El desarrollo de los motores aumenta las vibraciones en la cadena cinemática, lo que disminuye la vida útil del embrague
La absorción de las vibraciones, clave para aumentar la vida útil de los embragues
La transformación que están experimentando los motores a causa de las regulaciones anticontaminación (menor tamaño, menor cilindrada, mayor potencia, mayor eficiencia) “provoca un incremento de vibraciones en la cadena cinemática, lo que reduce la vida útil del embrague”, explican desde ‘Elige calidad, elige confianza’ (ECEC), iniciativa formada por una veintena de los principales fabricantes de componentes adheridos a Sernauto.

En este sentido, el volante bimasa es uno de los componentes que más absorbe las vibraciones producidas por los motores de combustión más recientes. Gracias a la continua evolución tecnológica de este componente, el resto de los componentes se benefician de una mayor vida útil, dado que reduce el estrés al que se someten motor y caja de cambios, permite el ahorro de combustible y, en consecuencia, reduce las emisiones de CO2.
La última evolución tecnológica del volante bimasa incorpora péndulos centrífugos. Este tipo de absorbedor de vibraciones no tiene una frecuencia natural fija, sino que varía en función de la velocidad de giro, lo que permite aumentar sus prestaciones un 60% comparado con un volante bimasa sin esta tecnología.
Así, el desarrollo del volante bimasa permite también la evolución del resto de los componentes del sistema de transmisión del vehículo, como el embrague.
Ejemplo de ello es un doble embrague en seco, que mejora la eficacia del embrague y reduce las emisiones de CO2 a la atmósfera. Este tipo de embrague permite cambios de marcha y aceleraciones más eficaces, logrando también menores vibraciones y ruido. La reducción de emisiones de CO2 se alcanza gracias a una menor resistencia y a la reducción de vibraciones, lo que lleva a un menor consumo de combustible y, a su vez, menores emisiones a la atmósfera.
“Ser fabricante para equipo original supone que el diseño de ese conjunto de embrague se ha desarrollado específicamente para las características de cada vehículo, por lo que los materiales y compuestos empleados para su fabricación, así como su funcionamiento, se ajustan perfectamente a las a las necesidades del fabricante”, explican desde ECEC, “evitando así, falta de rendimiento o la rotura o avería de un embrague, lo que puede afectar al funcionamiento de otros componentes del vehículo, cuya reparación puede llegar a ser muy costosa, como por ejemplo la caja de cambios o el motor”, concluyen.
Mejor funcionamiento del embrague, mayor durabilidad del motor y de la caja de cambios
Asimismo, señalan que en el caso de tener que reemplazar alguno de estos elementos, es conveniente reemplazar todos los componentes del sistema que se hayan visto afectados por el deterioro.
Síntomas de que el embrague comienza a fallar
Otra señal es que las marchas entran mal, de forma brusca. El conductor nota dureza al accionar la palanca de cambios en el momento de insertar la marcha o de sacarla, y en ocasiones, incluso un ruido de rozamiento metálico en ese mismo momento.
Asimismo, si al soltar el pie del embrague, su recorrido es mínimo, y el coche tiende a ponerse en movimiento rápidamente, estamos ante otra señal de que el embrague está en mal estado; al igual que lo estamos si se perciben fuertes vibraciones procedentes de holguras, así como si se producen chirridos al pisar el pedal del embrague, lo que puede significar que el collarín necesite ser sustituido.