Los centros tecnológicos impulsan desarrollos de negocio sostenible
En el encuentro se profundizó en el papel de los centros tecnológicos en la innovación verde y el desarrollo de tecnologías limpias; claves para el cumplimiento de los objetivos del Pacto Verde de la Unión Europea; los ODS de la ONU y la implantación de un modelo económico y social en el que el desarrollo humano se encuentre en equilibrio con la preservación y regeneración del planeta, informaron fuentes de Fedit. El cumplimiento de normas y objetivos de sostenibilidad en el contexto de la economía circular y de la descarbonización supone un desafío tecnológico para las empresas a la hora de desarrollar productos y procesos más respetuosos con el medio ambiente.
Cuatro de los 43 centros tecnológicos que forman parte de Fedit presentaron en el encuentro diferentes iniciativas de innovación sostenible, desarrollo regenerativo y ecodiseño.
En el debate participaron el director ejecutivo del Instituto Tecnológico del Plástico Aimplas, José Antonio Costa, centro que trabaja en proyectos de I+D+i para resolver los retos medioambientales que plantean los plásticos e impulsar su circularidad; Josefina Garrido, directora de I+D+i del Centro Tecnológico del Mueble y la Madera (Cetem), que centra una de sus líneas de actividad en la reutilización de los residuos agrícolas en productos de valor añadido, como envases que sustituyen al plástico; Eduardo Cembrano, director del Área de Industria y Tecnología de Circe, centro especializado en energías renovables, eficiencia energética o industria 4.0, entre otros, y Damien Sallé, coordinador de Robótica y Automatización de Tecnalia, que ha desarrollado, entre otros proyectos, un robot para recoger la basura acumulada en el fondo de los canales de Venecia.
De la innovación verde a la economía circular
Los expertos destacaron el interés creciente de las empresas por conceptos como la innovación verde —que se refiere al desarrollo de tecnologías innovadoras que protegen los recursos naturales del planeta y mitigan el impacto medioambiental de la actividad humana— y el reciclaje, la valorización y la reutilización de todo tipo de residuos que implica la economía circular. Ambas forman parte de los proyectos de investigación, desarrollo e innovación que acometen los centros tecnológicos.
Eduardo Cembrano, de Circe, subrayó el peso que tiene el ecodiseño en este tipo de proyectos. “Es muy importante que sean sostenibles desde el momento en el que se concibe un producto o un proceso hasta el final de su vida útil”. Así, hizo referencia al desafío que plantea la gestión de los residuos procedentes de las energías renovables, como paneles solares o aerogeneradores. “Será uno de los retos a los que la sociedad tendrá que enfrentarse en los próximos años. No solo tiene que producirse energía renovable, sino que es necesario implantar la circularidad para los elementos de esas fuentes de energía”.
Desde Cetem también se apuesta por la economía circular en los sectores agrícola y turístico. “A partir de ahora, los residuos procedentes del sector primario no solo se van a poder utilizar para alimentar el ganado, sino para crear productos de valor añadido como sofás o muebles”, apuntó Josefina Garrido.
Damien Sallé, de Tecnalia, reflexionó sobre la necesidad de lograr un profundo cambio cultural para alcanzar los objetivos de sostenibilidad. “La sociedad necesita ser más sobria, tenemos que hacer menos y de mejor forma”, exhortó. “El paso de un modelo económico de producción y venta a uno de ‘servitización’, en el que las empresas basarán su negocio en ofrecer servicios para mantener, reparar y actualizar el producto fabricado, nos permitiría evolucionar en este sentido”, agregó.
Los centros tecnológicos proporcionan innovación y tecnología verde a las empresas que buscan modelos productivos sostenibles en todos los sectores económicos.
Los centros tecnológicos, impulsores del desarrollo sostenible
El Pacto Verde de la Unión Europea tiene como objetivo reducir en 2030, en poco más de seis años, las emisiones de gases de efecto invernadero lanzadas a la atmósfera 1990 en un 55% y convertirse en el primer continente con una economía climáticamente neutra en 2050. Entre los pilares de ese plan se encuentran la digitalización, el suministro asequible de energías limpias, la economía circular, además de propiciar una industria europea moderna capaz de innovar en tecnologías limpias de vanguardia, que sea competitiva, resiliente y cuyos productos duren más, puedan repararse, reciclarse y reutilizarse.
Los centros tecnológicos están llamados a cumplir un papel estratégico en este proceso, ya que están especializados en la I+D+i aplicada y en impulsar la competitividad empresarial a través de la innovación, en especial la de las pequeñas y medianas empresas que, por su tamaño, no pueden afrontar grandes inversiones, añaden las mismas fuentes. Otra labor de los centros es la información y formación a las empresas en conciencia medioambiental.