Cinco pasos para verificar la impermeabilización de la cubierta tras el paso de la borrasca Filomena
La borrasca Filomena, que ha azotado la mitad norte peninsular, no solo ha dejado copiosas nieves y heladas, sino también un reguero de desperfectos en las estructuras de las cubiertas que, si no se supo prever con la inspección anual de la impermeabilización que recomienda AIFIM, ahora podría tener consecuencias materiales. Viviendas con goteras, humedades y daños en techos y soleras son solo algunos de los efectos que la peligrosa borrasca ha tenido en cientos de edificios de toda España.
AIFIm, la Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización, aconseja llevar a cabo las siguientes labores de mantenimiento para comprobar si las fuertes nevadas han afectado a la impermeabilización:
- El acceso a la cubierta debe hacerse con todas las medidas de seguridad y en condiciones climatológicas favorables. “Podemos encontrarnos tejas o chapas que se hayan movido por la fuerza del arrastre de la nieve o canalones en mal estado que dificulten cualquier tipo de intervención y ponga en peligro la seguridad de los técnicos”, asegura Gonzalo Causin, presidente de AIFIm.
- Revisar el estado de la cubierta. Una vez que comprobamos que el acceso al tejado se puede hacer sin riesgos, es muy importante realizar una primera inspección visual y revisar la impermeabilización a fin de descartar posibles filtraciones de agua con las consiguientes apariciones de humedades y goteras.
- Retirar la nieve o el hielo. Si todavía queda nieve blanda que no se ha convertido en placas de hielo, es importante retirarla ahora que se puede manipular. Según Causin, “los sumideros o canalones que tienen nieve, al estar mezclada con residuos, como ramas o gravilla, que han sido arrastrados, tardan en deshelarse y, en consecuencia, el agua no puede ser evacuada”.
- Reparar los desperfectos de la membrana impermeabilizante. Los daños causados por la exposición a la borrasca han podido ocasionar importantes desperfectos en los aislamientos térmicos y acústicos del edificio. “No sólo debemos actuar para rehabilitar la impermeabilización sino también aprovechar la ocasión para, en caso de que sea necesario, incorporar soluciones certificadas que garanticen el buen comportamiento de la cubierta ante futuras nevadas o heladas”, mantiene el presidente de AIFIm. Se pueden emplear productos que resistan bien las inclemencias del tiempo, y que no produzcan una heladicidad de la cubierta.
- Verificar la ejecución realizada. Para ello, la prueba de estanqueidad de la impermeabilización es vital. Así se evitarán problemas de filtraciones o humedades en plantas inferiores o por fachada.
AIFIm recuerda que todos estos trabajos de mantenimiento y reparación tienen que ser efectuados por empresas especializadas y no por particulares.