrimen de adapta constantemente para superar las medidas de seguridad existentes
Por su parte, se espera que los ataques a la cadena de suministro, especialmente al software, se intensifiquen el próximo año. El 2024 nos ha demostrado el devastador efecto dominó que estos ataques pueden tener, extendiéndose más allá de las organizaciones objetivos y afectando a los usuarios finales. Esta táctica seguirá siendo atractiva y extremadamente efectiva para los ciberdelincuentes, ya que ejerce una gran presión sobre las víctimas, conscientes de que los clientes afectados tienen opciones limitadas de remediación.
En 2025, se espera también que el ransomware siga siendo un vector de ataque predilecto para los cibercriminales, con una creciente focalización en los sectores de la educación y la salud. Precisamente, los datos arrojados por nuestro estudio anual State of Ransomware 2024, revelan que el sector sanitario fue uno de los cinco sectores que registraron un aumento de ataques en el último año, pasando del 60% al 67%. En el caso de la educación, hemos visto que la tasa de ataques de ransomware ha descendido respecto a 2023, con el 63% de las organizaciones de educación no universitaria y el 66% de las de educación superior siendo víctimas de un ciberataque de ransomware el 2024. A pesar de ello, el índice del sector educativo sigue estando por encima de la media mundial intersectorial (59%) y, además, está viendo como los costes de recuperación se han mas que duplicado, pasando de los 1.59 millones de dólares en 2023, a los 3,76 millones de dólares de media en 2024.
Estos sectores, a menudo operan con presupuestos limitados para la ciberseguridad y sistemas obsoletos. Sus datos confidenciales y sensibles y, en el caso de la atención médica, la criticidad de sus servicios esenciales y vitales los convierten en objetivos muy atractivos para los ciberdelincuentes que buscan extorsionar a las víctimas para conseguir el pago del rescate.
El factor humano: la necesidad de prevenir el agotamiento de los equipos de ciberseguridad
Para aliviar esta presión, es fundamental colaborar con proveedores de ciberseguridad expertos y adoptar soluciones de detección y respuesta gestionadas (MDR). Estas soluciones permiten aliviar la carga de los equipos internos para que puedan centrarse en tareas estratégicas, al tiempo que externalizan la monitorización y respuesta a incidentes a expertos especializados.
Para afrontar los desafíos de ciberseguridad que traerá consigo en 2025 será esencial la colaboración y la innovación en las defensas. Trabajar de la mano de expertos en ciberseguridad avanzada, compartir información y desarrollar nuevas estrategias será clave para protegernos frente a las amenazas en constante evolución y construir así un futuro digital más seguro para todos.