El estudio de arquitectura Arquid rehabilita un espacio tradicional de la arquitectura madrileña, poniendo en valor su legado histórico
Minimalismo, viajes e historia protagonizan la rehabilitación de una vivienda en un edificio histórico de Madrid
El diseño gira en torno a la pasión compartida de los propietarios por los libros y los viajes, por lo que se plantea desde el inicio la creación de un refugio que pueda transportarles a otros lugares, a través de la literatura, creando a través de la arquitectura un paréntesis en lo urbano, donde el tiempo cobra otra escala. En este sentido, el corazón de la vivienda empieza y termina en la librería central, que no solo funciona como un pequeño oasis personal, sino que sirve para organizar el espacio y las distintas zonas.
El propietario de la vivienda, amante del diseño y la arquitectura, participó en cada fase del proceso constructivo junto al equipo de Arquid, quienes compartieron con él todas las ideas y propuestas posibles, para crear una identidad única. El objetivo final era conseguir que el cliente viera en su casa un reflejo de sí mismo, sintiendo el proyecto como propio y homenajeando su amor por la arquitectura y la literatura.
La colección de libros de los propietarios fue el punto de partida sobre el que gira el interiorismo. En un fondo de paredes blancas y suelo de madera de roble fumé barnizada preexistente, el protagonismo corre a cargo de la librería llena de obras que aportan emoción, vida y fogonazos de color. La selección del mobiliario acompaña la estética minimalista y los colores vibrantes de la librería con líneas suaves y orgánicas.
A nivel espacial y conceptual, la librería divide la zona de noche de la zona de día. Este espacio principal busca acoger todas las acciones comunes de la convivencia, entre ellas la lectura, a la vez que conecta con otros dos espacios centrales: el estudio y la cocina. Mediante una gran carpintería de madera y vidrio que se abre hacia el salón, se proyecta un entorno visual que permite disfrutar de los distintos espacios de forma única o de forma independiente, enfocados por completo hacia el chaflán de fachada y permitiendo el acceso de la luz exterior a todos y cada uno de ellos.
La estructura original se flexibiliza al máximo para acoger a la nueva familia y sus necesidades. En este sentido, se propone una distribución completamente diferente a la original; se añade un baño en suite y una zona central abierta y conectada de forma inteligente para permitir la permeabilidad del espacio; aislado acústicamente, a la vez que despejado y accesible a la luz natural.
Convivencia entre el legado histórico y los nuevos estilos de vida
El edificio se levanta en una estructura de madera y conserva los elementos patrimoniales de su fachada protegida y de los interiores, como las balconeras, las molduras verticales o las contraventanas de madera original. La rehabilitación interior y exterior de la vivienda apostó por la conservación de todos estos elementos, persiguiendo una línea de diseño minimalista que realzase la importancia del patrimonio existente sin renunciar a la creación de un espacio adaptado a la contemporaneidad de quienes lo iban a habitar.
Arquid aprovecha cada detalle existente para unirlo, de forma sutil, con el nuevo diseño actual y moderno, como por ejemplo en el uso de las molduras verticales para integrar un diseño en candileja, que permite una iluminación indirecta y tenue del espacio. O la restauración y reutilización de las contraventanas originales para paliar el fuerte soleamiento madrileño que ilumina la vivienda. Se sustituyen también las carpinterías por una réplica de las originales, labradas minuciosamente por artesanos expertos, para mejorar la eficiencia energética de la vivienda. Todos estos componentes obtienen como resultado un hogar personalizado, con una estrategia sostenible e inteligente como hilo conductor.
La dicotomía entre lo nuevo y lo antiguo es el lema principal de este proyecto de estilo minimalista y contemporáneo, que guarda auténticas joyas e historias que nunca pasarán de moda. Una combinación única que da como resultado un hogar personalizado y adaptado para acoger a la nueva familia y sus necesidades; el frenetismo de la zona de día, como el carácter de la metrópolis, junto a la tranquilidad de la zona de noche, que nos recuerda a las antiguas calles que recorrían el barrio de la Latina, desde el respeto por la historia y el contexto del edificio.
Cada dormitorio cuenta con su propio baño, uno de los requisitos del propietario, para crear ‘ambientes rituales’ en los que generar un espacio de calma y sosiego; como por ejemplo la incorporación de un ofuro japonés para bañarse y contemplar las vistas a través de los ventanales.
Créditos
- Localización: Madrid.
- Superficie: 180 m2.
- Proyecto de Arquitectura e Instalaciones: Estudio de arquitectura Arquid.
- Constructor: Minher.
- Carpintería cocina: Care Mobiliario.
- Carpintería ventanas: Cortizo.
- Iluminación: Faro, Santa Cole
- Revestimientos: Azulejos Peña.
- Fotografía: Alberto Amores.
