El Foro Hábitat aborda la importancia del confort y el bienestar en los espacios interiores

El pasado 19 de septiembre, la sede de Saint-Gobain, ubicada en Madrid, acogió el Foro Hábitat bajo el título ‘Los múltiples aspectos del confort en la edificación’. Con el confort y todos sus factores como punto de partida, expertos del sector han tratado y debatido sobre las cuestiones más actuales de esta temática: los aspectos que configuran el confort de un edificio, su apreciación por parte de los usuarios y la repercusión en su salud, así como la aplicación de estos factores sobre algunas tipologías concretas de edificios, hoteles, oficinas o centros educativos.

Isabel Sánchez Camacho, directora del Marketing y Desarrollo de negocio Saint-Gobain Building Glass, fue la encargada de dar la bienvenida al Foro Hábitat que organizó Saint-Gobain en su sede de Madrid el pasado 19 de septiembre. Durante su discurso, Sánchez Camacho aludió al Código Técnico de la Edificación y destacó que en él, “se tratan muchos conceptos, como la eficiencia energética, el Passivhaus, etc., pero no el confort”. Por ello, reivindicó que “debemos ir un paso más allá y preocuparnos por los aspectos que afectan a la calidad de vida de los ciudadanos”.

Tras su intervención, tomó la palabra Carmen Fernández Aguado, jefa del Área Sanidad Ambiental y Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, con una ponencia titulada ‘Calidad del ambiente interior en edificios de uso público’ con la cual la experta pretendía mostrar dónde nos encontramos y dónde queremos llegar para conseguir la calidad del ambiente interior pues “la salud de los edificios en espacios públicos es algo innovador y por ello es interesante tratar este tema”.

Fernández Aguado comenzó su intervención subrayando que no hay que confundir la sanidad ambiental con el medio ambiente. “La sanidad ambiental concierne a la calidad higiénico-sanitaria de instalaciones y ambientes urbanos: agua potable, piscinas, legionelosis, control de plagas, productos y sustancias químicas y calidad ambiental de interiores”, afirmó Fernández Aguado aclarando que “nosotros llevamos a cabo actuaciones de inspección y control en ambientes interiores no industriales de los diferentes ámbitos aislados con necesidad de integrar estos aspectos en un plan conjunto de autocontrol del edificio que incluya el resto de factores ambientales implicados que sean de interés para la salud pública”. En definitiva, “nuestro objetivo es contribuir para que todos los aspectos medioambientales tengan la calidad adecuada y no perjudicar la salud de los ciudadanos”, insistió la experta.

Los ambientes interiores, tal y como manifestó la jefa del Área Sanidad Ambiental y Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, es uno de los aspectos de los edificios públicos pues en entornos variados -hogares, medios de transporte…-, la variedad de contaminantes químicos, físicos o biológicos presentes en los mismos, afectan en mayor o menor medida a la calidad ambiental de estos recintos. Así, “nuestro ámbito de aplicación se extrapola a edificios de uso público de diferentes ámbitos: educación, ocio, hostelería y turismo, empresas, centros comerciales y grandes superficies, trasportes y centros asistenciales”.

Estos niveles de presencia de contaminantes químicos, físicos y biológicos, añadió Fernández Aguado, pueden suponer un riesgo para la salud. Además del riesgo, otro inconveniente que se encuentran desde la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, es que la valoración de los riesgos para la salud de estos contaminantes “es muy dificultosa” ya que existen “aspectos muy difusos”, afirmó.

A continuación, Carmen Fernández Aguado señaló a las Enfermedades Relacionadas con el Edificio (ERE) y al Síndrome del Edificio Enfermo (SEE), como los principales problemas de salud relacionados con la calidad de ambiente interior y de los cuales se derivan algunas de las repercusiones que éstos tienen en la salud, como asma, legionella, alergia o hipersensibilidad.

“Nuestro principal objetivo es la consecución de una rentabilidad económica para todos los agentes, eficiencia energética y medio ambiente exterior y calidad de ambiente interior”, indicó Fernández Aguado aludiendo, a continuación, a la situación actual de los criterios legales y técnicos, siendo éstos: el Real Decreto 486/1997 sobre Lugares de Trabajo, el Capítulo de salubridad del Código Técnico de la Edificación y las Normas Técnicas Específicas.

