El 19% de las edificaciones en España sufren algún problema de aislamiento y son más propensas a presentar humedades
8 de cada 10 diez españoles creen erróneamente que su hogar no tiene ningún problema de aislamiento, pero la realidad es que el 19% de las edificaciones presenta problemas en este sentido, lo que hace que sean más vulnerables a humedades en paredes, suelos, techos e incluso cimientos, según Molins Construction Solutions a partir de datos del INE.
Uno de los factores a considerar en esta época del año es la humedad que suele incrementarse hasta en un 40%, un problema que se ve acentuado en algunos territorios del país. De hecho, dos de las ciudades más húmedas de Europa se encuentran en España: Palma de Mallorca y Valencia, con 116 y 111 días húmedos al año, respectivamente. Incluso en ciudades tradicionalmente más secas, se producen fluctuaciones de humedad relativa entre el 65% y el 85%, impulsadas por las lluvias y el viento.
En este contexto, combatir la humedad es fundamental para proteger la estructura de los edificios y cuidar la salud de quienes los habitan. No en vano uno de cada cuatro problemas estructurales en los edificios está relacionado con la aparición de humedades. El exceso de humedad deteriora los espacios y puede derivar en reparaciones caras agravándose con el paso del tiempo. Además, las filtraciones en las fachadas comprometen la estética de las viviendas y afectan directamente al confort y la habitabilidad de los hogares.
Los ambientes húmedos también favorecen la proliferación de moho y hongos, que son responsables de afecciones respiratorias, alergias y problemas en la piel, dañando especialmente a los más vulnerables, como niños y ancianos.
En este contexto, los Fondos Europeos Next Generation representan una oportunidad para acometer la rehabilitación energética de los hogares a través de sistemas de aislamiento térmico por el exterior que permiten reducir el consumo energético. hasta en un 30%, lo cual impacta positivamente en la factura de la luz.
Se trata de ‘poner una piel’ al edificio que, además de aislar térmicamente, previene filtraciones y protege la fachada de agentes climáticos. También elimina la humedad por condensación y el ‘efecto pared fría’, mejorando el confort en las habitaciones.
Además, al instalarse en el exterior del edificio, no ocupa espacio en el interior de la vivienda, una ventaja frente a otras soluciones que suelen reducir la superficie habitable. Asimismo, permite revalorizar la edificación al mejorar la apariencia y, en muchos casos, incrementar el valor de la propiedad.