El aislamiento térmico de los edificios por el exterior reduce en dos tercios las pérdidas de energía
La instalación del SATE en manos de profesionales es sencilla, pues consiste en superponer una capa de aislamiento térmico en el exterior mediante adhesivos de construcción y/o fijaciones mecánicas. Tras esta capa de aislamiento se incorpora una capa base de mortero con malla de refuerzo y finalmente se dota a la fachada de un acabado con el revestimiento acordado, de modo que el aislamiento queda oculto, pero se siente en el interior del edificio.
Para estos sistemas exteriores, Danosa utiliza el XPS o poliestireno extruido como material aislante. El XPS tiene una mayor resistencia térmica, es insensible a cualquier ataque de humedad, es transpirable, cumple la normativa de incendios, su instalación es sencilla y dispone de ecoetiquetado, entre otras características, lo que refuerza su eficiencia energética, permitiendo no solo un ahorro en la factura eléctrica, sino también en la emisión de CO2 a la atmósfera.
Gracias al XPS, entre las ventajas del SATE, además de eliminar los puentes térmicos de la fachada, destacan que evita el riesgo de condensaciones, proporciona estanquidad al agua de la fachada (no penetra el agua de lluvia), mejora la imagen del edificio e incluso lo revaloriza. Porque una rehabilitación térmica de la fachada puede revalorizar un inmueble alrededor de un 20%, según datos de la Agencia para la Rehabilitación de Edificios (Rehare) recogidos por Danosa
Como resalta el responsable técnico de aislamiento térmico de Danosa, Carlos Castro, la ventaja de los sistemas exteriores respecto a los típicos interiores “es que permiten potenciar ese aislamiento al ‘sellar’ el edificio, de modo que se minimiza el intercambio energético entre el exterior y el interior que es lo que, en definitiva, deja que el frío y el calor penetre en las viviendas. En italiano SATE se llama ‘cappotto’, que significa 'abrigo', así que abriguemos bien nuestros edificios”.