En esta línea, la implantación de sistemas de gestión de calidad ambiental en edificios, la difusión y concienciación dirigida tanto a la población como al sector y la normativa de calidad de ambientes interiores, tal y como señaló Carmen Fernández Aguado, son las principales estrategias de futuro del Área Sanidad Ambiental y Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. “Nosotros también tenemos una tarea de concienciación y por ello elaboramos manuales y guías para los sectores implicados”, aseguró.

En definitiva, y a modo de conclusión, la adaptación a la nueva realidad que acontece en los ambientes interiores requiere de cambios a nivel político y/o institucional; la calidad ambiental interior debe ser regulada por normativa y es necesario fomentar foros de trabajo y debate entre las diferentes CC AA.

La adaptación a la nueva realidad que acontece en los ambientes interiores requiere de cambios a nivel político y/o institucional

Por su parte, Susana Saiz Alcázar, Sustainability & Energy consulting de Arup, centró su ponencia en la certificación WELL, una certificación que actúa como una “etiqueta nutricional proporcionando información real del ambiente del edificio”. En palabras de Saiz Alcázar, “la certificación WELL responde a motores del cambio como el bienestar y se diseña para las personas, pues su único objetivo es proporcionar un modelo de diseño y construcción para integrar características de la salud humana en el ambiente construido, al ser un sistema basado en el desempeño para medir el impacto del ambiente construido en la salud humana”.

Saiz Alcázar manifestó que el 90% de nuestro tiempo lo pasamos en espacios interiores y hay que liberar el potencial humano a través del edificio. En esta línea, hizo alusión a una frase de McKinsey and Company: “Las tendencias apuntan a una misma dirección: cada vez más consumidores gastan en salud y bienestar, con lo que el bienestar es la próxima industria trillonaria a medida que los empleados invierten en programas de vida saludable y los clientes asumen mayor responsabilidad en la optimización de su propia salud”.

Dentro del bienestar, continuó la profesional de Arup, el diseño tiene que tener un papel fundamental pues está considerado, según ASID Industry Outlook, en el primer lugar en la subsistencia de mayor transformación y movimiento de la macrotendencia de salud y bienestar. “Todo esto -añadió Saiz Alcázar-, tiene estudios detrás con resultados probados. Estas inversiones, al principio, no tienen un retorno económico porque se invierte en las personas, que es lo importante del retorno de la inversión. Además, es interesante ver cómo los certificados tienen que ver, cada vez más, con la sostenibilidad y WELL es el primero que aprueba el bienestar de las personas”.

A continuación, Saiz Alcázar habló de los pasos que sigue el proceso de certificación WELL y destacó que, cuando se acaba todo el proceso, tiene además un proceso de recertificación cada tres años. Asimismo, reivindicó que hay que exigir un nivel de transparencia en los edificios y afirmó que WELL cubre los 7 conceptos que hay que tener en cuenta a lo largo del ciclo de vida del mismo, siendo éstos: agua, alimentación, luz, estado físico, comodidad y mente.

A modo de conclusión, Saiz Alcázar señaló que la propuesta de valor de WELL es la oficina porque mejora el entorno para empleados y clientes, por el retorno de la inversión, por el incremento de la productividad y por una mayor satisfacción y retención de los empleados.

En el bloque de intervenciones sobre la experimentación del confort, el primero en intervenir fue Arcadio García Lastra, director técnico de Atecyr, quien habló sobre los aspectos físicos del confort térmico y su apreciación por parte de las personas. García Lastra quiso comenzar describiendo el bienestar térmico como “aquel estado de la mente que expresa satisfacción con el ambiente térmico, evaluado de forma subjetiva”, con lo que “si el bienestar térmico -añadió-, es algo subjetivo, va a ser muy difícil de evaluar y, sobre todo, hacerlo de manera unificada para todos”.

