Reciclar más y mejor, vértice de la economía circular
La economía circular es una de las grandes apuestas de la política de la Unión Europea. En este plan de crecimiento económico, que implica una menor explotación de los recursos naturales y una transformación profunda de las cadenas de producción y los hábitos de consumo, el reciclaje debe desempeñar un papel protagonista. Y, en consecuencia, los sistemas colectivos que hoy siguen siendo el modelo más eficaz para garantizar el mejor tratamiento y máximo aprovechamiento de los residuos.
Aunque el término economía circular se acuñó en la década de los 60, ha sido en los últimos años cuando ha adquirido especial relevancia. Una definición breve diría que la economía circular promueve la producción de bienes y servicios de manera sostenible, reduciendo el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía.
Muestra de su relevancia es la reciente aprobación de un informe para su promoción por el Parlamento Europeo, así como la consulta pública abierta por la Comisión para explorar las opciones de impulso de una economía circular competitiva en la UE. El objetivo de ésta última es tener en cuenta la opinión del mayor número de actores, para redactar un plan de actuación, alineado con la conocida como estrategia Europa 2020, para un uso más eficiente de los recursos, por parte de ciudadanos y empresas, y que Bruselas espera presentar a finales de 2015.
No es una coincidencia que el auge de la economía circular haya corrido paralelo a los años de agravamiento de la crisis económica, fundamentalmente, porque ésta última ha puesto de manifiesto que el sistema económico actual, basado en la producción lineal de extracción, fabricación, utilización y eliminación, más conocido como “usar y tirar”, ha llegado a su límite. La crisis nos ha enseñado que este modelo es insostenible, dada la limitación de los recursos naturales, y que el desarrollo económico sólo es viable cuando tiene en cuenta la sostenibilidad y la protección de nuestro entorno. En definitiva, que es posible crecer y preservar al mismo tiempo, y el único camino para lograrlo es el desarrollo sostenible.
En este sentido, la economía circular propone un nuevo modelo de sociedad que utiliza y optimiza los stocks y los flujos de materiales, energía y residuos, y cuyo objetivo es la eficiencia del uso de los recursos. Un modelo que pivota sobre tres pilares fundamentales: la reducción, la reutilización y el reciclaje.
José Pérez, consejero delegado de Recyclia*
* Recyclia es la plataforma que gestiona a cuatro SIG: Ecopilas, Ecofimática, Ecoasimelec y Tragamóvil, fundaciones dedicadas a la recogida selectiva y el reciclaje de pilas usadas y RAEE.