Italprensas Sandretto reconvierte máquinas para Europa del Este
Reconversión de máquinas
Sin embargo, es suficientemente importante como para destinarle una planta con diez empleados y 4.500 metros cuadrados en Sant Celoni, una localidad de la sierra del Montseny bien comunicada con Barcelona. Además de reconvertir maquinaria usada, la planta se encarga también de adecuar la maquinaria nueva y estándar que envía la central de Sandretto en Italia a necesidades específicas de los clientes.
Según explica el director técnico, José Arcas Ontiveros, desde esta misma planta se vende maquinaria reconvertida —básicamente inyectoras de la marca Sandretto— a Latinoamérica África y, por supuesto, a toda la Península. "Además —añade— se han iniciado las ventas en los mercados del Este". El negocio se lleva desde España porque, Italprensas Sandretto tiene la exclusividad para la reconstrucción de la serie Sette y Mega de Sandretto desde que la Central italiana dejó de producir estos modelos en serie y apoyado por la buena aceptación de estos modelos en España.
De alguna manera, Italprensas Sandretto redistribuye maquinaria por todo el mundo, llevando maquinaria reconstruida por ejemplo, a países donde el parque de maquinaria es aún más antiguo y donde quizá no necesiten las prestaciones de una inyectora recién salida de fábrica. Actualmente, por poner un ejemplo, están llegando muchas máquinas del Reino Unido, Francia e Italia. En el otro extremo, también reconvierten máquinas a petición de la propia empresa. Arcas nos cuenta al respecto un ejemplo de una firma española, que ha trasladado parte de su producción y la maquinaria necesaria para llevarla a cabo a otro país y antes de enviarla la hizo pasar por sus talleres para reconstruirla y actualizarla.
Mercado estable
La inmensa mayoría de la maquinaria que reconvierten, el 80 por ciento, se lleva otra vez al mercado para revenderla, y el 20 por ciento restante vuelve otra vez al propietario original.
En España el parque de las prensas de inyección para plásticos ha cambiado mucho. "Hace tres o cuatro años hubo una gran limpieza y se renovó mucha maquinaria", añade Arcas, si bien lo que se considera nuevo o viejo, admisible o inadmisible está en función de la pieza que se quiera fabricar y una inyectora "vieja" para el sector del automóvil puede ser aceptable para otros sectores. Las máquinas para piezas de automoción, por ejemplo, suelen durar entre cinco o seis años, mientras que otros sectores las hacen durar hasta 15 años.
El proceso
Italprensas Sandretto se dedica —por razones técnicas y de garantía— a reconvertir solamente maquinaria propia. Trabajan con máquinas de hasta 1.800 toneladas, aunque lo más habitual oscila entre 190 y 650 toneladas. La antigüedad tampoco es determinante para reconvertir una máquina: los años "pesan" más en función de la electrónica que posea el modelo o del diseño dimensional de la inyectora. En otras palabras, puede ser que una máquina antigua no se adapte a las nuevas formas de producción industrial.
Sea como sea, la filosofía de Italprensas Sandretto es dejar la máquina "como nueva", siguiendo las especificaciones técnicas del modelo original, salvo los componentes de acero de gran volumen y masa el resto de los componentes son todos nuevos, lo que tiene su explicación: A parte del know-how lo que fundamentalmente es costoso es la fundición y el tratamiento del acero y más en estos momentos en España. Otra peculiaridad interesante de la firma es su sistema de venta. Italprensas cobra por tarifas en función del modelo y tonelaje de la máquina y no de su estado, ya que con el proceso de renovación la máquina queda "como nueva" a precios más competitivos.
Después de la recepción, la máquina se desmonta entera y se procede a la limpieza y verificación de todos sus componentes. Los elementos más castigados suelen ser el cierre y el husillo de la máquina, cuyo mal funcionamiento afecta básicamente a los acabados de la pieza.
Si hay que mecanizar algún componente, se lleva la pieza a un taller externo, ya que esta parte está subcontratada. No obstante, de la parte hidráulica, eléctrica y neumática se encarga la propia empresa. Una vez sustituidos los componentes defectuosos, la máquina se pinta y se monta. Finalmente se hace una segunda verificación y pasa un control de calidad.
Las máquinas reconvertidas tienen una garantía de seis meses, ya que "en las partes vitales —cuenta Arcas—la máquina sale de aquí como nueva. Además, las máquinas reconvertidas por la empresa poseen una doble garantía, la de seis meses para piezas y la de incorporar el marcado CE, gracias a un proceso en colaboración con AENOR, donde en su Laboratorio Central Oficial de Electrotécnica, se realizaron todos los ensayos que exige la norma, si bien, en el mercado de maquinaria de segunda mano no existe esta exigencia".