STADLER ha alcanzado una importante meta al fabricar su separador balístico número 1000
STADLER ha alcanzado una importante meta al fabricar su separador balístico número 1000. La máquina se fabricó para Vaersa, empresa de gestión de residuos y saneamiento de la Comunidad Valenciana. El separador balístico STT5000_6_1 se entregó el 28 de septiembre en la planta de clasificación de envases ligeros que Vaersa tiene en Castellón, donde acaba de empezar a utilizarse.
STADLER logró llevarse la licitación pública de Vaersa para el suministro de los separadores balísticos. "Estamos encantados de trabajar con STADLER. Ya conocíamos su excelente reputación y sabíamos que es una marca de referencia en el sector de clasificación de residuos", ha declarado Noelia Almiñana, Jefa del departamento de gestión de residuos de Vaersa.
«La demanda de separadores balísticos en el mercado español ha experimentado un aumento muy rápido debido a la automatización de las plantas de reciclaje, que también han aumentado su capacidad»; explica Luis Sánchez, Director de Operaciones de la española STADLER Selecciona SLU. «En STADLER somos pioneros en esta
tecnología, cuyo rendimiento hemos mejorado sin parar con el paso de los años. Por eso empresas como Vaersa se decantan por nuestros separadores balísticos. El STT5000_6_1 es la solución perfecta para la planta de clasificación de Castellón, ya que ofrece la ventaja de contar con unos costes de mantenimiento increíblemente bajos».
Separadores balísticos pioneros, colaboración duradera
STADLER, líder del mercado mundial de separadores balísticos, ha sido la empresa pionera en el desarrollo de esta solución eficiente y económica. Su desarrollo comenzó a principios de la década de los años 90. Las primeras cuatro unidades STT2000 se entregaron en 1992 a Fischer, para la planta de clasificación que tiene en Ravensburg, Alemania.
Primer separador balístico con un 100 % de componentes STADLER
En 1996, STADLER lanzó su primer separador balístico con eje propio y un 100 % de componentes originales. La máquina la adquirió la empresa alemana Böhme, en lo que supuso nuevamente el inicio de una relación duradera.
En palabras de Stefan Böhme, Director General de la compañía: «Los dos separadores balísticos STADLER que funcionaban en paralelo en nuestra primera planta de clasificación de envases ligeros siempre cumplieron perfectamente su función esencial de clasificar el material tras la criba, una actividad muy simple por entonces. El separador balístico era, y sigue siendo, el único dispositivo mecánico capaz de clasificar al mismo tiempo de forma eficiente tres fracciones distintas al clasificar envases ligeros»,
Los separadores balísticos STADLER desempeñan un papel muy importante en la planta de la compañía: «En nuestra planta, separamos finos y material 2D y 3D de forma fiable. Para eliminar el material 2D y crear una gran parte de la fracción de película para una clasificación manual posterior hemos usado mecanismos de aire durante mucho tiempo.
Innovación permanente que anticipa las necesidades del cliente
STADLER desarrolla, de forma constante, formas de mejorar el rendimiento y la eficiencia de su maquinaria. En 2000 lanzó dos innovaciones muy importantes: su chasis basculante patentado, que acaba con la necesidad de inclinar toda la máquina y ajustar las cintas transportadoras, y el pádel de cribado.
En 2002, STADLER amplió su oferta de separadores balísticos STT2000 con un modelo nuevo desarrollado específicamente para clasificar papel y cartón, que contaba con sus pádeles de cribado en forma de Z. Ese mismo año, tras detectar una nueva necesidad del mercado, lanzó el STT5000 para materiales pesados, como los RSU y los residuos industriales. Esta máquina contaba con un eje diseñado para soportar residuos húmedos y con pádeles superresistentes para procesar flujos de materiales pesados.
Más recientemente, STADLER detectó una nueva necesidad de procesamiento de material superpesado, un sector del ámbito del reciclaje en rápido crecimiento debido a la concienciación medioambiental y la presión existente para reutilizar materiales. Para atender esta necesidad, desarrolló el STT6000 específicamente para la clasificación de residuos de construcción y demolición, la explotación de vertederos e incluso RSU con grandes impurezas.
Los separadores balísticos STADLER cuentan con una gran flexibilidad y pueden adaptarse para satisfacer necesidades concretas. Por ejemplo, la empresa ha diseñado separadores balísticos con menos pádeles de cribado para que quepan en el escaso espacio disponible en las plantas de clasificación japonesas. Para satisfacer necesidades particulares también se han creado máquinas con pádeles de cribado más largos. Finamente destacar que para lograr un mejor material de salida se puede montar hasta tres módulos de separadores balísticos, dispuestos uno sobre otro o en serie.