En este sentido, García Lastra aseguró que el confort térmico está legislado, pero dentro de los edificios tenemos que fijarnos en el RITE (RD 486/1997 disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo): confort térmico, acústico, bienestar lumínico, salubridad, etc. “Hay seis parámetros que se registran en el RITE y en cualquier normativa que regule el confort térmico. Hay intentos de definir estas seis variables en un único índice. Tenemos que ser capaces de evaluar el calor (energía) que adquirimos al ingerir alimentos, pues, para que esté bien una persona, hay que evaluar toda la energía que generamos. Una forma que tenemos de perder energía es por las superficies que nos rodean, así como por la respiración, sudación, evaporación, etc.”, concluyó el director técnico de Atecyr.

Continuando en la línea del confort, Antonio Hidalgo Otamendi, gerente de Cecor, trató el confort acústico. Hidalgo Otamendi comenzó su intervención destacando que “lo importante de la arquitectura son los espacios, la creación de espacios creados por nosotros y dónde pasamos casi el 100% de nuestro tiempo. Por eso es muy importante valorar factores como los visuales, olfativos y acústicos”, afirmó el gerente de Cecor, subrayando que “hay que invertir en lo acústico”.

En cuanto a la normativa legal en esta materia, Hidalgo Otamendi admitió que, aunque el Código Técnico de la Edificación pretende minimizar el riesgo de molestias, “no nos asegura el confort, sino un mínimo” y hay que tener en cuenta que “el confort no siempre se identifica con la eliminación del ruido”. En este sentido, hizo alusión a la importancia que se otorga al ruido en algunos sectores como es el de la automoción, donde “ya están trabajando en el diseño del ruido” y puso como ejemplo a Harley Davidson, quienes, aseguró, “no venden motos, sino ruido”.

A continuación, Antonio Hidalgo Otamendi explicó los pasos a seguir para diseñar un sonido. “El primer paso es saber qué ruido queremos tener en función de las preferencias del usuario. Con todos esos parámetros podremos saber cómo diseñar el sonido, que sería el segundo paso a seguir. El siguiente punto fundamental son los materiales a utilizar y el cuarto y último paso sería el refuerzo del sonido con las nuevas tecnologías, que cada vez están más presentes en las viviendas, y con conceptos como la domótica”, sentenció el gerente de Cecor.

Para cerrar el bloque, con el confort visual y la iluminación como protagonistas, la investigadora del CSIC, Beatriz Arranz Arranz, defendió la importancia de la luz natural, y su incidencia en el grado de eficacia circadiana de los edificios. “La eficacia luminosa de la luz del sol y del cielo despejado son considerablemente mayores que las de las fuentes de luz artificial comúnmente utilizadas, al tratarse de una eficacia luminosa mayor la cantidad de calor por unidad de iluminación introducida es menor”, admitió y aludió a la introducción de la tecnología ya existente como uno de los principales retos en cuanto a eficiencia energética (control solar-lumínico integrado; conductos de luz; combinación de iluminación natural y artificial y sistemas de control amigables).

Tras una pausa para el café, el director técnico Hábitat Saint-Gobain, Adolfo Somolinos, retomó la jornada con la ponencia ‘Diseñando edificios confortables’, donde presentó el programa Multi-Confort de Saint-Gobain, iniciativa que ha sido desarrollada en 13 países desde su lanzamiento en 2014, y defendió la importancia del confort en todo tipo de edificios. A continuación, María del Mar Castilla Nieto, de la Universidad de Sevilla, aludió a la importancia de controlar el confort en los edificios, mostrando un caso práctico del edificio Ciesol.

Para finalizar la jornada y previamente al coloquio con el que se clausuró el encuentro, se dio paso a una breve exposición de 3 casos prácticos sobre la temática del confort: ‘Como mola la siesta en una casa pasiva’ realizado por Duqueyzamora Arquitectos; ‘La oficina con H’, caso práctico expuesto por Mari Cruz Muñoz, de Aguirre Newman; y ‘Otra forma de medir el confort en los hoteles’ de la mano de Alberto Coloma Campal, director general Hábitat Saint-Gobain.