España encabeza los índices de contaminación química en el Mediterráneo
La Expedición OceanoScientific Contaminantes del Mediterráneo 2020 se realizó a vela sin emisiones de CO2 ni residuos por iniciativa y bajo la dirección de Yvan Griboval (OceanoScientific Francia / OceanoScientific Mónaco / SailingOne – LOVE THE OCEAN) y con la colaboración de ECOMAR con el maxi-catamarán «AMAALA EXPLORER» _el mayor catamarán de regatas oceánicas del mundo_ Gracias a ECOMAR la expedición tomó muestras en tres puntos vitales de la costa mediterránea española, porque el mar Mediterráneo es el mar de todos y hay que sanearlo y cuidarlo lo más posible.
El objetivo científico de la Expedición OceanoScientific Mediterranean Contaminants 2020 fue estudiar la naturaleza y la densidad de los compuestos químicos orgánicos que afectan al medio marino y envenenan el fitoplancton, en nueve puntos de muestreo en un recorrido de 1.000 millas náuticas comenzando por la desembocadura del río Tíber, Porto Cervo (Cerdeña), Barcelona, Mataró y La Seyne-sur-Mer (Francia). Según Theresa Zabell, presidenta de ECOMAR, «nos implicamos en esta expedición para que España tuviera su cuota de investigación y así poder poner el remedio necesario para que no se viertan más residuos a este esquilmado mar. Hay que recordar que los animales ingieren toda esa contaminación, que al final terminan en los cuerpos de los humanos, es decir, sin saberlo nos estamos envenenando a nosotros mismos».
Los contaminantes orgánicos que se han encontrado en los nueve puntos del Mediterráneo son los bifenilos policlorados (PCBs) (mezcla de hasta 209 compuestos clorados individuales), los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs) (son un grupo de más de 100 sustancias químicas diferentes que se forman principalmente durante la combustión incompleta de materia orgánica como el carbón, petróleo, gasolina y basuras), y las tributiltinas (TBTs) (son sustancias manufacturadas usadas como pesticidas y biocidas, en pinturas antiincrustantes aplicadas en cascos de buques), que se han introducido en la naturaleza debido a las actividades humanas (urbanas, agrícolas e industriales). Tienen una gran capacidad de bioacumulación y una tendencia a biomagnificarse en la cadena alimentaria, lo que se refleja en los alimentos que consumimos.
En España estamos por encima de la media en la contaminación química que tiramos al mar Mediterráneo tras haber analizado los científicos las muestras recogidas en Mataró, con un nivel de 6,12 ng/L, que es cuatro veces superior a la Norma de Calidad Ambiental (NCA) de 1,5 ng/L, y otra en el mar a unas 100 millas de la costa de Barcelona, que había una concentración de tributilestaño (TBT) de 2,16 ng/L. En Lloret de Mar la concentración de tributilestaño (TBT) era de 2,41 ng/L.
Este año se presentará en Mónaco la segunda expedición el 24 de marzo, que tiene prevista su estancia en Barcelona desde el 21 al 27 de abril.