La importancia de la economía circular para avanzar hacia un mundo más sostenible
José García Martínez, CEO de Anovo
13/07/2023Según datos de Statista, al finalizar 2022 alrededor del 90% de la población mundial poseía, al menos, un smartphone. Las ventas de PCs y portátiles alcanzaron los 285 millones de unidades vendidas al finalizar el año, según Canalys. Además, la demanda de wearables (dispositivos que vestimos o llevamos puestos) espera un crecimiento continuo hasta 2027, según datos de ABI Research, año en que se prevé que se alcanzarán los 650 millones de dispositivos comercializados.
Este elevado consumo conlleva un problema creciente: los residuos electrónicos, que traen consigo un impacto muy negativo en el planeta
Los dispositivos electrónicos contienen, por su composición, una gran variedad de materiales peligrosos, como, por ejemplo, el plomo, el mercurio, el arsénico y otros productos químicos tóxicos, que generan graves consecuencias para el medioambiente si no se tratan correctamente.
Contaminación de suelo y agua, contaminación del aire (por la quema de dispositivos electrónicos) o desperdicios de recursos naturales son algunas de las consecuencias que conlleva su transformación en residuos. Por ejemplo, según datos de la ONU, la quema de cables de cobre puede liberar dioxinas altamente contaminantes y la descomposición de residuos electrónicos en vertederos libera gases que suponen más del 2% de las emisiones mundiales de CO2, aumentando la incidencia del efecto invernadero y sus consecuencias asociadas, como son el aumento de la temperatura global, eventos climáticos extremos y la pérdida de la biodiversidad.
Podemos aportar más datos. Un estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology revela que el desecho inadecuado de teléfonos móviles en China (uno de los mayores consumidores de tecnología del mundo) podría resultar en la liberación de aproximadamente 254 toneladas de plomo, 3,4 kilos de mercurio y 15,2 kilos de cadmio en el medioambiente.
Suena mal, ¿verdad? Pues sigamos… Según estimaciones de las Naciones Unidas, sólo en 2022 se generaron alrededor de 60 millones de toneladas de residuos electrónicos, conocidos como e-waste, de los cuales únicamente el 20% se recicló de manera adecuada. Esta cifra es realmente alarmante, pero lo peor es que, si no se toman las medidas adecuadas, irá a más, pudiendo alcanzarse los 75 millones de toneladas de residuos en 2030. Por eso es necesario abordar este problema ya para asegurar un futuro más sostenible.
Pero no todo son malas noticias; este escenario se puede mejorar. La respuesta: la economía circular
La economía circular, por definición, minimiza la generación de residuos y mantiene los productos y materiales en uso durante el mayor tiempo posible.
En lugar de seguir el modelo lineal de “usar y desechar”, la economía circular fomenta la reutilización, el reciclaje y la regeneración de los recursos. Esto reduce la cantidad de residuos enviados a los vertederos y disminuye la necesidad de extracción de materiales naturales, conservando valiosos recursos como minerales, metales y agua.
Otro beneficio de la circularidad es la reducción del impacto negativo en los ecosistemas, fomentando la biodiversidad. La agricultura regenerativa, por ejemplo, promueve prácticas agrícolas sostenibles que mejoran la salud del suelo, restauran los ecosistemas y conservan la biodiversidad.
A través de la economía circular también se fomenta el uso de energías renovables y la implementación de prácticas de eficiencia energética. Estas medidas reducen la huella de carbono y el impacto ambiental asociado con la producción y el consumo de energía. Además, la generación de energía a partir de residuos orgánicos y la valorización energética de materiales, pueden ayudar a generar energía limpia y renovable.
Busquemos más impactos positivos a la economía circular
- Según la Comisión Europea, la adopción de la economía circular en el sector de los dispositivos electrónicos podría generar beneficios económicos netos de hasta 1,8 billones de euros a la Unión Europea para 2030.
- Alargando la vida útil de los dispositivos electrónicos mediante la reparación y el reacondicionamiento, se podría ahorrar hasta un 50% de las emisiones del CO2 asociadas con la producción de nuevos dispositivos.
- Según otro informe de las Naciones Unidas, el reciclaje de un millón de teléfonos móviles puede recuperar aproximadamente 16.000 kilos de cobre, 350 kilos de plata y unos 35 kilos de oro.
Merece la pena, ¿verdad? Por eso, desde Anovo queremos poner nuestro granito de arena participando activamente en todas las fases de la circularidad de los productos electrónicos y eléctricos: reducir, reutilizar, reciclar, recuperar, reparar, renovar, revalorizar, remanufacturar y reconvertir. La misión principal de este enfoque es alargar la vida útil de los dispositivos a través de la reparación y el reacondicionamiento, fomentando la reutilización de componentes y materiales y promoviendo el reciclaje adecuado. Todo esto contribuye a un mundo más sostenible. ¿Te unes?