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La fábrica digital permite crear un mundo virtual que puede ser compartido

Industria 4.0 y fabricación como servicio: hacia un futuro mejor

Nicolas Loupy, director general de Dassault Systèmes en España y Portugal17/12/2015

El avance de las tecnologías industriales ha cambiado radicalmente nuestras vidas. Desde la economía agraria a la producción de bienes y servicios, la tecnología industrial ha impulsado la productividad y mejorado la calidad de vida de la población en países de todo el mundo. A día de hoy, la fabricación de productos industriales ya supone el 16% del producto interior bruto mundial y una nueva revolución tecnológica está a punto de sacudir el mundo industrial —esta vez a través de la digitalización de las fábricas—.

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Si valoramos la seguridad, la calidad o el precio de algunos de los productos que consumimos en nuestro día a día, vemos que muchos de ellos hubieran parecido milagrosos a ojos de nuestros antepasados. La tecnología que impulsa hoy los diversos métodos de transporte, los smartphones, los dispositivos médicos o el suministro de alimentos, está en el más alto nivel de la innovación industrial.

Esta última ola de la innovación industrial en la que estamos inmersos se ha denominado Industria 4.0 o ‘Cuarta revolución industrial’. Cualquiera de estos términos refleja el mismo concepto: establecer una conectividad constante entre Internet y todos y cada uno de los recursos implicados en la fabricación y la entrega de productos. Yendo más allá, la fábrica digital permite crear un mundo virtual que puede ser compartido y en el que diseñar simulaciones realistas en las que basar la toma de decisiones relacionadas, por ejemplo, con la reducción de recursos, energía o tiempo en cada uno de los proceso de la producción.

La fábrica digital o conectada, permite una nueva visión...
La fábrica digital o conectada, permite una nueva visión. Los procesos de fabricación pueden conectarse fácilmente y se pueden adaptar y cambiar de forma dinámica a través de todo el tejido de empresas industriales.

El objetivo: crear valor a nivel global

Aunque la revolución digital ya ha impactado de forma significativa en la industria, sus beneficios aún no se han expandido por completo a los más de 7 mil millones de habitantes del planeta. Aunque puede parecer osado afirmar que esta nueva etapa industrial va a mejorar la calidad de vida de nuestra civilización y a la vez reducir el impacto medioambiental, estamos convencidos de que es efectivamente posible y vamos a apostar por ello en las décadas siguientes.

Las empresas del sector industrial son consideradas con frecuencia por sus accionistas como meras fuentes de beneficios. Sin embargo, tanto para los empleados como para los ciudadanos, quienes conforman los países al fin y al cabo, las empresas tienen responsabilidades que van más allá. En los últimos 40 años, todo el esfuerzo destinado a vencer a los competidores y reducir los costes, no solo ha perjudicado socialmente, también ha afectado negativamente en la industria en sí misma y a su capacidad para cambiar y adaptarse.

Los países emergentes, los llamados BRIC, Brasil, Rusia, India y China, ya han tomado conciencia sobre este aspecto y han percibido un retorno significativo no solo al desarrollar sus propias capacidades de fabricación, sino también en términos de diseño. Crece la toma de conciencia para establecer salarios más justos, respetar el medioambiente y cumplir con la normativa de calidad vigente.

Trabajando juntos podemos hacer que la riqueza creada por la industria ayude a todos los ciudadanos a responder a sus necesidades pero, para lograrlo, debemos producir los productos adecuados para cada región geográfica, venderlos al precio preciso, con la debida calidad y en suficiente cantidad. Para fabricar dichos productos, las empresas utilizarán procesos más sostenibles y trabajos más cualificados y con ello, sustentar el crecimiento económico de la región en la que operen. Para cada país y para cada empresa, la clave del éxito será la capacidad de adaptación a los cambios en la demanda: los vencedores serán aquellos que entiendan las variaciones y fabriquen en consecuencia y de una forma más rápida que los competidores.

Además de implementar las tradicionales infraestructuras digitales como la línea de alta velocidad de Internet...
Además de implementar las tradicionales infraestructuras digitales como la línea de alta velocidad de Internet, las empresas deben invertir en otras tecnologías de fabricación digital.

La fábrica digital permitirá que todo esto sea viable. Implementando los conceptos vinculados a este tipo de fabricación, las personas se convertirán de nuevo en el centro y motor de los procesos dado que sus capacidades tendrán vía libre y podrán concentrarse verdaderamente en la innovación.

En estos momentos, ya estamos presenciando una digitalización efectiva de los procesos industriales. Sin embargo, las inversiones hechas hasta ahora son muy reducidas en comparación con aquellas que se han realizado históricamente en otras áreas de la empresa como finanzas o ingeniería. La fabricación está ahora ganando importancia y se espera que juegue un papel crucial en la distribución global de la riqueza que genera.

Trabajando juntos podemos hacer que la riqueza creada por la industria ayude a todos los ciudadanos a responder a sus necesidades pero, para lograrlo...
Trabajando juntos podemos hacer que la riqueza creada por la industria ayude a todos los ciudadanos a responder a sus necesidades pero, para lograrlo, debemos producir los productos adecuados para cada región geográfica.

Por todo esto, vemos que la fábrica digital o conectada, permite una nueva visión. Los procesos de fabricación pueden conectarse fácilmente y se pueden adaptar y cambiar de forma dinámica a través de todo el tejido de empresas industriales. Esta estrategia, denominada MaaS por su terminología en inglés, manufacturing as a service o fabricación como servicio, permite a las compañías responder de forma ágil a los cambios en la demanda o en las condiciones del mercado. De esta manera, las empresas de fabricación pueden estar conectadas con sus clientes y ofrecerles un valor añadido a lo largo de todo el ciclo de vida del producto. Y lo que es más importante, pueden extender el impacto positivo de la industria desde el propio producto hasta los servicios que se llevan a cabo alrededor de esos productos.

Las compañías que apliquen MaaS pueden generar experiencias de valor añadido para otras empresas con las que interactúen o para los propios usuarios. Estos productos además, pueden ser personalizados de una forma más sencilla de modo que las empresas puedan ofrecer mucho más que un producto; una experiencia completa que los usuarios finales apreciarán y sin la que no querrán vivir.

Además de implementar las tradicionales infraestructuras digitales como la línea de alta velocidad de Internet, las empresas deben invertir en otras tecnologías de fabricación digital. El resultado, como hemos visto, permitirá desarrollar procesos más sostenibles que utilicen únicamente los recursos imprescindibles durante toda la vida útil de los productos.

Como ha pasado con otros cambios en el sector como la fabricación lean, la adopción llevará tiempo. Sin embargo, combinando la toma de conciencia del impacto positivo que puede tener este tipo de fabricación y una mentalidad abierta al cambio, vemos que la fábrica digital tiene el potencial de ofrecer un crecimiento sin precedentes que permita enriquecer nuestro planeta.

Empresas o entidades relacionadas

Dassault Systèmes España, S.L. - SolidWorks

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